Narra Luka
Nos besamos desesperados en el ascensor y cruzo el umbral de la puerta de mi casa con ella en brazos. Le hago cosquillas y se ríe a carcajadas en mi cuello. Busco su boca y ella me muerde el labio inferior, poniéndome a mil.
Le queda de lujo la camiseta del Real Madrid, una pena que le vaya a durar tan poco puesta. La siento sobre la encimera de la cocina y me quito mi camisa. Cris me mira con deseo y tengo muchísimas ganas de ella.
La desnudo rápidamente y deslizo sus vaqueros ajustados por sus largas piernas. Me aparto un poco para admirar su figura y ella sonríe ampliamente. No espero más y entro en ella, agarrándome a sus caderas, disfrutando de cada segundo.
Cuando ya llevamos un rato me canso de esta postura, salgo de su interior y la llevo en volandas hasta el sofá. Me tropiezo con mi propia zapatilla por el camino y por poco no acabamos los dos en el suelo. Cris se descojona y me contagia la risa.
Me tumbo sobre ella y a los pocos minutos ambos acabamos, suspirando exhaustos. Nos quedamos mirando al techo, hablando de lo primero que se nos pasa por la cabeza.
-Estoy segura de que si hubiese pinchado el Madrid no estaríamos tan felices-dice ella tras unos minutos de silencio.
-Yo creo que sí, hubiéramos tenido el polvito de consolación de todos modos-respondo pícaro.
Se ríe ante mi ocurrencia y yo le acaricio la mejilla en un gesto completamente involuntario que parece gustarle mucho.
-Mi niña...-sus ojos marrones brillan más que todas las putas estrellas del cielo.
-Te quiero tanto-me acaricia el pelo.
Me quedaría aquí a su lado toda la vida, sintiéndola mía, sintiéndome suyo.
Se levanta y va al baño. Cuando vuelve lleva puesta mi camiseta, que ha recogido por el camino y eso me hace muy feliz.
-Pfff me muero de hambre-dice tocándose el vientre.
-¿No has tenido suficiente con el postre? -pregunto arqueando las cejas. Ella estira la pierna y me da una pequeña patada.
-No-suspira con los ojos en blanco ante mi ironía.
-Pues tendré que preparar algo-digo levantándome y dándole un cachete en el culo.
-¿Ah sí? ¿Con que eres cocinitas?-vacila.
-Ya verás, tonta.
Me pongo manos a la obra con unas tortitas, simples pero muy efectivas. Mientras, ella se va al salón a ver la tele. Parece sorprendida cuando le llevo el plato con los dulces recién hechos y untados con Nutella.
-He de reconocer que me has impresionado-dice relamiéndose ante la deliciosa merienda-. Me esperaba un ColaCao con galletas.
-Pues ya ves que no, reina.
Merendamos entre bromas y me ayuda a limpiar los platos después. Pongo la cucharilla debajo del grifo y el agua le salpica de golpe.
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Sueño cumplido (Luka Dončić)
أدب الهواةCuando Luka Dončić llegó a mi vida yo no era más que una joven perdida intentando hacerme un hueco en Madrid y en el periodismo nacional. Pero a veces las mejores cosas llegan en los momentos más inesperados para poner nuestro mundo patas arriba.