Sueño cumplido (Luka Dončić)

43. En familia

-¿Cómo lo has hecho para cuadrarlo con mis padres y todo?-pregunto aún en sus brazos, sin terminar de creerme que lo que me está pasando sea real.

-Soy un chico con recursos-me guiña un ojo y me da un besito en la nariz.

Se quedará aquí dos días y el 7 de enero, ambos volveremos a Madrid para retomar la rutina. Me asombra lo organizado que lo tienen todo María y él; es perfecto.

Al bajar a desayunar me encuentro a mi madre con una tarta enorme de chocolate y galleta.

-Felices 19, mi vida-me dice mientras me abraza-. ¿Qué te parece el regalo de cumpleaños?-dice refiriéndose a Luka.

-Mejor, imposible-respondo mientras beso en la mejilla a mi chico.

A media mañana, Dino y Lucía nos llaman por Skype y me reciben cantándome el "cumpleaños feliz" nada más descuelgo.

-Os quiero pesados.

-Te echamos de menos, gorda-me dice Luci.

-Eso es, ahora no tenemos a nadie que nos dé por saco porque no tenemos comida en la nevera-le secunda Dino con su humor característico.

-Pues en dos días me tenéis allí, así que id haciendo la compra, cabrones-les advierto.

-Bueno, ¿y qué me dices de Lukita? Está hecho todo un romántico-Luci se vuelve hacia el rubio-. Quién te ha visto y quién te ve, gentleman.

-Se lo merece-responde dándome un pico.

-Mariconas-inquiere Dino.

Pasamos toda la mañana vagueando en los sofás y poniéndome al día con Luka. Este ha hecho muy buenas migas con María, lo que es una buena noticia. La opinión de mi hermana es fundamental para mí.

Cuando estamos en mi habitación arreglándonos para la comida familiar que tendremos hoy con motivo de mi cumpleaños, decido preguntarle a Luka sobre su primera impresión.

-Tu hermana es la polla y tu madre parece muy buena. Ya solo me queda tu padre, que la verdad me acojona un poco-confiesa.

-Todo lo contrario, te vas a llevar genial con él, es un cachondo como yo. Tú solo háblale de baloncesto o fútbol y te lo metes en el bolsillo-le aconsejo.

Se mete en el baño que hay anexo a mi dormitorio y cuando sale yo ya estoy vestida. Llevo un mono negro vaporoso de pantalón corto, manga al codo y escote de pico con unos tacones de cuña.

-No hace falta que me lo preguntes, estás guapísima-me dice antes de que me dé tiempo a abrir la boca.

-¿Tú crees?-pregunto mirándome al espejo desde distintos ángulos.

-Guapísima se te queda corto-me abraza por detrás y nos veo reflejados en el espejo en una imagen de lo más bonita-. Eres perfecta.

-Venga ya-digo volviéndome hacia él.

-Lo que me extraña es que te sorprenda. Es para que te lo digan todos los días, varias veces.

Le cojo la cara con ambas manos y lo atraigo hacia mí. A pesar de llevar tacones, tengo que hacer un esfuerzo para llegar a su boca.

-Te quiero más que a nada-le confieso.

-Y yo, nena.

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Narra Luka

La comida familiar está muy bien, la verdad. Estoy sentando entre Cris y María, que no paran de hacerme reír con sus tonterías, piques y anécdotas.