Los ojos me ardieron cuando la lluvia comenzó a caer.
Corrimos al granero para cubrirnos, el lugar estaba desierto, había una mesa con dos sillas en cada extremo. Las paredes eran pequeñas, tanto que nuestras cabezas rozaban el techo. Todo estaba sin color más que el de la madera con la que fue hecha la mesa y el granero.
Sacudí mi cabeza para quitar las gotas de lluvia y seque mi rostro con la manga de la playera.
Won Sik se sentó en la silla alejada de la puerta. Sentía su mirada caer pesada sobre mi, tenía la extraña sensación de familiaridad. El reducido espacio me recordó a un lugar del que tenía una escasa memoria, como un deja vu.
—Aquí hace más frío que allá afuera —Dije en cuanto me senté frente a él.
Seguí mirando alrededor y la sensación cómoda se fue transformando en un horrible dolor de cabeza. Me acaricie las sienes para calmar el malestar.
—Lo lamento, no puedo controlarlo.
La repentina frase de Won Sik me sacaron de mis cavilaciones.
—¿De que hablas? —Pregunté mientras la tensión en mi cerebro disminuía.
—Nada, ¿Estas bien?
—Me dolió la cabeza de repente, lo atribuyo al frío.
—No, fui yo —Sonreí y no hice caso a su comentario, pero siguió hablando —Pensaras que estoy loco, que he perdido la cabeza debido al tiempo perdido aquí, estuve muy solo un par de meses antes de que llegaras. Yo quiero en verdad por fin vivir en paz, pero este bosque sigue llamándome, no me suelta. No puedo dejar el pasado si sigo aquí, pero tú me haces sentir a salvo... hay mucho que tienes.... no es bueno. Deja comienzo otra vez.
Won Sik carraspeó una vez que dejó de hablar sin sentido. Palabras confusas dentro de la seguridad de ésta guarida. No parecía el lugar donde se viene a trabajar. Parece más un pequeño espacio para pensar, meditar o para leer.
—No estoy seguro que tratas de decir, tu imágen me hace pensar que intentas reprimirte, no lo hagas. No te presiones. Piensa lo que dirás, no importa que tan malo sea —La confianza que me embargaba hablaba por mi. Me quedé quieto en espera de su repuesta.
Pero no dijo más.
Todas éstas semanas, tiempo que estuvimos juntos, me hicieron sanar. Estaba tan deseoso de desaparecer de éste mundo cuando su rescate me devolvió la vida. Estamos solos en este lugar sin nada más que nuestra compañía y el agradable sentimiento que va creciendo en nuestros corazones, porque sé que él también siente algo por mi. Lo veo reflejado en sus ojos y en la forma en la que se mueve cuando estamos juntos, es como si estuviéramos sincronizados dentro de nuestra propia burbuja.
Lo observé unos segundos más, con la cabeza agachada y sus ojos mirando sus manos. Amaba como subía la ceja derecha cuando pensaba a profundidad y como mordía la cara interna de sus labios cuando le llegaba una idea.
Estaba tan concentrado en mirarlo que no me percaté de que afuera la lluvia caía como un huracán. Los cimientos del granero temblaban ante cada rayo que soltaba el cielo y el ruido ahogado de las gotas gruesas y constantes hacían sonar el techo como una advertencia.
Me asusté y miré alrededor. El pánico se apoderó de mis sentimientos, parecía que el lugar se hubiera achicado y las paredes pudieran ser rozadas con mis manos si las estiraba. Era como estar atrapado en un pequeño cuarto, sentí que me ahogaba, que el aire no era suficiente, el frío cambió por una sudoración en mi frente. Necesitaba aire, salir de ahí, la garganta se me reseco y la necesidad inherente de querer huir me hicieron perder la calma.
Me levanté de la silla, empujándola con mis rodillas para alejarla de mi camino y me voltie. Me giré hacia la puerta, pero ésta había desaparecido, la habitación se volvió negra, todo a mi alrededor estaba oscuro, no podía ver ni mis manos. Esto era como un sueño, una pesadilla real que estaba presentándose aterradora.
Dije el nombre de Won Sik con el terror de saberse perdido, pero mi voz hizo un eco corto.
No podía ver nada.
"¿Que está pasando?" Me repetía una y otra vez.
No caminé, pero si me giraba para ver a mi alrededor. Repetí su nombre en medio de la oscuridad esperando estar equivocado y no creer que estaba soñando. Ahora el lugar se sentía enorme, como si estuviera al aire libre pero sin nada a mi alrededor. Quise moverme pero algo me decía que estaba en peligro, la piel de mis brazos se erizó y un temblor recorrió mi cuerpo. Permanecí quieto mientras seguía pronunciando su nombre ahora en susurros. Esperaba escucharlo y saber lo que estaba ocurriendo. Me sentí tonto e indefenso esperando respuesta de alguien quien quizá estuviera pensando en echarme de su casa, hacerme desaparecer de su vida porque ya sobrepase el tiempo límite que alguien puede soportarme.
En medio de la negrura, cerré los ojos y me tranquilicé.
La calma del silencio y el sentimiento opaco del asombro me dejaron calmar las voces internas que atacaban mi ego.
—Regresa.
No reconocí la voz que me llamaba, era similar a la de Won Sik, pero el miedo me tenía fuera de mi.
Dentro de este espacio vacío y carente de luz, pude abrir en plenitud mi mente y dejé que las ideas fluyeran.
Me sentí solo.
Perdido.
Fuera de lugar.
"¿A donde pertenezco?"
"¿Donde está ese lugar al que puedo llamar hogar y donde seré rodeado de las personas que me aman?"
Tal vez ese lugar no exista y jamás llegue a el.
Seguiré siendo un fantasma que solo es visto por las personas que necesitan algo de mi.
O tal vez éste lugar sea el purgatorio, aquí es donde debería estar, en la quietud apacible del eterno descanso.
No ver, no escuchar, no sentir.
—Regresa.
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ANOCHECER (VIXX Fanfic Yaoi)
Fanfiction**TERMINADA~EDITANDO** En un mundo sin suerte, Taek Woon se esfuerza por sobrevivir. En un mundo diferente, Taek Woon sería un rey. En un mundo antiguo, Taek Woon realizaría el descubrimiento más importante para la humanidad. En un mundo irreal...