El sonido del cause del río me anunciaba que estaba cerca. El sol calentaba de forma implacable sobre mi. Tuve que detenerme varias veces debajo de algún árbol para recobrar el aliento y secarme el sudor.
No desistiría, se me acababa de taladrar la idea de que Won Sik ocultaba más información de la que me decía, debía estar demente al pensar que de un día para otro me diría sobre su pasado y lo que era, pero ya me había mentido durante todo un año y no dejaría que las personas a mi alrededor siguieran pensando que solo era un tonto e ingenuo que se tragaba las mentiras.
La cabaña estaba debajo de un par de enormes árboles de los que desconocía el nombre, pero sus ramas eran largas y caían con miles de hojas que tapaban gran parte del techo y los costados. Me acerqué dudoso, no tenía mucho sentido ahora ser impulsivo, poseía la vaga idea de que Won Sik fuera una persona peligrosa o sólo un farsante.
La única puerta estaba atorada con un pedazo de madera y cadenas, las llaves las guardaba debajo de un libro escrito en latín del que me había platicado que trataba sobre una parte oculta de la religión, un capítulo secreto que tal vez eruditos y clérigos ocultaron a la población de esos tiempos, pero que según sus palabras, ahora podías encontrarlo traducido a cualquier lengua en internet.
Abrí la pesada puerta y me adentré a la iluminada estancia. La sencilla mesa y las dos sillas me recibieron como un deja vu. Cerré tras de mi lo único que me protegería del exterior y caminé más allá de lo que había hecho. Completamente solo y sin nada que me distrajera, pude ver que el granero era como un pequeño estudio. Hasta el fondo divisé un estante enorme con lo que parecían libros, frente a éste un gran escritorio de madera, también encontré cajas tiradas por todas partes, ví la cama improvisada que preparó para mí debido al accidente con el extraño y un mueble de cristal negro con varios compartimentos con cerradura de donde a cada uno se veía que se necesitaba una llave.
El olor era a azufre, el mismo del humo que atacó a nuestra inesperada visita de ayer, con una mezcla de madera.
Había mucho que revisar y me decidí por comenzar con las cajas tiradas. La primera que encontré tenía más libros viejos, la siguiente guardaba figuras de lo que parecía plata con algunos candelabros, cucharas y palillos, todo era de metal. La próxima tenía ropa, algunas playera rotas, pantalones viejos y el traje negro que compré para pedirle matrimonio a Hakyeon.
Lo saqué con cuidado. Se veía frágil y olía a humedad.
Vi que estaba roto de la manga derecha y que el pantalón tenía una gran abertura a los costados. Traía tierra seca y manchones negros. Revisé el bolsillo interno del saco y el cierre me recibió abierto y sin nada adentro, no parecía roto ni mucho menos oxidado. Lo miré unos segundos más mientras me debatía entre recordar el pasado o seguir buscando.
Lo regresé a la caja y la empujé contra la pared, no quería volver a verlo.
Me levanté y caminé hasta el estante enorme de libros pegado hasta el fondo del granero. Los libros, más viejos que los de la cabaña, estaban acomodados por colores y tamaños, las lenguas extrañas en las que estaban escritos me sorprendió. Tomé uno de los más grandes y lo abrí en una página al azar. Estaba escrito, en lo que mi poco conocimiento me permitía averiguar, era griego.
El polvo se acumulaba en cada hoja y me hizo estornudar varias veces mientras seguía hojeando el enorme libro. Sus páginas amarillentas y la suavidad de las hojas, me hizo saber que era más que antiguo. Las letras carecían de significado para mí, excepto las ilustraciones que mostraban gente con trajes extraños levantando las manos al cielo o en circulo rodeado un montón de cosas amontonadas en el piso. Parecía de brujería.
Lo dejé en su lugar y continúe revisando. Su escritorio no tenía nada encima más que la suciedad del lugar. Los cajones, antiguos igual que la madera, los abrí despacio intentando pensar que ninguno estaba encantado o que poseyeran una bomba que se activaría en cuanto los abriera. El primero solo tenía papeles revueltos y plumas de diversos colores, el de abajo tenía la apariencia de ser el que más se abría. Adentro se escondía un llavero con muchas llaves, un reloj de lo que parecía oro, algunas pulseras de mujer y mi teléfono.
La decepción y la amargura de la primer mentira me derrumbaron. Lo saqué del fondo del cajón y lo inspeccioné, la pantalla estaba rota y por supuesto que no prendió. Lo miré largo rato tratando de pensar porque me mentiría, pero no supe ni que pensar. Tal vez su miedo a abandonarlo o que ya estaba involucrado con él y eso me ponía en peligro o ...
... no había más que pensar.
Lo guardé en el mismo lugar y salí del granero.
Caminé despacio y me detuve varias veces a apreciar la naturaleza que me rodeaba. Ví algunos conejos silvestres y un par de renos. Cuando llegué a la cabaña, el día había avanzado y ya tenía hambre. Won Sik llegaría a casa en cualquier momento y yo debía pensar con claridad todas las preguntas que me atormentaban más que antes.
El chirrido de la puerta de la entrada anunciaron su llegada y el temor incesante de lo que cambiaría a partir de esta noche, harían que de nueva cuenta todo a mi alrededor se destruyera.
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ANOCHECER (VIXX Fanfic Yaoi)
Fiksi Penggemar**TERMINADA~EDITANDO** En un mundo sin suerte, Taek Woon se esfuerza por sobrevivir. En un mundo diferente, Taek Woon sería un rey. En un mundo antiguo, Taek Woon realizaría el descubrimiento más importante para la humanidad. En un mundo irreal...