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—Él... él... —Suspiré controlando el ardor en mi garganta — ...él fue todo para mí.

Nos quedamos quietos y en silencio y varios segundos permanecimos así hasta que Won Sik dejó de abrazarme, levantó el rostro y con su mano helada, me hizo voltear a verlo. Sabía que mis ojos debían estar acuosos, pero no me importó. Me acarició la mandíbula y terminó por besarme despacio pero profundo.

—Yo también amé a alguien hasta el punto de perderme por él —Confesó —. Pero la gente que ahora quiere eliminarme, me lo arrebataron... lo asesinaron.

Estábamos viéndonos de frente por lo que observé un brillo extraño en sus ojos y la deformidad en sus labios.

"Lo lamento."

Negó con la cabeza y continuó acariciando mi rostro.

—Eso fue hace mucho. Ahora te tengo a ti.

Volvió a besarme pero está vez fue un beso rápido.

"Te ruego que continúes, prometo que te diré todo sobre Hakyeon". Pensé, pero no estaba muy seguro si tendría el valor suficiente.

Won Sik sonrió y su rostro me mostró resignación.

—En mi antiguo hogar siempre hubo guerra a mi alrededor. Crecí sabiendo que solo unos cuantos poseíamos poderes excepcionales y que éramos los primeros en ser mandados al frente de la batalla. Por ese motivo, mi madre me oculto de todos —Dejó de hablar para acomodarse y se acostó de tal manera que su cabeza quedó recostada sobre mis muslos. Comencé a acariciar su cabello mientras continuaba hablando —. Pero ella era una tonta, creyó que si escapaba podríamos alejarnos de todo sin esperar que los que tenemos poderes no podrían encontrarnos. Ese fue su primer error porque pudieron rastrearme y seguirnos. No llegamos muy lejos así que cuando estuvimos acorralados, ella me entregó sin resistencia.

Se detuvo ahí, cerró los ojos, apretó los labios y permaneció quieto, hasta que continuó narrando.

—Me llevaron al castillo del Rey Ken donde fui tratado con amabilidad y como si fuera un hombre importante. Yo tenía 13 años cuando comenzaron a entrenarme y a aprender a explotar todos mis poderes. Pasé años perfeccionando dones que no tenía idea que poseía y sin fanfarronear, te puedo decir con orgullo que siempre fui el mejor en todo lo que hacía —Abrió los ojos y me miró. Se veía muy inocente y frágil en esa posición —. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Mis compañeros odiaron que un chico de campo como yo tuviera mejor habilidad y como si no fuera suficiente el tener que soportar los castigos de nuestros maestros, los chicos con los que crecí y a los que me veía obligado a llamar "Hermanos", se dedicaron a ser crueles y a darme enormes palizas por su estúpido y dañado orgullo.

Llevó las manos hacía su cabeza e hizo a un lado parte del cabello en la coronilla; destapó una larga y fina cicatriz como de 5 cm de largo, era rosada y un poco abultada. 

—Ésta me la hicieron cuando aprendí a controlar el fuego y ésta otra fue porque logré ser el único en poseer 7 dones —Levantó la manga de su playera y me mostró una cicatriz en forma de "estrella" en el hombro —. No te preocupes ni te pongas triste, eso está mas que olvidado y ahora queda el recuerdo de lo que me ayudó a ser fuerte.

Le sonreí, mostraba que me decía la verdad.

—Sufrí, no te mentiré. Estar aislado durante tantos años fue una tortura. Le veía la cara a las mismas personas y hacía las mismas actividades. La rutina fue exasperante hasta el punto de hacerme escapar varias veces hacia el poblado que estaba cerca. Era joven e impulsivo, nada me importaba; la primera vez no llegué mas allá de la enorme pared que protegía el castillo, la segunda estuve por varios minutos corriendo por el bosque hasta que de nueva cuenta me atraparon. Las siguientes consistieron en lo mismo, corría y peleaba solo para terminar encantado y ser transportado hasta los calabozos —Volvió a callarse y en silencio se rió. Estiró una de sus manos y agarró la mía para poner ambas sobre su pecho —. Cuando todos creyeron que había aprendido mi lección, volví a escaparme, pero ésta vez con éxito. Atravesé el bosque ayudándome de mis poderes y haciendo perder mi rastro. Llegué por la tarde-noche así que en las pequeñas calles aún había gente. Estaba maravillado y aliviado de poder ver algo más que el moho en las paredes del castillo y la enorme nariz del rey Ken —Hizo una nueva pausa donde los músculos de la cara se le contrajeron —. Perdido entre los olores y el ruido, lo encontré o más bien él me encontró a mi. Esa fue la primera vez que lo vi y que necesité para caer rendido a sus pies. No te diré que nuestro encuentro fue como en un cuento, porque la verdad es que él era un ladrón y puso en mi su siguiente objetivo para robar. Como podrás suponerlo, leí su mente desde el momento que apareció mi rostro en su mente, pero quise seguir su juego al cabo que no podría hacerme daño. Me metí entre la gente y caminé despacio hasta llegar de regreso al bosque para ver que tan valiente o estúpido era.

Se levantó y se sentó. Me quedé quieto y en silencio observándolo. Estaba muy feliz de escuchar parte de ese pasado que creía que jamás me enteraría, pero tenia el presentimiento de que estaba a punto de enterarme de cosas que serían mejor dejar en el pasado.

—Ya está anocheciendo y tengo hambre. ¿Podrías preparar algo en lo que te sigo contando? —La sorpresa en mi rostro debieron ser muy graciosas porque soltó una gran carcajada.

— ¿Ahora soy tu sirvienta? —Dije haciéndome el ofendido.

—No, no lo eres. Tu eres mas que mi compañero, mi amigo, mi novio... 

— ¿Cuándo me preguntaste que fuera tu novio? —Lo atajé sin dejarlo terminar de hablar.

 Me hizo una exagerada cara de asombro.

— ¿A poco los besos que nos hemos dado y esa vez que casi te arranco la ropa, fueron algo que haces normalmente con tus amigos?

Nos quedamos quietos, mirándonos con cierto recelo.

—No —Contesté —. Pero tu nunca me has pedido que sea tu novio. 

Se levantó del sofá y se quedó parado frente a mi en una postura retante.

—Jung Taek Woon, no hay necesidad de pedirte algo tan obvio como eso. Somos novios, pareja, amantes. No me vengas con palabrerías en éstos momentos.

Por mi mente pasé imágenes de lo que yo sabia significaba ser novio, pareja o amante y pude asegurar que ninguna se parecía a lo que él y yo teníamos o hacíamos.

El silencio duró más del que esperaba y no supe que mas decir o pensar porque su cara, que antes estaba riéndose, ahora mostraba la seriedad de alguien molesto.

—En verdad deseo con desesperación poder llevar ésta relación al siguiente paso, quisiera que nuestras pieles se rozaran en partes que nuestros ojos no alcanzan a ver y que entre gemidos digas mi nombre. 

Nos imaginé besándonos mientras estábamos desnudos y sus enormes manos me tocaban.

—Sí, yo también me he imagino eso —Contestó ante mis pensamientos. 

Estiró su mano y me la ofreció.

— ¿Qué te parece si por el momento nos dedicamos a pensar en cenar algo? —Dije para tomarnos de la mano y jalarme para ayudarme a levantarme.

Volvió a sonreír y junto al jalón, me abrazó para darnos un beso, pero no uno como el que a veces imagino, si no uno real.

ANOCHECER (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora