True Magic

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No nos dijimos más y no tocamos a profundidad el tema.

Won Sik intuía que yo sabía más de lo que decía o lo que preguntaba. Sentía su incomodidad hacia mi manera de mirarlo o la forma en la que evitaba tener mucho contacto con él.

Estaba confundido, nervioso, sorprendido y paranoico. No podía dejar de darle vueltas a mis pocos recuerdos del enfrentamiento, trataba de darle lógica a todo, pero mientras más lo pensaba, más ilógico se volvía.

Cuando el día terminó y la noche nos abrazó, Won Sik se puso más inquieto. Durante el día era alguien activo y alegre, por las noches su actitud cambiaba volviéndose taciturno y a la defensiva. Nunca me había percado hasta ahora que no dejé de mirar cada uno de sus movimientos en espera de poder ver algo que reafirmara mis sospechas, que Won Sik, el chico que amaba con desesperación, era un brujo.

—Es verdad, pero soy más un hechicero —Señaló.

Alumbrado con una pequeña vela, Won Sik unió su respuesta a mi afirmación.

Estaba tan concentrado en mis cavilaciones, que el que me haya confirmado mis pensamientos, no me asustó, sino hasta que comprendí que me había leído la mente.

Alcé la vista para verlo alumbrado con la luz amarillenta. Sus ojos estaban fijos en mi.

—Si, puedo leerte la mente —Dijo en voz alta, lo suficiente para escucharlo con claridad.

Mil imágenes pasaron por mi cabeza en un intento desesperado por encontrar un indicio que afirmarse su confesión, pero no encontré nada.

La vida tan pacífica, tan llena de sentimientos mostrados a través de miradas y no de palabras, ahora tenían sentido. No hubo necesidad de confesarle mi amor si pudo escucharlo a través de mis pensamientos...

... todos y cada uno de mis pensamientos fueron escuchados, leídos, vistos...

— ¡¿QUÉ?! —Grité.

La sorpresa me llegó tarde.

Won Sik bajó la mirada y se distrajo en el bailar de la flama de la vela sobre el piso.

— ¿De qué...? Debes estar bromeando. ¿Cómo puedes tu, si eso no es posible? No me salgas con tonterías en un momento tan serio como este.

Mis palabras, incoherentes y apresuradas, me hicieron callarme para pensar bien.

—Suena tonto, fantasioso y como una broma. Ten la mente abierta. Tú y yo hemos estado juntos completamente solos por bastante tiempo, hemos aprendido uno del otro pequeños secretos íntimos y estamos enamorados —Se detuvo y me miró con los ojos rojos y se mordía el labio inferior —. Yo no he sido completamente honesto contigo. Sabes una parte de quién soy, pero no sabes de dónde vengo y que he hecho para merecer estar aquí. Quiero que tú y yo...

—Detente. Por favor, detente.

Cerré los ojos con fuerza y suspiré para calmar mi atolondrado corazón. Latía con fuerza en mi garganta mientras mi cabeza trataba de procesar sus palabras.

—Tranquilo, sé como te sientes. Intenta procesar lo que puedas, esto es difícil de creer pero debes...

—Detente Won Sik por favor, deja de hablar. Cállate.

Me levanté despacio y con la mano libre le indique que se detuviera y que no me ayudara.

Caminé hasta la puerta del granero y la abrí. Probé cuanto frío hacia y sabiendo que sería soportable, salí con pasos temblorosos hacia el río. El aire se metía por debajo de mi playera dándome escalofríos. Me senté frente al cause del agua que corría con fuerza frente a mi, su sonido comenzaba a tranquilizarme.

Won Sik se había vuelto loco, estar solos aquí sin ninguna otra compañía y ni otro contacto con el exterior han mermado en su salud mental. Eso era. Me daba tristeza pensar que el hombre del que estoy enamorado y al que le debo la vida, este siendo traicionado por su cerebro.

"Entonces ¿Qué pasa con la pelea que viste ayer? ¿De dónde sacaste tu las imágenes del fuego rompiendo la puerta y arrojándote con fuerza, del humo azul rodeando al chico extraño?" "¿También ya estoy loco?" Pensé.

Me acosté sobre el pasto húmedo y miré el cielo inundado de estrellas.

—Lo que viste ayer fue real, el chico extraño es un hechicero como yo pero de menor categoría.

Won Sik había salido de la cabaña y se acercaba con paso rápido para terminar sentándose junto a mi.

—Y ni tu ni yo estamos locos —Agregó.

—Deja de mentir —Supliqué.

De repente sentí sus manos agarrar la mía. La acarició y la besó con sus tibios labios. Voltie a verlo y me recibieron sus bonitos ojos llenos de inocencia.

—No te miento, es la verdad. Estoy listo para contarte todo. Por favor cree en mi.

Siguió rozando mi mano contra su cara.

"Entonces, si puedes leer la mente de verdad, grita: soy un maldito mentiroso."

Esperé.

— ¡¡SOY UN MALDITO MENTIROSO!! —Gritó y la sangre se me heló.

El corazón me latió con mayor velocidad mientras comenzaba a temblar, asustado y confundido.

—Te juro que no te miento. Puedo leer la mente, controlar los elementos, crear ilusiones, dominar a los animales, someter a quien quiera y más trucos y artimañas.

Me reí. No pude evitarlo.

—Sigues sin creerme —Afirmó con decepción.

Asentí con la cabeza, era imposible creermelo a pesar de que me lo acababa de demostrar. Estaba comenzando a creer que soñaba.

—No estás soñando.

— ¡Detente, deja de leer mi cabeza, sal de aquí!

Jalé mi mano para safarme de las suyas y me levanté.

—No me sigas —Le ordené.

Debía apartarme, dejar de verlo. Sentía una poderosa atracción que me decía que tenía que estar a su lado, que no podía separarme de él, que no me alejara. Asustado y tembloroso me adentré en el bosque para ir a la cabaña, sí en verdad pasó lo que recordaba, la puerta del baño debería estar deshecha y eso me haría creerle, deseaba tener mil razones para creerle. Estaba asustado.

Subí rápido olvidando el dolor de mi cuerpo y guiándome en mis recuerdos para poder llegar sin perderme. La neblina hacia difícil el camino y el frío comenzó a hacerme castañear los dientes. En cuanto llegué al camino de tierra me sentí aliviado, estaba cerca y solo debía seguir su ruta.

Por fuera, la cabaña se veía intacta. Entré con los pies inestables y caminé hasta la puerta, ésta se hallaba quemada y destrozada sobre el piso del baño. La cama tenía las sábanas pintadas de azul y en la cocina parecía como si un animal salvaje hubiera saqueado todo.

Tuve que sentarme en la única silla en pie junto a la cama, todo estaba tomando sentido en mi cabeza. Won Sik había dicho la verdad.

El olor a azufre inundó mis fosas nasales, confirmándolo.

ANOCHECER (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora