Anatomía de un corazón

10

Escuché a alguien tocando la puerta y luego pasar.

-Mark, ¿Que tal tu día?

-El hospital es extraño sin ti. -Reí.

-¿Quieres quedarte a comer? Voy a pedir sushi.

-Me encantaría. -Se sentó en el sillón a mi lado.

-¿Owen no vendrá?

-No lo creo. Hemos terminado. Bueno, no teníamos una relación pero creo que me entiendes.

-Esa es la mejor noticia de mi semana. -Su sonrisa iluminó su rostro.

-¡Mark! Deja de sonreír. -Le pegué con una almohada riendo. -Eres mi amigo, se supone que debes consolarme. -Dije riendo.

El timbre sonó y Mark fue a abrir. Era el chico del sushi. A pesar de mi insistencia, Mark pagó.

Vimos una película en netflix mientras comíamos.

Nos quedamos hablando y riendo hasta tarde. Era raro pasar mas de veinte minutos con Mark sin reír.

La medianoche llegó y Mark se fue, el trabajaba por la mañana.

Cuando por fin llego mi primer día de trabajo después de una semana de reposo. Yo me había levantado antes para bañarme, ordenar y maquillarme un poco. Cuando estaba lista, salí y me dirigí al hospital. En el camino, compré cafe. Uno para mi y otro para Arizona, era lo menos que podía hacer.

Llegué y me encontré en el ascensor con Arizona.

-¡Amiga! Estoy tan feliz por tu vuelta. Pediatría no es lo mismo sin ti.

-Te he extrañado. -Le di el café. -Gracias por tomar mis cirugías esta semana.

-Es lo que las amigas hacen. Abren niños cuando tu no puedes. Ahora debes contarme que ha pasado con Owen.

-Al parecer los chismes vuelan aquí.

Le conté que lo deje pero no le dije el porque. Iba a decírselo mas tarde.

Cuando llegué, fui a ver a un niño, seria mi primer cirugía del día. Era un transplante de riñón. Un interno hizo el preoperatorio y Alex Karev entró a la cirugía conmigo.

-Buen trabajo Karev. -Dije cuando la cirugía terminó. -¿Sabes que lo tuyo es la pediatría, verdad?

-Lo había pensado. No por que me gusten los niños, sino porque es una especialidad completa. -Ambos sabíamos que el tenía una increíble conexión con los niños.

-Seguro. Si necesitas una mentora, estaré encantada de darte clases.

-Gracias Doctora Hook.

-Cassie. Nos vemos.

Fui a avisar a la familia que todo estaba bien, que la operación había salido bien y que no hubo complicaciones. Cuando terminé, el jefe me llamo para hablar. El preguntó como estaba, me pidió perdón por el accidente y me dijo que estaba encantado de tenerme en el hospital.

Fui a buscar unos estudios y me encontré a Jackson Avery. El estaba aprendiendo de Mark, quería ser cirujano plástico.

-¿Como has estado esta semana?

-Bien, un poco estresada por no poder operar. ¿Como han estado las cosas por aquí?

-Bien. Descontroladas pero como siempre. Quiero decirte que te admiro como profesional, tu casi haces que me guste la pediatría y la cirugía fetal. -Dijo mirándome atentamente a los ojos y sonriendo.

-Gracias. -Reí. -Tu debes seguir con plástica, te he visto y realmente tienes talento.

-Gracias. Ahora que estas libre, pensé que quizás... me darías la oportunidad de invitarte a tomar algo.

-¿Estas coqueteando conmigo Avery? -Dije sonriendo.

-Quizás. ¿Que dices?

Mark

Mi alumno, mi protegido hablándole y haciéndole esa mirada a Cassie. Traicion. Leí en sus labios la palabra invitarte y fue cuando decidí meterme.

-Buenos días.

-Mark, buenos días.

-Ve a preparar el preoperatorio de la habitación 312, AHORA. Nos vemos en el quirófano, yo buscaré estos estudios. -Le dije a Jackson.

-Esta bien, genial. -Dijo yéndose. -Cassie, piensa en lo que te he dicho.

-No hay manera. -Le dije.

-¿Ahora manejas mi vida amorosa? -Dijo sonriendo.

-Por favor, el es un residente.

-No veo cual es el problema. El es sexy. Ademas estoy soltera, puedo hacer lo que quiera.

-¡No!

-¿Estas celoso o todo es imaginación? -Dijo encarnando una ceja sonriendo.

-¡Claro que no es imaginacion!

-Em... Aquí están los estudios. -Dijo un señor de lentes y me los dio.

-Gracias. -Su sonrisa se había borrado y no dejaba de mirarme directo a los ojos. -Nos vemos... nos vemos mas tarde.

Tenía que dejar de perder tiempo.