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El niño se salvo, no existieron grandes complicaciones. El las había superado todas.

-Queda de mas decirlo que si algún día quieres volver, tu puesto seguirá siendo tuyo. Sera un honor tenerte y trabajar contigo. Fuiste mi mejor decisión en años.

-Gracias Richard, lo tendré en cuenta.

-Mándale saludos a tu familia y dile a tu padre que venga a Seattle a visitarme.

-Tu mandale a Adele.

Esa tarde de domingo lluviosa, partimos a Londres. Estaba un poco fría con Nathan, todo culpa de Mark. ¿Como se le ocurre proponerme casamiento de la manera mas hermosa existente un día antes que me vaya? Tenía mi puesto y el a su hija. No podíamos abandonar nuestra vida. Lo seguía amando, si pero tenía que olvidarlo, de nuevo. Volver a Seattle había sido un error.
Llegamos y luego de ordenar todo me tome un baño y me acosté.

-¿Todo esta bien? -Me preguntó Nathan abrazándome.

-Si, estoy agotada y mañana entro temprano.

Todo en mi vida volvía a ser aburrido. Sin Mark, ni mis amigas, sin cirugías. Dos meses después de volver de Seattle, con Nathan cortamos. La realidad era que fue mi culpa, no volví a ser la única desde que viajamos a Seattle. Lo bueno es que quedamos como amigos. Y debíamos hacerlo, éramos compañeros de trabajo.

Ya habían pasado siete meses desde que volví de Seattle y esa mañana, me llegó una llamada de Arizona.

-Hola Arizona.

-Hola Cassie, Ha nacido Sofia.

-¡Que felicidad! -Grité. -¡Te felicito amiga! Esta noche salgo para allá.

-Callie ha tenido un accidente pero ambas están bien, por eso ha nacido prematura.

Esa noche, como le había prometido, tomé un avión a Seattle. Llegué y fui al hotel mas cercano del hospital. Luego de dejar mis cosas, fui al hospital. Pregunte por la habitación y me dirigí a ella.

Entré y me encontré a Callie, Arizona, Mark y Sofia.

-Oh por dios. ¡Es hermosa! -Dije acercándome a Sofía, que Callie la tenía. Ella me la dio y la cargué. -Los felicito chicos, es una bebe hermosa.

-Gracias por estar. -Dijo Callie mientras yo tenía a la bebe y la miraba.

-¡Mark! -Dijo Arizona en voz baja retándolo y el me dejo de ver atentamente.

-Callie, ¿Tu como estas? Arizona me ha contado del accidente.

Ella me contó todo lo sucedido, yo la escuche. Gracias a Dios todas estaban bien.

Me quedé con ellas un rato largo hablando, felicitándolas y mirando a mi sobrina.

Ya era tarde y decidí irme para dejarlas descansar. Estaba saliendo del hospital cuando detrás mío, apareció Mark.

-Hey Cassie.

-Mark, felicitaciones de nuevo. Serás un gran padre. -Dije mirándolo a los ojos con una sonrisa.

-Eso espero. Es bueno verte de nuevo, te he extrañado.

-Creo que me voy al hotel antes que se haga mas tarde.

-Te acompaño.

-Esta a unas pocas cuadras de aquí. Mejor quédate con tus niñas, debes cuidarlas mucho. Prométeme que lo haras.

-Lo haré.

-Genial. Nos vemos mañana. Adiós.

-Adiós Cass.

No iba a volver a acercarme a el. Debía ser lo mas fría posible. No quería volver a sufrir.

Dormí y al otro día me levante a las 9 am. Fui a desayunar a un lugar a una calle del hospital y luego fui a verlas, a ver si necesitaban mi ayuda.

Estuve con los cuatro todo el día. Los ayude en todo lo que necesitaban.
Unos días mas tarde, acompañe a Callie en su día de alta y hasta su casa. Luego de eso y de obligarlos a llamarme ante cualquier problema, tomé mi avión a Londres.

Todas las semanas hacía videollamada con ellas para ver a Sofia, le mandaba regalos. Estaba tan feliz por mis amigas.

Para el cumpleaños de un año, iba a ir para allá unos días. Era feliz por cada palabra nueva que aprendía, por cada cosa que aprendía. Me sentía una madre mas.

Se viene el drama...

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora