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Mark

Dos meses después de conocerla y decirme que solo quería ser mi amiga, estábamos en la biblioteca investigando sobre un extraño caso al que teníamos que operar en conjunto. Estábamos bromeando cuando nuestros buscapersonas sonaron.

Alerta negra. Evacuar el hospital.

Nos miramos.

-No entiendo lo que es alerta negra.

El tomó su teléfono y llamo a Callie. Del otro lado pude escuchar gritos y la cara de Mark cambió por completo.

-Hay... un loco con un arma que ha matado a varios médicos.

-Oh Dios.

-Debemos salir de aquí ahora. -Dijo tomándome la mano y llevándome a la salida de la biblioteca.

-Mark, yo no iré a ningún lado sin asegurarme que mis niños están bien.

-¡El no los busca a ellos!

-No me importa. -Dije soltándome y corriendo al ala de pediatría.

Subí las escaleras y encontramos a una enfermera desplomada en el suelo en un lago de sangre.

Como por instinto, grité. Mark me tapó la boca. Jamás el hospital había estado asi. Todo estaba en silencio y a veces se escuchaban gritos. Me costaba respirar. Me costaba respirar del miedo.

-Debemos ser silenciosos. -Dijo y le tomó el pulso a la enferma. -Ella esta muerta, no hay nada que hacer.

-Mark, escucha. Ve afuera. Quiero que estés bien, no te metas en esto por mi. Es una locura.

-Es una locura pensar que te dejaré sola, que me iré sin ti.

Le sonreí.

-Estas loco. -Dije mientras seguíamos bajando la escalera.

Llegamos al ala de pediatría sin ningún problema. Todo el hospital estaba desolado. Jamás había estado tan silencioso. Rápidamente encontré a Arizona que me abrazó fuerte.

Trasladamos a los niños a una habitación todos juntos. Una habitación segura. Donde los cuidaríamos a todos fácilmente. Mark ayudó.

-Hay un niño que necesita una dosis de antibióticos en el cuarto 8.

-Iré. -Dije dejando al último niño.

-Iré contigo.

-Arizona puede necesitar de tu ayuda. -Dije corriendo.

Cuando llegue, la puerta estaba abierta y el niño estaba durmiendo. Entré y me encontré al tirador. Me tomó de sorpresa. Llevé mi mano a mi boca para evitar gritar. El le estaba apuntando al niño.

-¡Escúcheme!. Baje el arma antes que despierte. El solo es un niño, tiene padres, hermanos y abuelos. Ellos lo aman. Estoy seguro que usted tiene familia y lo aman. -Me di cuenta que me había metido la mata cuando comenzó a llorar.

-Apúnteme a mi. Pero aleje eso de el. -Dije con mis ojos cristalinos por el llanto. Pero la situación se puso aún peor cuando me obedeció y comencé a llorar sin poder parar.

-¿Es usted una cirujana?

-¡Lo soy! -Dije en medio del llanto. -La cirujana que ha salvado la vida de este niño. -Escuché cómo cargo su arma. El mundo se había pausado. Había tantas cosas que no había vivido. Tantos lugares que no visite, tantas cosas sin decir.

-¡Hey! Baje esa arma. -Entró Mark. -Realmente no se porque esta así. Si pudiera ayudar a solucionar su problema lo haría. Eso es lo que los doctores hacemos. Créame que lo haría. Pero estoy seguro que ese problema no tiene que ver con esta parte del hospital. No va a solucionar ese problema disparándole a un niño, a una doctora o a cualquier persona del hospital, del mundo.

El sin decir nada, guardó su arma y salió de allí. Caí al suelo en medio de mi llanto. Jamás me había enfrentado tan de cerca a la muerte. Pronto Mark se arrodillo y me abrazó mientras lloraba. El acariciaba mi cabello, mi espalda pero nada podía detener mi mente.

-Tranquila, ya todo terminó. Ya se fue. Estamos a salvo.

Arizona apareció agitada en la puerta y cuando me vio en el piso, corrió hacia mi.

-¡¿Que sucedio?! Acabo de verlo, ¡¿Estas bien?!

-El ha estado aquí.

-Me ha apuntado, solo eso.

Ella me abrazó y allí supe que los tres seríamos buenos amigos. Que después de esta traumática experiencia iban a volverse personas muy importantes en mi vida.

Seguíamos con los niños pero yo estaba realmente perturbada. Vivi en una casa donde no nos levantábamos la voz y de pronto aparece un extraño a intentar dispararme.

Pasó una hora cuando el hospital comenzó a llenarse de gente de nuevo. Luego de asegurarnos de que nuestros niños estaban bien, salimos afuera. Donde estaban los demás médicos y policías.

Me tomaron declaración y me enteré que hirió a Derek y Alex, pero que estaban fuera de peligro. También que mató a dos internos. Eso me puso aún peor. Estaba sentada en una ambulancia a pesar de estar bien. Mark estaba a mi lado.

-¡Cassie! -Dijo Owen que corrió a mi y me abrazó para luego besarme. -¿Estas bien? Me has preocupado.

-Si, lo estoy. Mark me ha salvado la vida.

Luego de que Owen hablará con Mark y el le contará todo, nos fuimos juntos. Él creía que era mejor que pasemos la noche juntos. Y tenía razón. Estaba muy asustada como para estar sola. Antes de irme, abracé a Mark fuerte.

-Gracias por quedarte conmigo hoy. Y por salvarme.

-No hubiera dejado que vayas sola. Se que tienes a Owen y no me necesitas, pero si lo haces, llámame o tócame el timbre. Vivimos enfrente.

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora