Anatomía de un corazón

20

Luego de almorzar, me puse las zapatillas que Arizona me dio.
Fui a buscar los resultados de unos análisis y cuando pensé que nadie veía, comencé a patinar. Pero todo salió mal y termine en el piso. Di gracias que ese pasillo quedaba en el subsuelo, donde casi no hay gente. Frente a mis ojos apareció Mark. Yo me intenté levantar pero el me ayudo.

-Dime que no me has visto caer.

-Ha sido una dura caída. -Dijo mirándome a los ojos sonriendo. -Me gusta tu nuevo cabello.

-Tengo que hablar contigo.

-¿Que sucede?

-Quiero que nos llevemos relativamente bien. Como compañeros de trabajo. Que tu sigas con tu vida y yo con la mía pero que no nos odiemos.

-Jamas te odiaría.

-¿Ni por lo de Alex?

-No, lo odio a el.

-¿Entonces aceptas?

-Si.

-Deja de mirarme asi entonces.

-¿Así como?

-Como si todavía seríamos novios.

-Lo siento. -Dijo riendo.

Yo seguí mi camino, patinando o intentando patinar.
Sentía que me había sacado un peso de encima, había hecho lo que mi mamá me había aconsejado. Pero cada vez que hablaba con el, mi corazón latía mas fuerte y mi estómago tenía cosquillas.

-Oh Dios, Dime que no tendré que usar de esas.

-No, no si no quieres. Buenos días Karev.

-Buenos días Cas. Me gusta tu nuevo cabello.

-Gracias.

Hoy operaba con Owen. Un niño que se había caído de un árbol.

-No necesitas que te diga lo bella que estas ¿Verdad?

-Owen...

-¿Volverías a aceptarme un trago?

-Claro que si. Como amigos será un gusto.

Cuando mi turno termino, me cambié y tome el ascensor. Las puertas se estaban cerrando cuando entró Alex.

-¿Vas a lo de Joe?

-No lo creo. Estoy un poco cansada. ¿Tu?

-Tampoco. ¿Vienes a cenar a casa?

-Si.

-Genial. -Me dijo sonriendo.

Fuimos a su apartamento y pedimos unas pizzas.
Reímos, conversamos y comimos. El era una persona bastante agradable cuando lograbas conocerlo. Pero jamás podría ser pareja de el. Eramos completamente distintos y seguía con mi mente pensando en otra persona.

-Cassie...

-¿Si? -Lo miré y el me besó.

Le correspondí el beso mientras tomaba su cabeza con mis manos y el me acostaba en el sillón.
Me besaba el cuello mientras intentaba sacarme mi remera. Yo saque la suya. Envolví mis piernas en su cintura y me llevo a la habitación, dejándome en la cama.
Nos sacamos la ropa restante y nos seguimos besando. Cada vez con más pasión. Sus besos bajaron hasta mi abdomen.

-Me muero por hacerte mía de nuevo. -Me dijo al oído.

-Hazlo. -Le dije en medio de gemidos en su oído.

Nos sacamos la ropa restante y tuvimos sexo.

-Vamos, quédate a dormir aquí. -Dijo mientras me levantaba de la cama.

-Lo siento, no puedo Alex.

-Vamos. Si es eso de sin sentimientos, dormir conmigo no hace que tengamos una relación o crezcan nuestros sentimientos. Todo se mantendrá igual. No tengas miedo, no voy a hacerte daño.

-Esta bien, solo por hoy. -Alex sonrió. -No festejes. -Dije riendo volviendo a la cama con el.

El me abrazó y dormimos juntos. Eran las 9 am cuando desperte y Alex ya no estaba allí.

Me puse su remera, que encontré a mi lado y fui a la cocina. Estaba haciendo tostadas.

-Buenos días Cas.

-Buenos días.

Desayunamos juntos.