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-¡Derek, te he dicho que te detengas! El ha movido la mano. Lo juro. -Arizona y Derek se miraron.

Arizona me sacó afuera mientras Derek le hacía los estudios neurológicos.

Mientras estábamos sentadas en el piso esperando, Arizona me tomó de la mano.

-Estoy rezando por el, y no creo en Dios. -Me dijo. -Los milagros suceden, tengamos esperanza.

-Yo también y no se hacerlo.

Derek salió de la habitación y me levanté a la velocidad de la luz.

-El ha mostrado unos avances. Pero eso no significa que vaya a estar bien, solo significa que no vamos a desconectarlo por ahora. Tiene que mejorar progresivamente. Hay que estar atento a el, atento a sus mejorías. Recuerda que solo es un paso en cien metros.

Lo abracé fuerte. Había surgido una esperanza de cero.

Hacia un mes que Mark estaba en coma y que yo estaba allí. Dormía con el, vivía en el hospital. Entre Arizona y Callie se turnaban para cuidar a Sofia, no querían traerla mucho al hospital. Obviamente también me encargue de cuidarla. Pasamos su primer cumpleaños en el hospital. El mismo que se había convertido en el lugar favorito de Sofia. Amaba ir a la guardería con los demás niños. También amaba estar con su padre. Ella dormía la siesta con el y lo besaba esperando a que despierte.

Me di una ducha en el baño de la habitación y Callie cenó conmigo.

Luego de eso, ella se fue con Arizona y yo me quede cuidando a Mark.

Me acosté a su lado y mi brazo lo rodeo. Estaba por quedarme dormida acariciándole la mano cuando sentí que me tomó la mano.

-Oh Dios, oh Dios.

-¿Me extrañaste? -Dijo con un hilo de voz débil, casi inaudible.

-¡Mark! Dios mio, ¡Mark! -Dije gritando y llorando mientras lo abrazaba.

Derek entró rápidamente asustado por mis gritos y al entender la situación comenzó a reír.

-Sloan, mas te vale que no me vuelvas a hacer algo así nunca mas. -Dijo mientras le realizaba un examen neurológico. Ellos se abrazaron.

Al rato vino Callie con Sofia y Arizona, que estaba operando. Era una verdadera fiesta, todo el hospital vino a verlo. Hasta las enfermeras, con quienes tuvo varios roces en el pasado por su comportamiento de "don juan". Todos estaban feliz y no era para menos. Mark Sloan era un ser agradable, que era casi imposible que le caiga mal a alguien.

-Cassie, puedo quedarme con el. Arizona se queda con Sofia. Ve a descansar.

-Ve con ellas, puedo quedarme. No me molesta.

-¿Estas segura?

-Lo estoy.

-Mark, ella se ha quedado a tu lado todo un mes, haz algo. Ya sabes a lo que me refiero. Esta chica te ama horrores. -Dijo Callie antes de irse mientras me abrazaba.

-¿Es cierto?

-Si. Tu ya habías hecho eso por mi cuando me apuñalaron, años atrás. -Dije sentándome en la camilla, a su lado.

-No un mes.

-Te odio, tu no sabes lo que he sufrido. Pensar en perderte me destrozo. -Dije llorando. -Siento una felicidad única, que jamás había sentido.

-Yo, lo siento mucho. -Dijo tomándome la mano fuerte.

-Mark, no quiero perder mas tiempo. Este mes, me abrió los ojos. No quiero vivir sin ti. Siempre tuviste razón, somos almas gemelas. Mark... ya me lo has dicho en dos ocasiones pero un tanto inoportunas. ¿Te casarías conmigo? Y bueno, ¿Volverías conmigo?

-¿Estoy muerto? ¿Esto es el cielo? -Dijo riendo. -Claro que si Cassie. -Dijo besándome.

-Gracias por vivir.

-Espera, ¿Y tu trabajo? No puedo dejar que abandones tu sueño por estar conmigo.

-Renuncie. Seattle es mi lugar y además operar dos veces por semana no me hacía feliz. Soy feliz contigo y el bisturí aquí.

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora