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-Mark...

-Cassie...

-¿Que haces aquí? -Pregunté.

-Yo trabajo aquí.

-Pensé que te habías ido a Nueva York.

-Lo pensé mejor y decidí quedarme. He oído que estás aquí por el tratamiento. No tuve oportunidad pero felicitaciones. No me sorprendió de ti, eres una increíble cirujana.

-Gracias Mark.

-Hey, ¿Te has operado el busto? -Dijo mirando fijamente.

-Ay Mark, por favor. -Dije riendo. Por un momento la conversación se había vuelto menos incómoda. -Fue mi madre.

-Me imaginaba.

-Oh Dios, no puedes hablarme de eso cuando nos vemos por primera vez en cuatro años. ¡Deja de mirar!

-Soy cirujano plástico, no me culpes. -Ambos reímos, el seguía siendo el de siempre. -Es lindo verte de nuevo y estas hermosa, misteriosamente cada vez te pones mas bella.

Lo miré sin saber que decir o que hacer, solo le sonreí de nuevo y cuando me vio sonreír, el también lo hizo.

-Mi amor, por fin te encontré. -Dijo Nathan viniendo hacia mi y tomándome de la mano. Pude ver la mirada de Mark sobre nuestras manos unidas y luego sobre el. Era un nuevo nivel de incomodidad. -Oh, mucho gusto soy Nathan, tu debes ser otro de los amigos se Cas. -No podía ser peor.

-No sabía que tu eras su novio, es un placer conocerlo Doctor Riggs. Soy Mark Sloan de cirugía plástica y si, hemos sido buenos amigos en el pasado. -Dijo Mark.

-Tengo hambre. Bajemos a comer. -Le dije a Nathan.

-Seguro, vamos. Nos vemos Mark.

-Adiós Nathan.

No tuve valor para hablarle. Cuatro años lejos de el. No pensé que iba a suceder eso, que iba a afectarme verlo, y mucho mas que me vea con Nathan. Si el tenía esposa o novia, realmente no quería conocerla o enterarme.

Fuimos a comer a un restaurante de por ahí cerca. Volvimos al hospital y fuimos a chequear a la paciente.

Pronto entramos a operar. Estaba mas nerviosa que nunca, tenía a mi ex jefe mirándome para aprender. En la ventana, estaba lleno de cirujanos. Y a un costado, estaba Mark. Era imposible sacarlo de mi mente.

La operación salió bien. Cuando terminamos, fuimos a hablar con los padres de que todo iba a estar bien, pero que íbamos a cuidar de ella los próximos días. Nos abrazaron, lloraron y todo eso. Mañana volveríamos temprano.

-¿Entonces vamos a lo de Callie y Arizona?

-No me vendría mal un poco de diversión.

Fuimos al hotel a cambiarnos y fuimos a lo de Arizona luego de comprar un vino y una torta.

Tocamos la puerta y nos abrió Callie con su enorme sonrisa. Ahora ellas vivían en una hermosa casa con un patio enorme.

-Pasen, pasen. -Dijo abrazándonos.

Nos quedamos allí hablando, como si no hubiesen sido tantos años sin vernos. Allí supe que mi amistad con ellas dos iba a ser para siempre, sin importar los años y la distancia.

Estábamos tomando vino con quesos y maní cuando alguien toco la puerta, Arizona fue a abrirle y volvió con alguien mas, Mark.

Mientras esperábamos a que el pavo se haga, Nathan hablaba con Mark y yo con Callie y Arizona.

-Es bueno que no existan rencores entre tu y Mark. -Dijo Callie.

-No terminamos mal, no veo porque los tendríamos. Igual verlo me tomó por sorpresa, pensaba que estaba en Nueva York.

-La única familia que tiene esta en Seattle, por eso decidió quedarse. Y le ofrecían el mismo trabajo que tenía aquí.

-A el le sorprendió que Nathan sea tu pareja. -Dijo Callie.

-Han pasado años, era normal que vuelva a hacer mi vida amorosa. Con el estoy hace dos años.

-Bueno, digamos que para el ha sido difícil. Me refiero a que volvió a ser el Mark que conocimos al principio. -Dijo Arizona.

-Y tenemos algo que contarles. -Dijo Callie sonriendo y hablando para todos.

-Dime Callie.

-Con Mark y Arizona hemos decidido intentar ser padres. Se que suena extraño pero hemos elegido mi utero y estoy embarazada. Queremos pedirte que seas la madrina. Será una niña y se llamara Sofia.

Grité de la emoción y las abracé. Nathan felicitó a los tres.

-Sofia tendrá a las mejores madres y al mejor padre del mundo. Estoy tan feliz por ustedes, se cuanto lo deseaban.

-Y tendrá la mejor madrina del mundo. Derek será su padrino.

Nos quedamos hablando de la noticia un rato mas. Estaba tan feliz por ellos. Callie quería ser madre desde que tenía razón. Cuando estábamos juntos con Mark, el me contó de su deseo de paternidad. Y con respecto a Arizona, ella era como yo, no quería hijos al principio pero luego se ablando por amor a Callie.

Comimos todos juntos, se sentía muy acogedor estar con ellos de nuevo. Sentía que había encontrado la pieza que me había faltado estos años. Sentía una felicidad extrema, como hace tanto tiempo no sentía.

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora