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Cassie

Todos los días nos mandábamos mensajes con Mark, y cuando estábamos libres, hablábamos por skype. Pero eso cada vez se fue haciendo menos frecuente. Teníamos horarios distintos de trabajo, había una gran diferencia horaria entre Seattle y Londres, y simplemente por el tiempo. Ambos sabíamos que esto iba a ocurrir tarde o temprano.

Yo me había abocado a mi trabajo como jefa y le propuse hacer un trabajo con Riggs de investigación. Siempre había querido hacerlo y ahora que no estaba con tantas operaciones era el momento. Solo operaba a pacientes importantes o difíciles. Nathan aceptó.

Recuerdo la última vez que hablé por Skype con Mark, el no paraba de mirarme y sonreírme. Me felicitó por lo de la investigación y a su vez se puso celoso ya que iba a pasar mas tiempo con "McDreamy europeo".

Hacia dos años desde la ultima vez que había hablado y por suerte pude adaptarme bien a Londres y a mi puesto. Juliet, Izzie y Nathan fueron los responsables de ello. Habíamos formado un lindo grupo de amigos, donde nos apoyábamos mutuamente. Cada uno tenía sus cosas pero nos complementábamos bien. Yo con mi malhumor, Nathan con su ego, Izzie con su excesiva felicidad y Juliet con su dramatismo. Ellos eran mi nuevo soporte, mi nueva familia. A veces pensaba en el Seattle Grace. Que era de cada uno. Con Arizona a veces chateábamos. Me preguntaba que era de Mark, pero por un lado no quería saberlo. Tenía miedo saber que estaba casado o algo así.

Hoy atenderíamos a una paciente que tenía un tumor en las células del corazón. Era un cancer no tan común pero podía ser bastante agresivo. De esto trataba nuestra investigación. Ya era nuestro cuarto paciente, los demás sin éxito. Siempre tuve un amor especial por Cardio, así podía meterme mas en el tema.
Jamás me había involucrado demasiado con mis pacientes, era bastante fría con eso, pero cada paciente en el cual no resultaba nuestro tratamiento me devastaba. Lo sentía personal. Sentía que les fallaba.

-Riggs, tengo que hablar contigo. -Dije entrando a la sala donde descansaban los médicos.

-Dime Cassie.

-Ella será la última. -Dije refiriéndome a la niña a la que operaríamos hoy implementando nuestro método, el método Riggs-Hook. -No puedo seguir fallando. Esta en mi adn, si fracaso me deprimo. -El rió.

-Algo me dice que ella será la indicada. Arreglamos todos nuestros errores de las otras veces. Nada va a salir mal, somos una buena dupla.

-Prométeme que si no funciona será la última.

-Te lo prometo. Ahora prométeme que aceptarás ir a tomar algo conmigo. Después de dos años de insistencia es hora ¿no crees? -Dijo riendo.

-Te lo prometo. En diez minutos nos vemos en el quirófano.

Me puse mi ropa de cirugía y fui al quirófano 1. Me lavé las manos y entré. Con Nathan comenzamos a operar cuidadosamente, tomándonos nuestro tiempo.

-Tranquila, tu puedes. -Me dijo antes que comience con mi parte. Lo miré y luego baje mi mirada al corazón y opere.

La operación salió bien, como en nuestro ultimo paciente. Ahora restaba esperar, esperar que no haya complicaciones y que su corazón funcione bien. Habíamos decidido quedarnos toda la noche a chequear. Yo me quede despierta adelantando papeleo y de vez en cuando iba a verla. Estaba allí cuando despertó. Le realice un examen físico y pude ver que todo estaba bien en ella después de chequear los demás estudios por décima vez.

-Lilly, estas libres de cancer. -Le dije sonriéndole. Sus padres lloraron de la felicidad y me abrazaron.

Cuando me soltaron, corrí a buscar a Nathan. Corrí por todo el hospital sin encontrarlo hasta encontrarlo durmiendo en una camilla descansando, que cuando me vio se levantó.

-¡Lo hicimos! -Le grité.

-¡No!

-Ella esta despierta y esta perfecta de salud, libre de tumor.

-¡No lo puedo creer! -Dijo abrazándome y elevándome. -Te dije que íbamos a lograrlo. -Me dejó en el piso y sin soltarme, se acercó eufórico a mi y me besó. Le correspondí el beso.

-Vayamos a verla. -Dijo cuando nos separamos.

-Los padres quieren abrazarte. -Dije riendo.

En mi cuerpo no entraba tanta felicidad. Esa noche, como le prometí, fuimos a un pub.

El se pidió un martini seco y a mi un gin tonic.

-Era hora que aceptes mi invitación. ¿Acaso eres así con todos?

-Créeme, lo soy. -Dije recordando a Mark y cuanto insistió. -Pero me caes bien.

-Tu estas en el siguiente nivel de eso.

-¿Cual sería ese nivel?  -Dije riendo.

-Tu me gustas, me has gustado estos dos años. Desde que me preguntaste si era americano. Y realmente te admiro como profesional.

-Nathan...

-Muero por besarte.

-No me hagas esperar mas. -Le dije sonriendo.

 -Le dije sonriendo

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Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora