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Estábamos analizando una tomografía en la computadora con Alex.

-¿Todo esta bien con ese asunto de Mark?

-Lo esta. -Le sonreí imitando la sonrisa de Arizona. -Eso ya paso. Se que no me crees, pero realmente estoy bien.

-Genial, asi puedo hacer esto. -Dijo besándome.

-Oh por Dios. -Dije cuando separamos nuestras bocas. Él sonrió. Lo tomé del brazo y lo lleve a un cuarto de descanso.

Cuando cerré la puerta, me saqué la remera imitándolo a el, mientras nos besábamos.

-Sin sentimientos, ¿Esta bien?

-Sin sentimientos. -Respondió besándome el cuello.

Hicimos el amor allí, en la sala de descanso, donde había estado con Mark cientos de veces. Tenía que admitir que Alex me sorprendió en ese sentido. La había pasado realmente bien y casi no había pensado en Mark. Eso mantuvo ocupada mi mente.

-Quedémonos un rato mas. -Dijo cuando me levante de su lado poniéndome la ropa interior.

-Tengo que ir a ver un paciente de Bailey.

-Esta bien. -Dijo besándome. Se cambió junto conmigo.

Abrí la puerta para volver a mis tareas pero algo me tomó de sorpresa. Mark estaba en la puerta, probablemente por entrar.

Nuestras miradas se conectaron, pero sus ojos rápidamente se fueron a Alex.

-¿Ustedes dos están... juntos?

-Alex, ve a ayudar a Arizona. -El me obedeció y salió de allí, no sin antes sentir la mirada fulminante de Mark.

-No lo mires así.

-No estaba tan confundido.

-No hablemos de fidelidad Sloan.

-Rompimos hace tres semanas y ya te has acostado con el.

-No puedo creer que me estés diciendo esto. ¡Tu te acostaste con ella mientras estabas conmigo!

-Y fue el peor error de mi vida. Contigo lo tenía todo.

-Permiso, tengo que ir con Bailey. -Me fui de allí antes de llorar. Si todo seguía así, no iba a superarlo nunca. No iba a estar "realmente bien" nunca. Debía tomar una decisión.

-Me acosté con Alex. -Le dije a Arizona.

-¡Oh por dios! Cuéntame que tal es en la cama.

-Genial, bueno mas que genial. Pero Mark nos vio.

-Seguramente por eso no encontraba a Callie por ningún lado.

-Y volvimos a pelear.

-Lo importante es que eres una mujer libre, tu puedes hacer lo que quiera.

-Quiero volver a Los Angeles. -Arizona se atraganto con la ensalada que estaba comiendo.

-¡¿Acaso estas demente?! ¿Que haría yo sin ti? Eres mi mejor amiga y mi compañera de trabajo. Tu vida, tus amigos están aquí. Eres una mujer fuerte, tu puedes superar a ese idiota.

-Solo unas semanas. Usaré mis vacaciones que todavía no use. En principio unas semanas.

-No voy a dejar que te quedes allí. Vas y vuelves, ¿Si?

-Ya hable con Richard, salgo mañana. Ver a mis antiguos amigos y a mi familia me hará bien.

-Me llamaras todos los días y te llevo al aeropuerto.

-Voy con mi auto. Gracias amiga.

Esa noche cuando llegué a mi casa, ordene todo y puse en mis maletas parte de mi ropa.

Al día siguiente, amanecí para desayunar en el aeropuerto.

Todo iba a cambiar. Todo iba a ser diferente. Necesitaba volver a ser yo.

Mi día comenzó de la mejor manera, con mis padres dándome la bienvenida en el hospital.
Luego de eso, mi padre volvió a la guardia y con mamá, que tenía día libre fuimos a almorzar.

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora