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Cassie

Estaba intentando ocultarme. Caminaba de un lado al otro de la habitación. La puerta de esas habitaciones donde dormíamos los especialistas se abrió y Mark me metió adentro.

Comenzó a besarme.

-Cada vez se me hace más difícil tenerte lejos.

Lo separé de mi.

-¿Que sucede? -Me tomó de los hombros.

-June murió. No soportó la operación. -Comencé a llorar.

-No llores. Gracias a ti vivió más tiempo. -Me abrazó y lloré en su hombro un largo rato.

Salimos y fuimos a verla a su habitación antes que se la lleven. Sus padres estaban acostados a su lado abrazándola y llorándola.

-Día a día llegan personas al hospital que no merecen vivir, asesinos, violadores y los mejores no sobreviven.

-Has sido su héroe. He visto como te quería. -Me volvió a abrazar.

-Gracias por apoyarme. -Le tomé la mano.

Cuando los padres me vieron, fueron a mi y me abrazaron.

-La has hecho vivir dos años mas y estamos eternamente agradecidos contigo Cas. Todos los médicos le daban tan solo cuatro meses de vida y tu le regalaste dos. Nos diste el mejor regalo que fue mas tiempo con nuestro bebé.-Ellos eran mis pacientes en Los Angeles.

-Gracias por confiar en mi. Yo... lo siento mucho. -Mis ojos estaban inundados en lágrimas.

Cuando terminamos los turnos, Mark me invito a cenar a su restaurante favorito en Seattle

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Cuando terminamos los turnos, Mark me invito a cenar a su restaurante favorito en Seattle. El quería que me distraiga de toda esa situación.

-¿Vamos? -Dijo entrando al baño donde me estaba terminando de arreglar.

-Estas en el baño de mujeres, ¿Lo sabes verdad? -Dije guardando mis maquillajes en mi cartera y saliendo de allí.

Fuimos en su auto hasta allí. Era un restaurante hermoso y con una vista a Seattle increíble. Pedimos comida y cuando terminamos de cenar, pedimos una copa de champagne.

-Se que hace poco que estamos juntos, pero te quiero y te quiero de verdad. He dicho esto una sola vez en mi vida y jamás me sentí como contigo. Tu me completas, eres mi otra mitad, mi alma gemela. ¿Quieres ser mi novia?

-Claro que si Mark. -Dije riendo tomándole la mano por encima de la mesa.

-Me estas haciendo el hombre mas feliz del mundo, ¿Lo sabes verdad?

Lo miré y le sonreí. En ese momento, en ese instante era feliz, extremadamente feliz.

-Derek apostó 50 dólares a que dirías que no. Y Cristina apostó 40 que me dejabas.

-Que poca fe nos tienen. -Dije riendo.

-Ambos disfrutan de mi sufrimiento. Pero vamos a demostrarles que se equivocan. -Dijo tomando mi mano.


Y contra todo pronóstico nos fue bien. Llevábamos un año y ocho meses de relación, una relación intensa. Derek dijo que jamás su amigo había estado en una relación ni se había estado viendo con una persona tanto tiempo. Aun estaba tan enamorada como el primer día, o incluso mas. Cuando nos mirabamos, parecía que el mundo se silenciaba. Yo estaba cada vez mas convencida que el era el indicado.
Todo en el Seattle andaba bien. Callie y Arizona se habían comprometido y el sábado era la gran ceremonia. Yo las ayude bastante a organizar. Karev ya pertenecía a pediatría y junto con Arizona formábamos un increíble equipo. Addison decidió volver a Los Angeles a trabajar con unos viejos amigos y a pesar de extrañarla horrores, mantuvimos el contacto. Conocí a Amelia, la hermana de Derek con la que me llevaba bien.
Ya andábamos sin miedos tomados de la mano, andábamos sin miedo de demostrar nuestro amor.
El era mucho mejor compañero y novio del que imaginé. Mi primera impresión era de ser egoísta, egocéntrico y ambicioso pero lejos estaba de eso.

-¿Que haces? -Dije abrazándolo. Estaba en la sala de radiografías.

-Busco una casa o departamento en su defecto. Como hemos hablado anoche, creo que necesitamos un nuevo lugar para los dos. Se que has dicho que quizás deberíamos esperar pero nos llevará tiempo ver casas y hacer los papeles. -Le sonreí.

-Debemos ver esta, me gusta. -Lo mire cómplice con una sonrisa analizando la casa de cerca.

-Eres la mejor novia de este mundo. -Dijo abrazándome por detrás.

-Pero mañana no puedo, tengo que ir a buscar el vestido y tu el traje. -Ambos éramos padrinos de la boda. Bailey también lo era, al igual que Alex Karev.

-Me muero por verte.

-Estaré todo el sábado con Alex y Arizona. Tu con Bailey y Callie. Recien nos veremos en la ceremonia. -El me miró sonriendo, se perdió en mis ojos.

-Estas hermosa, como todos los dias. No me acostumbrare jamás a que la doctora mas linda de Seattle este conmigo. -Dijo atrayéndome a el tomándome por la cintura.

-Cállate Mark. -Dije besándolo. El me dio pequeños besos en todo el rostro.

El busca de Mark sonó.

-Rayos. Tengo que irme, separa las que no te gustaron. -Dijo refiriéndose a las casas. -Te amo y nos vemos mas tarde. -Dijo dándome un beso para luego salir corriendo.

Anatomía de un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora