Capítulo 16 Parte I

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Me levanto mucho más tarde de lo normal. Estoy sola en la habitación. Al ser domingo tengo toda la libertad del mundo de quedarme en la cama, y ya que anoche ordene casi todo, puedo permitírmelo. Cierro los ojos de nuevo.

Me suenan las barrigas y me levanto resignada. Me acomodo el pijama y me calzo las zapatillas de dormir. Salgo por la puerta y bajo al comedor. Me encuentro con varias personas que me miran con extrañeza, como si tuviese monos en la cara. Antes de entrar del todo al comedor, me encuentro con Paula que acude corriendo a mi lado.

—Cariño, ¿te encuentras bien? —me pregunta examinándome con sus manos.

—Sí, ¿qué pasa? —aparto sus manos y me río al verla. Ella mueve la cabeza sin saber muy bien que decir y me veo obliga a mirarme para entender que sucede. Cuando lo hago me empiezo a reír como una loca—, me he olvidado totalmente de arreglarme.

Doy media vuelta con Paula a mi lado y ambas nos reímos de mis pintas con mi pijama y mis zapatillas rosas. Llevo el pelo recogido en un moño mal hecho. Es la primera vez que no me levanto corriendo al baño a arreglarme para ir a desayunar. Entro en el armario y me pongo lo primero que pillo. Lo cierto es que hoy me da absolutamente igual la ropa que lleve. Lo único que necesito es ver a Bruno. Desde que me levante está mañana ha sido en lo único que he pensado. Supongo que por eso he salido corriendo por la puerta sin pensar en nada más.

Entro en el comedor y me sirvo el desayuno. Matt está sentado en la mesa hablando con los demás. Todos han acabado ya de desayunar. Cuando me ve me da un beso en el moflete y empiezo a comer.

—Todos están comentando el numerito que acabas de montar. —Me susurra cuando empiezo a beber mi zumo. Tengo que hacer un esfuerzo por no escupírselo en la cara.

— ¿Qué numerito?

No me puedo creer que sea capaz de juzgarme así.

—No sé... tú nunca habías hecho algo parecido. Nunca pensé que serías capaz de hacer el ridículo de esa manera. —Levanta los hombros como si fuese del todo normal.

—Solo me ha dado flojera cambiarme de ropa, hay muchos alumnos que bajan a desayunar en pijama. —Suelto el bollo y lo miro. Él se ríe creyendo que estoy de broma.

— ¿Ahora quieres ser igual a esos pringados? —su pregunta me llega más profundo de lo que necesito esta mañana. Abro la boca decidida a soltar mi discurso, pero él ya tiene la atención en otra cosa. Ni siquiera tengo ganas de discutir con él.

Miro a las demás mesas y sonrío al ver a los alumnos desayunado entre risas y lagañas. No me importaría nada ser como ellos, se los ve felices. Nuestra mesa hace semanas que está mal. El mal rollo aumenta, los silencios incomodos y las miradas cargadas de resentimiento. Sam mi lado, sigue sin dirigirme la palabra, y aun no entiendo que narices ha pasado entre nosotras. Su mirada se cruza con la mía, y parece querer matarme. Paula, ha terminado de desayunar, y se ha colado en la mesa de Chris. Está sentada en su regazo y parecen compartir secretos divertidos. 

Bruno está a su lado, con una taza grande de café. Mira a la pareja divertido, como si estuviese acostumbrado de sus empalagamientos matinales. Tiene el rostro desaliñado y el pelo despeinado. Se ve tan sexy con la cara de recién levantado. Su mirada se fija en mi directa, como si notase la mía y me sonríe como respuesta. Intento devolverle la sonrisa con normalidad, pero los nervios me lo impiden. ¿Cómo voy a actuar con normalidad ahora que sé lo que siento por él? Se rasca el pelo y da un largo trago a su café. Desayuno en silencio, ignorante a todo lo que me rodea, con la vista puesta en mi objetivo: Bruno. ¿Cómo puedo tener tan mala suerte de enamorarme de mi mejor amigo de infancia?

Por la tarde hago los deberes y los trabajos pendientes. Cierro el ordenador y me quedo pensativa. Estoy otra vez sola en la habitación y no sé qué hacer. Empiezo a buscar con la mirada confundida y me voy directa a la estantería de Paula para robarle otro de sus libros. Me tumbo en la cama y me pongo a leer.

OLVÍDAME. Esto es la guerra - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora