Capítulo 26

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Me incorporó en la cama y un fuerte dolor me obliga a cerrar los ojos. Mis manos van directas a las sienes y me vuelvo a inclinar en la cama de nuevo. Los recuerdos de anoche me golpean con fuerza. Tomo una gran bocanada de aire y siento como el corazón me cruje por dentro.

— ¿Cómo estás? Paula corre a mi lado y se pone de rodillas en el suelo mientras me acaricia. Con los ojos entreabiertos, controlo las lágrimas deseosas de salir. Al despertarme tenía la ilusión de que todo fuese una pesadilla, pero el rostro desencajado de Paula y sus forma de acariciarme, intentando no romperme, me apagan de golpe cualquier pequeña ilusión que tuviese. Aunque a decir verdad, no debería haberme ilusionado. He pasado toda la noche en vela, repitiendo mil veces las palabras de Bruno. Debería ser más que suficiente para asimilarlo, pero algo me dice que oculta algo.

Me centro en los ojos rasgados de Paula y noto la primera lágrima caer por mi rostro. Ni siquiera me esfuerzo en limpiármela. ¿Cómo es posible sentir tanto dolor?

—No lo sé  —respondo sincera—, aún sigo sin creérmelo. No entiendo nada Paula. Estábamos tan bien...

—Yo tampoco entiendo nada, Less —el corazón me da un vuelco al escuchar mi nombre desde una voz distinta a la de Bruno.

Me cubro el rostro con las manos y me hundo aún más en el colchón y las mantas.

— ¿Por qué no te levantas y desayunamos algo? No comes nada desde ayer por la tarde.

—No puedo —me limpio ligeramente las lágrimas y me abrazo con fuerza haciéndome una bola en la cama. ¿Cómo es posible sufrir tanto?

—Cariño, me preocupas. Nunca te había visto así. Tienes que ser fuerte y salir de la cama.

— ¿Me dejas un rato a solas? —le ruego entre sollozos. Sus ojos me estudian con cuidado y niega con la cabeza. Al ver su clara intención de no dejarme sola, añado—. Paula, no lo intentes. No hay nada en este momento que me haga sentir mejor. Lo único que quiero es despertarme y que Bruno siga cómo siempre. Yo...yo mataría por volver el tiempo atrás. Lo que sea.

— ¿Te has parado a pensar en lo que te dijo de verdad?

—No he hecho otra cosa en toda la noche

—Pero si lo que te dijo es verdad, él...

—Jugó conmigo. Lo sé... pero no lo creo. No puede ser verdad. Estoy segura de que oculta algo... y sea lo que sea,  lo obligaré a decírmelo.

—Te entiendo, Less. Pero quizás deberías prepararte para la otra opción.

— ¿Qué otra opción?

—Quizás sea verdad. A lo mejor todo lo que te dijo es verdad. Sé que suena cruel, pero soy tu amiga y debo prepararte.

—No hace falta que lo hagas. Sé que no es verdad. No puede serlo.

Paula cierra los ojos, dolorida y asiente en silencio. No me cree, la conozco lo suficiente para saber lo que piensa, y sé que en estos momentos está pensando en un plan de rescate para cuando asimile la realidad. Pero no es lo que me pasa. Lo conozco, y todo lo que hemos vividos estas semanas es completamente real. Lo sé. Y aunque sus palabras me han hecho el mayor daño de mi vida, sé que hay una razón de peso detrás.

—Está bien, te dejaré a solas. Si necesitas algo avísame.

Asiento en silencio y me cubro con las mantas. Cierro los ojos y me dejo llevar por la voluntad de mi cuerpo.

— ¿Sabes que voy a estar contigo siempre, verdad cariño? —sus palabras intentan relajarme pero logran el efecto contrario. Cuanto más escucho su preocupación más me cuesta pensar con claridad.

OLVÍDAME. Esto es la guerra - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora