OLVÍDAME. Esto es la guerra - Completa

Capítulo 36

FerchitaGF Para ti♥

Rebusco en el cajón de mi mesilla de luz intentado hacer el menor ruido posible; son las siete de la mañana y no quiero despertar a Paula y a Daniela.  Muevo los dedos por en medio de todo el lio que tengo y encuentro lo que buscaba. Saco la pequeña caja y la apoyo sobre mi abdomen. Desde que Bruno me regalo la pulsera no hago más que mirarla. La poca luz de mi lámpara de noche a penas me deja fijarme en sus detalles, pero aun así la examino por novena o décima vez. Es la pulsera más bonita que he tenido jamás.  Y no por su aspecto, sino por lo que me transmite cada vez que la veo;  lo recuerdo a él y nuestros días en Nápoles.

Esos recuerdos son tan lejanos, y a la vez, los siento tan cercano. Es como si todos estos meses hubiesen pasado sin apenas darme cuenta. En tan solo unas semanas acararemos el curso y todo habrá terminado.  ¿Cómo han podido cambiar tantos las cosas? Aprieto la pulsera en mi mano y me la pego al pecho. No puedo creer todo lo que ha pasado para impedir que Bruno y yo estemos juntos. Cuando estaba a su lado temía despertarme de aquel sueño, pero jamás de los jamases me imaginé que acabaría dudando en si somos hermanos o no. Qué irónica es la vida. Cuando éramos unos mocosos lo consideraba parte de mi familia, mucho más que mi hermano. Pero los años fueron pasando y no puedo negar que deje de verlo como a mi hermano mayor. Aun no puedo verlo así. Es imposible.

Una silenciosa lágrima me recorre la mejilla y desaparece al filo de mi mentón. ¿Por qué es tan difícil estar juntos? Siempre tiene que haber algo. Es como si la vida no quisiese que fuese feliz. Por qué, de la única manera que puedo serlo es junto a  él. Y ahora no sé qué creer. Me ha mentido, me ha estado engañando tantos meses... ya no sé si volveré a creer en él. A confiar en él. Puede que haya tenido motivos, pero nada justifica el daño que me ha estado haciendo. Yo nunca hubiese podido soportar verlo sufrir de esa manera, y menos por mi culpa. Ha sido egoísta en ocultarme esto... si lo hubiese sabido antes, si me hubiese dicho la verdad desde el principio, ahora todo sería distinto. Lo habríamos arreglado juntos. Porque estoy segura de que es otra de las mentiras de mi padre. Él y su incapacidad de verme feliz por una maldita vez en la vida.

— ¿Qué haces despierta? —pregunta Paula con voz adormecida. Se restriega varias veces los ojos y bosteza.

—Me he desvelado y no he podido volver a dormir —le confieso. Me giro sobre el lado de su cama y la observo buscar sus gafas y ponérselas. Nunca he sabido lo que se siente al no ver nada sin una de ellas, pero estoy segura de que debe de ser del todo tedioso.

— ¿Estás pensando en él? —se apoya en su codo y analiza mi rostro.

Daniela nos manda a callar desde su cama, al frente de las nuestras, y Paula y yo intercambiamos una sonrisa. Daniela puede ser un monstruo por las mañanas. Nunca he conocido a nadie con peor despertar. Palmeo un hueco en mi cama, diciéndole que se tumbe a mi lado, y espero mientras se deshace de la sabanas y se mete en la cama conmigo.

—No puedo pensar en otra cosa... —me apoyo en su hombro y me relajo mientras ella juega con los mechones rebeldes de mi pelo. Huele a vainilla, debe de ser el olor de su champú.

— ¿Le has dado las gracias? —pregunta señalando con la mirada a la pulsera  sobre mí.

Tuerzo una sonrisa la recordar como me burle de él por regalármela. Es gracioso como cuando aun después de cómo me ha tratado, aquí estoy, deseando volver a verlo antes que a nadie. Igualmente, esta vez no pienso cometer los mismos errores.  Seré yo quien se aleje antes de volver a sufrir. Está claro que lo nuestro es... imposible.  Niego con la cabeza.

—Está hecho un desastre —comenta.  Cojo aire y me decido a contarle todo a Paula. Con todo el lio ni siquiera había caído en que no se lo había contado. Le narro todo lo que ha pasado y ella me escucha en silencio, sin cesar en sus acaricias. Cuando al fin desvelo la bomba, se incorpora en la cama.