A las 11 el Director del colegio cortaría las clases para hacer un anuncio en el gimnasio. Era una fría y brumosa mañana de noviembre. A través de los cristales del aula del colegio se podían distinguir manchones grises y verdosos que dejaban adivinar los edificios del pueblo de Waldorff y la vegetación boscosa que ascendía por las montañas. Alena Bizancio trazó el contorno de un edificio sobre el vidrio empañado, y suspiró con melancolía. Prefería cualquier sitio antes que estar ahí, somnolienta y aburrida.
Su amiga Giovanna, de repente, le asestó un codazo bajo el pupitre, para sacarla de su estado de sopor. Le señaló a alguien en la puerta del aula.
—Te está mirando —cuchicheó emocionada.
Un chico estaba parado en el corredor espiando hacia adentro, y concretamente hacia donde estaban ellas. Tenía una mirada intensa, como un romántico empedernido. Alena se sonrojó y volteó nuevamente hacia el ventanal.
—Tonta, salúdalo.
Le hizo un pequeño gesto con la mano y después disimuló que estaba escribiendo algo en su cuaderno, pero solo dibujó unos torpes garabatos.
—Es lindo —comentó sin prestarle atención—, pero no son ellos.
—No, es tu ex. Y se ve que todavía le gustas.
Giova rodó los ojos y también levantó su vista hacia la cima. Allá, en las alturas, se elevaba un antiguo monasterio medieval reconvertido en uno de los más selectos internados masculinos, que escondía entre sus muros a un grupo de internos de los que —se decía—, pertenecían a los círculos sociales más exclusivos de Europa.
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© La Cima de las Tormentas [COMPLETA✔ ]
Ficción General🎓En Storm Hill los horrores son humanos. Y se esconden tras sus muros. --- En lo alto de la montaña, se erige un antiguo monasterio reconvertido en un selecto y prestigioso Internado masculino: Storm Hill. A él concurren los más ricos (y apuestos...