Capítulo 41

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Música: 

The end of the world~Billie Eilish

(ya me contarán si le encontraron sentido con la historia)

Capítulo dedicado a @bel_card

La directora observó por la ventana de su despacho un desparramo de ingenuos estudiantes alborotados

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La directora observó por la ventana de su despacho un desparramo de ingenuos estudiantes alborotados. En sus caras brillaba el sol de la mañana. Otra mañana sin clases, evitando el pánico. La mejor forma era darles lo que siempre quisieron, un poco de ansiada libertad dentro de los muros. Un engaño momentáneo que contrarrestaría a los más revoltosos.

Momentos después, en la contigua sala de reuniones, tomó asiento junto a los demás profesores, los trabajadores del colegio se encontraban de pie contra las paredes. Los murmullos iban creciendo en intensidad delante de ella. Rostros de incertidumbre y ansiedad a la espera de su anuncio. Se echó en el asiento con rigidez. Al momento, las voces comenzaron a acallarse hasta que solo quedó en el aire algún carraspeo incómodo.

—Gracias por asistir —comenzó lento—. Esta reunión fuera de cronograma resultará inesperada.

—No hay problema, Directora —aduló Luck­as desde su lugar, a la derecha.

—¿A qué se debe? —preguntó otro profesor.

—Hay dos alumnos con una posible enfermedad contagiosa, y quizá más casos. No lo sabemos —anunció sin preámbulos.

—¿Quiénes son los chicos? —preguntó un docente.

—El becado, Bizancio. Y ahora Weingartt.

El profesor Müller se restregó la cara con disgusto, los demás no mostraron ninguna clase de sentimiento o congoja por la suerte que corrían los alumnos, como si fueran un trámite esperable que hubiera que solucionar.

—¿Dónde están?

—En enfermería, bajo cuidados y ya mandamos muestras para analizar del nuevo caso.

—¿Cómo están los muchachos? —intervino Daniel Müller.

Käthe Beckerle Frank lo ignoró deliberadamente y le permitió la palabra a la enfermera.

—Por ahora estables.

—Tomé la decisión de cerrar el colegio. Por un tiempo —reveló.

Primero fue sorpresa general la que irrumpió el salón, luego los murmullos. Ante esa reacción esperable se puso de pie e impuso el silencio con la mirada.

—Es muy arriesgado sacar a los muchachos del colegio hasta que sepamos qué tienen.

—Al menos se pasará un informe a sus padres, ¿no? —preguntó Müller— no le negará la entrada a la familia de los enfermos.

© La Cima de las Tormentas [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora