Capítulo 38

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*Momentos culminantes*

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*Momentos culminantes*

BSO Recomendada (ultra recomendada no sabía con qué tema quedarme de todos, gracias a ella salí del bloqueo): Mary Shelley

Capítulo dedicado a @raquelbelieber5505


Leopold no se consideraba un devoto -mucho menos desde el cambio de religión de Giovanna-, aunque la mañana siguiente decidió ir a misa, con todos sus problemas en forma de acidez estomacal por compañía. Claro que no había asistido a ninguna más desde que abandonó el colegio, con la ansiada libertad que le permitía la posibilidad de tomar sus propias decisiones. Los motivos por los cuales acabó sentado en un banco de madera rodeado de ancianos podían ser varios, aunque destacaba en primer lugar su desconcierto y en segundo un posible sitio en donde hallar un poco de tranquilidad para sus pensamientos. Se llevó una uña a los labios y la presionó con suavidad entre los dientes, ajeno a todo, puesto que se levantaba cuando todos lo hacían y tomaba asiento cuando veía a los demás hacerlo. Se encontraba perdido y frustrado desde hacía varios días. «¿Y ahora, qué?», se preguntó. Allí, frente a él, en el altar mayor, ese sacerdote que le reprochó su imbecilidad posó un segundo su mirada y lo estremeció, tal vez aún lo recordara... y peor, lo reprobase.

No podía quedarse sentado oyendo cánticos en latín cuando un velo de misterio recorría todos sus recuerdos y le escupía el presente en el rostro. Enfrentó el frío azul de esa mañana apenas soleada levantando las solapas de su abrigo. Todo era pálido y se desdibujaba con facilidad ante sus ojos. Bajó los escalones a una velocidad imprevisible. Al cabo de unos minutos, sonaron aquí y allá varias campanadas que musicalizaban el ajetreo cotidiano de Walddorf.

El joven se cruzó de piernas mientras se dejaba apoyar sobre la columna metálica de un poste de luz frente a un edificio que ocupaba toda la cuadra. Chicos y chicas adolescentes comenzaron a desparramarse por una puerta y Leopold buscó a Giovanna con la mirada. Apareció momentos después, riendo de buena gana con sus compañeras. Se enderezó, para que ella notara su presencia. En comparación con aquellas personas, Leopold aceptó su rigidez y templanza, contraria a la desinhibición y soltura de los demás. Su cuerpo todavía estaba amoldado a la conducta corporal de Storm Hill. Sin evitarlo le echó una mirada, entre la neblina.

Las muchachas codearon a su compañera y entre risitas se alejaron para dejarla con su novio. Ella se sonrojó con una timidez momentánea, pero no era de las que reaccionaban así, sino que demostraba su conmoción con las atenciones de Leopold, que se ganaba su cariño cada día que pasaba.

-¿De dónde vienes? -le preguntó con curiosidad mientras le acomodaba las solapas en su lugar.

-Andaba por ahí, y decidí esperarte. ¿Estás molesta?

-¡Claro que no! Me agradan estos detalles -exclamó tomándolo del brazo. Echaron a andar mientras esquivaban gente que aun quedaba detenida en la acera. Por un par de calles mantuvieron el silencio cómodo que alberga la compañía del otro.

© La Cima de las Tormentas [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora