Capítulo 2

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El frío del invierno arremetía crudamente en aquella zona límite de Europa

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El frío del invierno arremetía crudamente en aquella zona límite de Europa. Nevaba copiosamente. Las calles de Waldorff estaban iluminadas como si fuera de noche. El cielo tenía una tonalidad difusa, donde se perdían las puntas de los edificios más altos, fundiéndose con la neblina gris. El humo de las chimeneas se acoplaba con el paisaje invernal.

—Todavía estoy en shock, Alena —comentó Giova horas después, mientras daban un paseo por el centro.

—Yo también. Es como un milagro. Irá a Storm ¡A Storm!

Las dos miraron hacia la montaña al nombrar el colegio. Apenas si se distinguía. De pronto, aquel inalcanzable internado, parecía estar mucho más cerca. La distancia solo estaba impuesta por el bus que las llevara hasta allí. Alena apenas podía contener su modo fangirl, mientras que su amiga sonreía complaciente.

—¿Y de qué trata la investigación de Alex?

—No tengo idea.

—Ah, veo que te importa mucho lo que hace con su vida.

—Es que es demasiado complicado. Tiene algo que ver con un sustituto químico de tintas que usaban en los monasterios. Algo aburrido que solo puede gustarle a mi hermano.

—Bueno, eso tiene sentido. Storm era algo así hace tiempo.

—Sí. Llamó una mujer a la escuela para convocarlo después de que leyó su trabajo en una revista científica para jóvenes.

—Alex es un genio, lo admiro demasiado. Podrá cumplir todos sus sueños.

—Y yo podré cumplir los míos —se regodeó Alena.

—Amiga, si tus sueños se basan en tus hormonas...

—Es que es un efecto colateral que podemos aprovechar, Gio. Mi hermano entra en el internado, se hace amigo de un grupo de chicos guapos, y nosotras conseguimos novios.

La expresión de Giovanna se transformó en terror al escucharla hablar de esa manera tan directa y sin un filtro. Se acomodó su cabello pelirrojo con énfasis como para distraerse. A veces se agotaba de escuchar a su amiga con esos planes tan descabellados y superficiales.

—¿No quisieras conocerlos?

—Solo si fuera por casualidad.

—O causalidad.

—Lo dejas bien claro, Alena —sonrió su amiga y después de un suspiro agregó—: Los estudiantes de Storm Hill no tienen buena reputación.

—Solo porque son niños bien.

—No solo por eso.

—Sí —refunfuñó la chica—, ya escuché... que cuando bajan hacen desastres. Pero no deben ser todos iguales. Y si alguien maltrata a mi hermano, lo mataré —añadió con el puño amenazante.

© La Cima de las Tormentas [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora