EXTRA: Escenas eliminadas o modificadas.

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En este apartado les dejo un compilado de escenas, descripciones, diálogos y apuntes de escritora

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En este apartado les dejo un compilado de escenas, descripciones, diálogos y apuntes de escritora. Están todas separadas por un puntito. Mientras escribo el capi se me ocurren muchas cosas, pero si decido reescribir o que sobra, lo iba juntando en un archivo aparte porque me da pena eliminar. Hay muchas cosas que ya conocen, y capaz alguna que no. 

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Capi 36.

—¡Elián! —lo nombró uno de los muchachos con un tono jocoso. Y lo llamó a acercarse con una mano.

—Máximo... —respondió sorprendido y desconfiado—, ¿por qué no estás durmiendo?

—¡Vaya!, no creí que fuera un privilegio solo para ti el deambular fuera del cuarto —se ofuscó el muchacho irguiendo la nariz afilada, una nariz que se correspondía con el acertado perfil de un estudiante de Storm Hill.

—No lo es —repuso—. Es que... —observó a los demás, que se habían callado al instante y le observaban con un intenso interés entre las penumbras, sus alientos subían como pequeñas nubes, al respirar.

—Oye... jamás te delaté con nadie cuando te escapas, y eso es casi todas las noches.

—Hoy no era la excepción —contestó Elián con una sonrisa vaga.

—Tampoco la nuestra —le contestó el muchacho, y se hizo a un lado, dejándole un espacio entre ellos—. Creo que de vez en cuando, un recreo de este lugar nos viene bien a todos.

Dubitativo, Elián se debatió entre alejarse o integrarse a ese grupo de chicos que estaban tan alejados de Leopold, André y también Alex. Acabó por dejarse caer en el hueco y contempló esas caras pálidas y desconfiadas a veces al igual que él.

—No le teman —dijo el tal Maximo—. Elián se pasea por los corredores desde que tengo memoria académica.

—¿Estás seguro que no nos descubrirá con «el Director»? —cuestionó uno de ellos.

—Tienen mi palabra —zanjó.

—¿Quieres un poco? —otro muchacho le ofreció una botella térmica, Elián la acercó a su nariz antes de dar un trago.

—¡Es chocolate! —se sorprendió mientras lo degustaba.

—¿Pensabas que traeríamos alcohol? Aun tenemos que descubrir una forma de ingresarlo al colegio sin que lo noten. Los de seguridad te revisan todo y conocen casi todas las destrezas de los adolescentes.

Elián frunció un poco su gesto, seguramente pensando en todas las veces que él tenía alcohol en vez de sangre recorriéndole las venas, y que nunca le pareció una forma difícil en la que se hacía con alguna que otra botella del almacén, pero ese era un dato que no pensaba compartir.

© La Cima de las Tormentas [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora