Capítulo 29| Ejecución del plan

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Ya no debería estar tan asustado a cometer locuras, pero aún me siguen dando nervios antes de hacer algo arriesgado, casi me siento como esos adictos a la adrenalina cuando están a punto de lanzarse de un acantilado.

El baile es mañana, por lo que estoy en alerta máxima sobre lo que pueda pasar mañana.
Nina tuvo la brillante idea de unirse a la comisión de decoración, eso nos daría un amplio panorama sobre cómo sería el baile, evitándonos desagradables sorpresas mañana por la noche. Entre lo que me daba la valiosa oportunidad de llegar a la escuela por la tarde.

Vale, sé que usualmente estoy intentando huir de ella pero esta vez es totalmente necesario que ingrese, de forma legal; porque Nina se opuso a que entrara a la escuela por la noche... eh, ilegalmente por supuesto.

Iría como un chico cualquiera a recoger a mi novia, que aún continúa en la escuela a esta hora.
Por cierto, Haley también viene conmigo, la cual sólo ha logrado conseguir que me empiece a fastidiar.

—Aún no te he perdonado por el engaño, Alexander. Deberías de sentirte afortunado que esté hablándote siquiera. —me reclamó Haley por milésima vez.
—Haley... —comenzaba a perder la paciencia —. No te he engañado, ni hemos sido nada, ¿vale?
—¡¿O sea que lo nuestro fue insignificante para ti?! ¡Hombres! ¡Todos son iguales! —continuó parloteando.
Me limité a dar un profundo suspiro.

Después de cinco minutos de quejas sobre cuán miserables somos los hombres, gimoteó:
—¿Es porque estoy muerta, cierto? ¡Te odio!
—Haley, escucha. Te aprecio mucho, eres una de las razones por las que hago esto pero, jamás te di falsas ilusiones. Eres mi fantasma favorita pero no digas esas cosas.

Ignoró mi sinceras disculpas.
—¿Hamilton High? ¿Qué hacemos aquí? —observa curiosa la escuela.
—Lo sabrías si me hubieses escuchado cuando te lo he explicado. —espeto de mal humor.
—Sólo escuché bla, bla, bla. —hace una mueca burlona—. ¿Qué hacemos aquí, de todas formas?
—Nina está adentro. —digo en un hilo de voz.
—¿Qué? ¿Me has traído para recoger a la falsa pelirroja esa? ¡Piérdete!

Le doy una mirada severa.
—No la vuelvas a llamar así, ¿Entendido?
—¿Ahora la defiendes? —se cruza de brazos y frunce el ceño.
—Esto es inútil. —murmuro con resignación—. Vamos a entrar a las cámaras de la escuela, ¿vale?

No dejé que me respondiera, entré a la escuela, las luces ya estaban encendidas.
—¿Ahora me ignoras? —me provoca Haley.
—Shhh... —veo a mi alrededor, hay varios estudiantes.

Camino por el pasillo, actuando lo más natural posible. Ya saben, como si estuviera solo.
—Ya deben de pensar que estás loco. —ríe Haley.

Me abstengo de poner los ojos en blanco, llego al final del pasillo, cruzo a la derecha, para entrar al gimnasio.
Está bastante atestado, veo chicas y chicos correr de aquí a allá, llevando materiales, papel, brillantes.

Woah, debo reconocer que el gimnasio se ve genial, los chicos están haciendo un trabajo de muerte, casi no reconozco el austero gimnasio.

—Me encantan los bailes, lástima que me has engañado, pudimos haber sido el rey y la reina del baile. —me reprocha Haley.

Hostia, ¿Nunca se cansa?
Busco con la mirada a mi hermosa chica pelirroja, la encuentro encargándose del mural.
Dios, es una obra de arte. Nina se ha lucido con su talento, es la atracción principal.

Sonrío como lo haría un padre orgulloso de los logros de sus hijos, camino instintivamente hacia ella, abrazándola por la espalda.
Nina se gira rápidamente, cuando me reconoce, me da una de sus sonrisas cálidas que tanto me gustan.

—Alex, llegaste al fin. —me abraza—. Espero hayas venido por mí y no por... el otro asunto.
—¡El mural está increíble! Estoy tan orgulloso de ti. —le beso la nariz—. Mi prioridad eres tú, pero alguien debe de hacer el trabajo sucio. —me encojo de hombros.
—Gracias chica francesa, en verdad me he esmerado en esto. —me rodea la cintura con sus brazos—. ¿Vienes con tu amiga fantasma?
—Eres la mejor. —le doy un beso rápido —. Sí, ella está... —la busco con la mirada, cuando la localizo, me está asesinando con sus oscuros ojos—. Esperándome...

Susurro FantasmalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora