Susurro Fantasmal

Capítulo 39| Floristerías y confesiones

Alex(POV)

He intentando por todos los medios convencer a Nina de no ir con nosotros, no quiero que se involucre en esto y que pueda salir lastimada pero... ha sido inútil, ya estamos fuera de casa.

—¿Estás segura de querer hacer esto? —pregunto a Nina como por milésima vez.
—Ya te he dicho que sí, como diez veces, tranquilízate. —Nina me toma la mano.
—Sólo quiero asegurarme que sepas de los riesgos de hacer esto, nadie te está obligando a hacerlo, ¿Vale?
—Habla por ti mismo Grayson, yo sí quiero que la preciosura nos ayude. —Pavel se entromete en nuestra conversación, incluso sonríe descaradamente.

Le frunzo el ceño.
—No estábamos hablando contigo y deja de llamarla preciosura, ¿Vale? —tenso la mandíbula.
—Cálmate tigre, un poco de competencia no te hará daño. ¿A que sí, guapa? —le guiña el ojo seductoramente.
—¡Suficiente! —abrazo a Nina con ademán protector.
—Chicos, chicos cálmense. Concéntrense en lo vamos a hacer.
—Yo estoy concentrado. —le da una mirada inocente.

Nina coloca su brazo a mi alrededor.
—Dime lo que tengo que hacer, preguntar y a dónde debo ir. —suena bastante determinada.
—Muy bien lindura —lo fulmino con la mirada, él me ignora—, sólo quiero que vayas, hagas unas cuantas preguntas y le eches un vistazo al lugar. Una chica linda como tú no debería levantar sospechas.
—Supongo que debería tener una coartada, ¿Cierto? —lo dice con diplomacia.
—Justo como me gustan, lindas e inteligentes. —sonríe mostrando todos sus dientes, comienzo a sentir un tic nervioso—. Exactamente, debes inventar alguna historia para no levantar sospechas.
—Creo que la tengo, no te preocupes.

Pavel chasquea la lengua.
—Respecto a los lugares, que ha sido lo único que pude salvar, hay dos en el centro y otras dos en las afueras de la cuidad.
—¿Iremos a las afueras de la cuidad? —no pude contener mi pregunta.
—Sí, pero no hoy. Empezaremos con las del centro.
—No se oye tan difícil. —murmura Nina.

Ahora caminamos varias cuadras al centro, Nina se ve algo nerviosa.
—Recuerda de preguntar por nombres, teléfonos y todo lo que puedas extra.
—Pero no deberías de dar tu nombre ni nada de datos personales, sólo datos ficticios. —sugiero.
—Buena idea, Alex. —Nina me sonríe.
—Ten cuidado, no cometas ningún error y sé casual. —le doy un tierno beso.

Pavel se aclara la garganta.
—Vamos chicos, sin escenas cursis. Quiero conservar mi almuerzo, luego se ven. —hace una mueca de disgusto.
—Vale, me voy. Traten de no matarse entre ustedes, trataré de hacer lo mejor que pueda. —nos sonríe.
—No prometo nada, estaremos cerca de aquí por si necesitas algo. —murmura Pavel.

Con el rabillo del ojo, alcanzo a ver una conocida silueta cerca de nosotros, me distraigo de lo que iba a decir.
Detrás de mí, estaba Haley con ambas manos en sus caderas, observándome detenidamente.
Camina hacia mí, me es imposible no girar mi cabeza hacia ella.
—Vaya, vaya, ¿Desde cuándo la pelirroja esa, el chico policía y tú salen a jugar? —da una sonrisa burlona.
Aunque Nina ya sabe sobre Haley, no puedo hablarle con Pavel aquí presente, él siempre parece que me tiene en escrutinio.
Le lanzo una mirada de "ahora no", negando levemente con la cabeza.

Da un sonoro suspiro, poniendo los ojos en blanco.
—Ah sí, lo olvidaba, eres mudo cuando el chico policía está aquí.
—¿Alex? —me llama Nina cuando me he quedado en silencio, ella también gira la cabeza hacia la dirección donde la tengo fija, alza ambas cejas.
—¿Sí? Lo siento, me he distraído. —sonrío forzadamente.
—Más te vale que prestes atención, no tengo tiempo para que sueñes despierto. —espeta Pavel, él también mira por encima de mi hombro, entrecierra sus ojos, como para concentrarse.