Capítulo 12.

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Ver a Harry así es una mierda. ¿Porque he tenido que abrir mi bocaza? Yo podría perfectamente haber preguntado por su color preferido, pero en lugar de eso tenía que tocar un punto que le afecta.

-Harry... - me levanto de mi asiento y rodeo la mesa para sentarme a su lado – Lo siento, yo no quería hacerte recordar nada malo, de verdad – digo de corazón.

-No te preocupes, está todo bien. - dice levantando la cabeza y volviendo a mostrar esa sonrisa, pero no era completa, yo se que es una sonrisa para hacerme sentir bien y eso hace la situación aún peor.

-Lo siento de verdad, no quería – digo pasando mi mano por su brazo en forma de disculpa.

-Está bien de verdad, es solo que hace mucho que no hablaba con nadie de esto – dice mientras coge mi mano y la coloca en la suya. Esta vez soy yo quien conecta nuestros ojos.

Este debería ser un momento incomodo, estoy cogida de la mano con un chico al que apenas conozco y al que acabo de hacer recordar malos momentos. Pero extrañamente me siento demasiado cómoda.

-Siento haberte echo recordar aquello, de verdad – vuelvo a disculparme

-Si vuelve a disculparte te paso un trozo de pizza por la cara – dice asomando una sonrisa, pero esta vez de las de verdad y le imito sonriendo a mas no poder. Nunca lo admitiré, pero me gusta mas este Harry.

-Esta bien, lo siento, ya no volveré a disculparme mas – digo pero antes de darme cuenta ya tengo un trozo de pizza pegado a mi mejilla y a Harry riendo como loco a mi lado.

¿Me acaba de pegar un trozo de pizza en la cara?¿Realmente lo ha hecho? Este no sabe con quien acaba de meterse. Agarro un trozo de pizza del plato de Harry y lo estampo contra su cara haciendo que pare de reír en seco y me mire con los ojos abiertos como platos.

-¿Qué?¿Te creías que me iba a quedar quieta cuando acabas de estamparme un trozo de pizza en la mejilla? - valiente pregunto estallando en carcajadas cuando retira el trozo de su cara y que que la marca triangular de tomate en ella.

-Eres muy graciosa ¿verdad? - dice mientras agarra su refresco y veo sus intenciones antes de que las lleve a cabo por lo que me levanto corriendo del asiento empiezo a alejarme de él.

Empiezo a andar de espaldas mientras el se acerca a mi con el baso en la mano y una sonrisa plasmada en su cara llena de tomate. Hace un rápido movimiento capturando mi cintura pegándome a él por... ¿tercera? Si, tercera vez en el día, que manía tiene el chico.

-No lo harás ¿verdad? - dije poniendo mi mejor cara de cachorrito por si funciona.

-Oh si, si que lo haré – dice justo antes de volcar el vaso encima de mi y arruinando mi pelo, mi ropa y todo.

-¡HARRY!- grito intentando soltarme de su agarre para coger mi vaso y devolverle el ataque.

-Perdonen – dice una voz autoritaria detrás nuestra – le tenemos que pedir que abandonen el recinto debido a las quejas por su.. actuación. - nos informa el camarero mirando de arriba a abajo nuestras caras pringadas y esto hace la situación aún mas ridícula.

-Claro, solo déjeme coger mi bolso que esta en la mesa – digo mientras Harry me libra del agarre

Llego a la mesa para colgar mi bolso del hombro, aprovecho para agarrar mi vaso y acercarme rápidamente a Harry derramado todo e contenido en su alto, tal y como el ha hecho segundos atrás conmigo. Me mira sorprendido con humor en sus ojos a la vez que el camarero me observa con molestia.

-¿Que mira? Nos va a echar de todos modos – digo encogiéndome de hombros y saliendo del local.

Harry se une a mi unos minutos después con todo el pelo mojado sobre la frente llena de refresco, pequeñas gotas cayendo por su nariz y gran parte de su camiseta pegada a él por el líquido.

-¿Que a sido eso? No conocía ese lado rebelde tuyo – dice comenzando a reír mientras salimos del centro comercial.

-No tienes porque conocer todos mis lados – digo mientras me paro en la acera ha esperar a algún taxi.

-¿Que haces? - pregunta mirándome como si estuviera haciendo cualquier cosa rara, aunque todos me miran raro al pasar por mi lado. Puto Harry.

-¿Esperar un taxi para que me lleve a casa? - respondo obviamente

-Tengo coche – dice agitando unas llaves delante de mi de forma obvia – vamos, te llevo.

Se da la vuelta y camina hacia la calle de al lado, lo sigo hasta pararnos frente a un coche bastante amplio de color negro, parece caro.

-¿Es tuyo? - pregunto sorprendida mientras observo cada detalle de la carrocería. No entiendo mucho de coches, pero este parece increíble.

-No, lo he robado antes de venir – dice abriendo las puertas para meternos dentro y yo me quedo en la acera esperando a que aclare lo que acaba de decir.

Baja la ventanilla de mi lado y se inclina en el asiento del conductor hasta asomar la cabeza por mi lado.

-Claro que es mio Alli, sube ya – dice estirando el brazo para abrir la puerta y subo y la cierro detrás de mi.

Enciende la radio y hace que el camino de vuelta a mi apartamento en silencio con la música de fondo, pero no un silencio incomodo. Cada uno va metido en sus pensamientos y nadie rompe el silencio hasta que el coche aparca en la puerta del edificio y Harry se baja apagando el motor. ¿Este donde va?

-¿Donde vas? - pregunto al verlo subir las escaleras de entrada al edificio conmigo como si nada.

-A casa de Kellsey para que me deje ducharme para quitar el tomate de mi cara y lavar mi pelo pegajoso – dice mirándome asesinamente y una sonrisa en los labios, yo no puedo evitar comenzar a reír.

Saludamos a Dylan que nos mira como si estuviéramos locos por las pintas y saluda con la mano, y puede que si, que un poco locos si que estemos.

Lo que ha empezado como una simple compañía en la peluquería ha terminado siendo una expulsión de un restaurante con las caras llenas de tomate y los pelos pegajosos de refrescos. Tenia motivos de sobras para mirarnos raro.

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