Capítulo 30.

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El coche avanza mientras el aire que entra por la ventanilla a medio abrir desordena mi pelo, siento la voz de Harry tararear a bajo volumen al ritmo de la música saliente de los altavoces, no puedo evitar sonreír al pensar en esta situación, a pesar de estar sumergida en la oscuridad por capricho suyo siento que el momento es perfecto.

Una parte de mi sigue gritando a pleno pulmón que me aleje, que huya de aquí antes de que vuelvan a hacerme daño, antes de volver a querer a una persona que terminará fallandome.

Pero Harry tiene algo que hace que esa voz se haga mas débil por día, ve apagándose poco a poco

-¿Queda mucho? - pregunto

-Estamos llegando, pero no te quites el pañuelo aún

-Está bien

Creo que es la tercera o cuarta vez que repetimos exactamente las mismas palabras y cada vez que lo hacemos mi mente no para de viajar a mil lugares donde podríamos ir.

Cuando me propuso salir a comer me esperaba una pizzería como la vez anterior eliminando la comida en la cara y la expulsión del local, pero estaba equivocada. El simple hecho de que se haya molestado en querer buscar un lugar sorpresa y el detalle del pañuelo hace que mire a Harry de manera diferente, no se en que dirección va todo esto, pero sea cual sea no me desagrada.

En mi mente aparecen mil momentos que pase junto a Daniel pero me encargo de eliminarlos antes de que cobren mas protagonismo, si algo he aprendido en este tiempo es que no necesito recordar el pasado, no puedo seguir viviendo en una historia que ya no existe y solo trae malos recuerdos.

Siento el coche votar y las ruedas chocar contra un terreno rocoso o arenoso y mi primera reacción es estirar mi mano para agarrar el brazo de Harry, al cual siento reír

-¿Donde coño te estás metiendo Harry?- pregunto viendo que los minutos avanzan y sigo sin saber o ver nada

-Tranquila, ya hemos llegado, pero no te quites el pañuelo – repite, parece que le pagan por decir esa frase

Sale del coche y pasan pocos segundos hasta que siento que mi puerta es abierta dejando entrar aire cálido por ella, siento la mano de Harry tomar la mía indicándome que puedo salir. Mis pies tocan sobre algo blando y suaves tiras de algo húmedo tocan la parte descubierta de mis pies

-¿Puedo quitarlo ya? - toco el pañuelo

-No, espera un par de segundos mas – dice retirando mis manos del pañuelo y entrelazándolas con las suyas – sígueme

Suelta mis manos y se coloca detrás de mi agarrando mi cintura y guiándome hacia quien sabe donde procurando que no tropiece, no puedo evitar sonreír todo el camino. Paramos varios segundos después y las manos de Harry desaparecen de mi cintura posándose en el nudo del pañuelo, tirándolo de mis ojos dejando ante mi una de las vistas mas hermosas que podría imaginar

Ante nosotros se extienden un par de metros de fresco césped de un brillante color verde coloreado en pequeñas zonas por diminutas flores purpuras y amarillas, desembocando en un precioso acantilado de pocos metros en el que rompen las olas del inmerso mar celeste que nos rodea en gran parte. Un par de metros mas atrás del borde del acantilado se encuentra una pequeña manta azul llena de comida y bebida bajo la sombra de un enorme árbol.

Un picnik.

No puedo creer que Harry se haya tomado tantas molestias por una simple comida. Cosas tan simples como estas son las que me demuestran que es diferente a los demás.

-¿Te gusta? - pregunta a mis espaldas

-¿Bromeas? Este es el lugar mas maravilloso en el que he estado en mi vida – sonrío dando la vuelta y quedando frente a frente con él – Gracias

-No tienes porque darlas, vamos a comer – agarra mi mano y tira de mi hacia la manta

Nos sentamos en ella y empezamos a comer de cada cosa que hay sobre la manta, Harry me hace mil preguntas acerca de mi como si necesitara saber cada tonteria que pasa por mi mente, mi color favorito, a que le tengo miedo, como era mi vida antes... todo. También me habla un poco sobre él, su vida en Londres, su familia... evito preguntarle sobre sus amigos al recordar aquella conversación en mi habitación.

Lo último que deseo en estos momentos es arruinar un solo segundo de todo esto, es un momento tan perfercto, los dos solos en mitad de un lugar que hemos convertido en propio, rodeados de naturaleza y con el único ruido de nuestras risas haciendo eco entre los árboles que nos proporcionan sombra.

Es uno de esos momentos en los que sientes que nada puede arruinarse

-¿En que piensas?- pregunta de repente Harry

-En este preciso momento, donde estamos y como estamos – respondo

-¿Y a que conclusión llegas?

-He llegado a la conclusión de que este es un lugar precioso que hemos hecho nuestro y que nada podría arruinar este momento

Una sonrisa cruza su cara haciendo aparecer un par de hoyuelos adorables, se arrastra un poco a través de la manta hasta quedar en frente de mi

-¿Y crees que algo podría mejorarlo? - mira mi boca

-Estoy bastante segura

Antes de poder darme cuenta sus labios chocan con los míos haciendo el momento completamente perfecto, siento sus manos en mi cintura pegándome a el y mis manos suben hasta su nuca atrapando mechones sueltos de su pelo entre mis dedos.

No sé con exactitud que es todo esto, pero estoy segura que no quiero que acabe.

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