Changes.

Epílogo.

-En 15 minutos sale el avión – anuncio dejándome caer en uno de los incómodos asientos del aeropuerto junto a Niall

Por suerte para cuando llegamos al aeropuerto mis lágrimas se habían agotado y había dejado de llorar. Era una suerte tener las maletas ya hechas cuando llegamos a la casa, las hice para que mañana no perdiéramos demasiado tiempo y pudiéramos mudarnos al apartamento cuanto antes, pero mira por donde me van a servir para huir de nuevo.

-He llamado a los chicos, espero que no te moleste – Niall dice – No quería que te fueras sin despedirte de nadie, Harry no lo sabe.

Asiento con la cabeza sintiéndome incapaz de hablar. Todas las palabras que tenía para decir las había dejado plasmadas en la carta que he dejado encima de la almohada de Harry junto a la llave del departamento. Me siento tan patética conmigo misma, huyendo de nuevo, volviendo al mismo lugar del que había huido hace un año pero que ahora veo tan agradable.

Cinco minutos después todos los chicos, a excepción de Harry se encuentran frente a mi, escuchando la misma historia que acaba de hundirme por completo.

-Pienso matar a Harry – Kellsey dice poniéndose de pie y paseando de un lado a otro. El resto de chicos asienten con la cabeza como si estuvieran de acuerdo con ella.

Por suerte para mi pocas personas pueden observar toda la escena, a estas horas de la noche el aeropuerto está casi vacío.

-Quiero que el tema quede zanjado aquí – Pido.

Empiezo a despedirme uno a uno, individualmente. Cuando pienso que las lagrimas habían desaparecido, ellas deciden que es hora de reaparecer, pero no solo en mi. Me sorprendo al ver que incluso la mirada de Austin, con quien menos he tratado, está mas brillante de lo normal.

Agarro a Niall de la mano y lo llevo a parte, casi al lado de la puerta de embarque que tendré que cruzar en pocos minutos. Nos quedamos frente a frente sin decir nada.

-Prometeme que me vas a llamar – Niall pide y veo como sus ojos se aguan, al igual que los mios que ya se encuentran desbordados.

-Pienso llamarte a diario, vas a estar enterado de mi día a día. - prometo – Espero que vayas a verme alguna vez rubio, no puedo estar demasiado tiempo sin ti.

Hago un intento de risa que termina en sollozo. Niall tira de mi a sus brazos para fundirnos en un abrazo, uno de esos abrazos que tanto extrañaré.

-Es hora de irme. - digo separandome y pasándome los dedos por las mejillas eliminando las lágrimas – Te quiero – dejo un dulce beso en su mejilla antes de agarrar mis maletas y comenzar a cruzar el pasillo

-¡Alli! ¡Espera! - Escucho su voz gritar desde la otra punta del aeropuerto

Giro mi cuerpo y veo a Harry correr a toda velocidad a través del aeropuerto chocandose con las pocas personas que lo cruzan a estas horas, pero antes de que consiga llegar a mi echo una última mirada a Niall y entro por la puerta de embarque ignorando los gritos en mi nombre.

Entrego mi billete de avión a la mujer de la entrada, mientras ella revisa que todo está correcto vuelvo a mirar atrás, arrepintiendome al segundo. Harry se encuentra golpeando el cristal, veo su boca moverse y puedo leer en sus labios mi nombre, pero no hay sonido alguno. Únicamente sus labios en movimiento con sonido silenciado y sus ojos rojos.

El resto de los chicos se encuentran detrás de él. Kellesy y Nicky se encuentran abrazadas a sus respectivos novios y puedo ver lágrimas caer por sus mejillas.

-Señorita... perdone que me entrometa ¿Está segura que desea viajar? - la mujer de la entrada pregunta

Vuelvo a llevar mi vista a través del cristal, atrapando unos ojos azules e ignorando por completo con todo el dolor de mi alma la mirada de Harry, Niall asiente con la cabeza.

Estoy haciendo lo correcto.

-Si. - cierro volviendome hacia la mujer. Asiente con la cabeza y me entrega el billete de avión indicandome mi asiento. - Muchas Gracias.

Vuelvo a agarrar mi maleta y cruzo las puertas del avión sin volver a mirar atrás.

Dejándo al otro lado del cristal el dolor mas grande que he sentido jamás, dejando a la única persona que ha sabido atrapar mi corazón, y romperlo en mil pedazos.

Por muchos cambios que tengámos en la vida, siempre terminaremos en el mismo punto de inicio. Volviendo a huir.