-Buenos días – susurra una voz en mi odio haciendo que poco a poco vaya saliendo de mi sueño, un dulce olor a tostadas recién hechas y zumo me incitan a abrir los ojos y encontrarme con la última cara que hubiera esperado ver esta mañana, Harry.
-Buenos días, ¿que haces aquí? - digo incorporándome en la cama y pegando mi espalda en la pared para quedar sentada
-Hicimos un trato ¿Recuerdas? - señala una bandeja a los pies de la cama llena de tostadas y zumos
Me quedo mirando la bandeja por unos segundo intentando recordar el supuesto trato hasta que mi mente recuerda la mañana de ayer, cuando le ayudé a recoger las maletas de la entrada prometió hacerme el desayuno durante una semana, lo que no esperaba era que se acordara y mucho menos que me lo trajera a la cama.
Lo miro y sonrío por unos segundos hasta que me doy cuenta que en la bandeja hay desayuno para dos personas
-Lo recuerdo, pero no desayuno tanto – digo
-Lo se, pero ya que hago desayuno para ti, también desayuno yo, haz un hueco – responde empujándome con la cadera a un lado de la cama para colocarse a mi lado
Río y me echo hacía el lado dejando que se quede a mi izquierda con la espalda apoyada en la pared al igual que yo, coloca la bandeja de nuestras piernas
-Que aproveche – dice justo antes de coger una de las tostadas y darle un bocado, empiezo a reír e imito su acción
Harry empieza a contarme mil y una historias de cosas que ha hecho con el resto del grupo, alguna que otra travesura, momentos embarazosos y mil locuras mas. No puedo apartar la vista de su sonrisa en ningún momento mientras narra entretenido como acabó con el pelo rosa por una apuesta, y pensar que la primera vez que lo vi pensé que era un idiota. Jamás pensé que estaría sentada en mi cama tomando el desayuno preparado por ese idiota, y resulta que no es ningún idiota, bueno, a ratos.
Cuando por fin termina de contar como fue que terminó con le pelo rosa decido preguntar algo que estoy deseando preguntar desde hace semanas
-¿Te puedo hacer una pregunta? - pregunto tomando un sorbo del zumo y dejándolo en vuelta en la bandeja
-Claro – sonríe
-Cuando comimos juntos el día que nos conocimos hice una pregunta que hizo que tu cara cambiara completamente, me gustaría saber la historia – digo
Su cara vuelve a cambiar como aquel día, pero su sonrisa permanece
-Sabía que tarde o temprano esta pregunta saldría – ríe
-Si no te sientes cómodo no hace falta que respondas – digo
Tampoco quiero presionarlo para que me cuente algo que no quiere, pero tenía que decirlo. Sea lo que sea me lleva dando vueltas en la cabeza desde aquella comida.
-Tu confiaste en mi ¿Porque no voy a confiar en ti? - sonríe
Yo no digo nada, solo sonrío para darle confianza y espero a que hable
-Todo comenzó cuando empecé a juntarme con unos chicos de mi ciudad que eran de todo menos bueno, cambié a mis amigos de toda la vida por ellos solo porque a su lado me sentía importante, menuda gilipollez. Las cosas fueron empeorando con los meses, empecé a comportarme fatal con todo el mundo, amigos, vecinos, incluso mi familia. - agacha la cabeza rápidamente pero antes puedo ver como sus ojos se han cristalizado un poco.
No puedo ver a Harry llorar, él no. Me separo de la pared y envuelvo mis brazos a su alrededor tal y como el había hecho conmigo cuando le conté todo, su respuesta no tarda en llegar y siento sus brazos a mi alrededor. Permanecemos así por unos segundos hasta que se separa lentamente
-No sigas – digo cuando estamos completamente separados
-Tranquila – sonríe – Lo peor de la historia vino cuando una noche, después de una fiesta, a la que yo no quería asistir pero insistieron tanto que acabé aceptando, ellos decidieron parar en una tienda a comprar bebida, yo pensaba que todo iba normal hasta que desde la tienda se escucharon disparos y gritos, habían entrado a robar. Todo se salió de control y yo no sabía que hacer, ni si quiera había bajado del coche. Cuando vi las luces de policía aparecer a nuestro alrededor una parte de mi pensó “Dios, estoy salvado” pero la parte racional dijo “Harry.. estamos en problemas.”
-¿Fuiste a la cárcel? - pregunto impactada por la historia de Harry, no el típico chico que habrías relacionado con un atraco.
-No, fuimos detenidos y llevados a juicio, pero al demostrarse que yo solo había permanecido dentro del coche y por falta de pruebas solo me condenaron a una multa de 2.000 dólares – termina
-Siento haberte hecho recordar todo esto – digo
Realmente siento que he vuelto a cagarla ¿cuando aprenderé a mantener la boca cerrada?
-Lo peor de todo aquello no fue la multa, ni el arresto ni el juicio ¿Sabes que fue lo peor de todo aquello y que realmente me marco? - pregunta mirándome a los ojos, niego con la cabeza – Lo peor de aquello fue ver la mirada de mi madre, ver su cara mientras me juzgaban o cuando llegó a los calabozos llorando, destrozada porque su hijo había sido detenido por un atraco a mano armada, eso jamás podré sacarlo de mi.
No tengo ni idea de que debo decir en un momento como esté, pero si algo he aprendido es que cuando alguien está mal y no sabemos que decir, la única respuesta aceptable es un abrazo. No me lo pienso dos veces antes de volver a envolver mis brazos su alrededor y apretarlo contra mi, su respuesta vuelve a ser inmediata y pasa los brazos por mi cintura pegándome a el aún mas y enterrando su cabeza en el hueco de mi cuello.
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Changes.
Fanfiction¿Que pasaría si toda tu felicidad se rompiera en mil pedazos y no sabes si podrás volver a recuperarla? ¿Volverá todo a su lugar o cambiará para siempre?