Capítulo 40.

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Podría pasar el resto de mi vida abrazada a Harry y jamás me cansaría.

No tengo ni idea de cuanto tiempo llevamos abrazados, no se cuanto tiempo ha pasado desde que nos tumbamos en la cama después de la pequeña discusión a causa de April, pero lo único que ocupa mi mente en estos momentos son las manos de Harry, que pasean hacia arriba y hacia abajo por mi espalda dejando suaves caricias junto a su respiración suave y tranquila ¿En que momento llegamos a este punto?

En mi mente aparece un chico de ojos verdes que me ayudó a encontrar el asiento del avión, el cual me parecía un completo idiota y al que me hubiera encantado tirar por la puerta de embarque para dejarlo en tierra. Si en aquel instante me hubieran dicho que unos meses después estaría en mi cama abrazada a ese chico, jamás me lo hubiera creído.

Es increíblemente extraño lo rápido que una persona puede llegar a significar tanto en tu vida, como alguien quien pensábamos odiar puede llegar a convertirse en alguien a quien necesitamos ver día a día, como podemos llegar a querer a alguien que hasta hace poco nos resultaba completamente indiferente... Es increíble que lleguemos a terminar enamorada de la persona a la que no queríamos ni verle la cara.

-¿Sabes que la primera vez que te vi quise tirarte del avión y dejarte en tierra? - río apoyando la cabeza en el pecho de Harry para poder mirarle mejor

-¿Porque? Si soy un amor de persona – falsamente se ofende a la vez que en su cara dos pequeños hoyuelos se marcan formando una sonrisa

-Ahora si, pero al principio eras un cretino – río abrazándolo mas fuerte

El corresponde a mi abrazo pegándome mas a él, haciendo que me sienta cien por cien protegida estando en sus brazos, como si nada malo pudiera ocurrir mientras permanezca ahí, es algo ilógico.

-Yo no era un cretino, es que tu eras muy rara – ríe ampliamente

-¿Perdona? Yo no era rara, cretino – finjo estar ofendida, saliendo de sus brazos para poder rodar sobre mi misma dándole la espalda a Harry, quien escucho reír

-Eras rara... pero una rarita preciosa – susurra en mi oído abrazándome por la espalda, dejando un rastro de besos por mi mejilla, giro la cabeza para mirarlo, recibiendo un beso en los labios que iba destinado a mi mejilla y siento a Harry sonreír contra mis labios

-Aún no me has dicho si quieres que salgamos a cenar – dice después de separarse de mi

-¿Podemos quedarnos aquí? Pedimos una pizza y pasamos la noche viendo películas, solos tu y yo – propongo sonriente

-Me parece mucho mejor – acepta – Voy a mi habitación a por unas películas y ponerme mas cómodo, vuelvo en seguida – dice antes de levantarse de la cama y salir de la habitación

Decido imitar a Harry y me dirijo al armario para sacar el pijama y ponerme un poco más cómoda, tumbándome en mi cama boca arriba, dejando mi mirada fija en el techo de la habitación. En cierto modo me siento un poco mal por no haber aceptado su idea de ir a cenar, pero llevo tantos días buscando un momento así con Harry, un momento en el que seamos solo nosotros, que no quiero perderlo, al fin y al cabo, a cenar podemos ir otro día

Se que todo este tema no se solucionará hasta que le ponga las cosas claras a April. Si esa chica tiene pensado que puede meterse como si nada entre mi novio y yo, no lo va a tener fácil. Fui lo bastante estúpida como para que me engañaran una vez, pero esta vez no pienso dejar que ocurra de nuevo, no con Harry. He tenido demasiada suerte encontrando a un chico con él, encontrando una segunda oportunidad de ser feliz, y esta vez no voy a dejar que nadie se interponga en mi camino.

-¿Lista para un maratón de películas? - dice Harry entrando en la habitación con un pequeño bloque de películas en la mano izquierda mientras que con la otra cierra la puerta tras si.

-¡Preparada! - sonrío sentándome en la cama con las piernas cruzadas

-Me he cruzado con Kellsey, esta noche se va a dormir con Nicky, tenemos la habitación para nosotros solos – dice tirándose en la cama, apoyando la cabeza en mi regazo – Ah, también he llamado a la pizzería, estarán aquí en media hora

-Has pensado en todo – río pasando mis dedos por su pelo, peinando hacía atrás

-¿Ves? Al final no soy tan cretino... - dice cerrando los ojos mientras sigo peinando su pelo

-No, al final eres idiota – digo acercando mi rostro al suyo, dejando un beso en sus labios

-Admite que quieres a este idiota – susurra rozando mis labios

-Bastante – río

-¿Que película quieres ver? - pregunta levantándose de la cama y colocando el DVD de una comedia en el reproductor del televisor

Vuelve a tumbarse en la cama, apoyando la espalda en la pared y agarrando mi cintura para que me tumbe en su pecho de nuevo. Sonrío

Pasamos el resto de la noche de la misma manera hasta que media hora después uno de los chicos de la casa llama a nuestra puerta para informar que e repartidos está abajo con una pizza humeante esperándonos. Harry agarra su cartera de la mesilla de noche y desaparece de la habitación para volver al rato con una caja entre sus manos. La coloca en el centro de la cama, entre nuestras piernas y empezamos a comer mientras miramos el final de la película. Para cuando esta termina la caja de pizza está completamente vacía.

-Cambia la película mientra voy a tirar la caja – dice Harry cerrando la caja y saliendo por la puerta

Me dirijo hacía la televisión, sacando el DVD y poniendo una película que según parece por la caratula es alguna romántica

-¿Algo romántico? - pregunta Harry que acaba de volver, tumbándose en la cama, a mi lado

-Si, me apetece algo romántico – sonrío levantándome un poco para besarle – Te quiero

-Te quiero – dice Harry contra mi boca

El beso cobra mas profundidad por segundos, haciendo que el deseo entre nosotros crezca como nunca antes lo había hecho. Harry consigue darse la vuelta, tumbándome en la cama, consiguiendo quedar encima de mi, sin soltar mis labios en ningún momento. Olvidando por completo la película, dejando salir todos los sentimientos acumulados durante este tiempo, dejándonos llevar al único lugar donde solo existimos él y yo, el único lugar donde el resto del mundo desaparece y podemos ser nosotros mismos. Confirmando que nos queremos de la manera mas única e íntima que podríamos encontrar, convirtiéndonos en uno.  

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