Capítulo 57. Final.

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La música vibra a todo volumen saliendo de los altavoces distribuidos por todo el local entrando a trompicones por mis oídos. El olor a alcohol y tabaco llena mis fosas nasales en cuanto cruzamos la puerta del lugar. Cientos de personas están completamente disipadas sobre la pista de baile luminosa colocada en el centro de la sala, bordeada por varios sofás de colores junto a mesas altas y taburetes.

Al final de esta hay una barra llena de botellas de diferentes tamaños rellenas de diversos colores. Dos camareros detrás de la barra no paran de cruzar de un lado a otro de esta intentando servir lo antes posible a todas las personas que se agolpan unos sobre otros para pedir su bebida. Justo al lado de la barra se encuentra un atril con una pequeña cabida, dentro de esta se encuentra un DJ agitando los discos según el ritmo de su cabeza poniendo sonido a la fiesta.

Estoy bastante segura que la productora se ha dejado bastante dinero organizando toda esta despedida.

El simple acto de poder pedir una copa nos ocupa mas tiempo del que habíamos pensado, cien personas pidiendo bebidas y dos camareros para servir no es una buena formula para la rapidez.

-Pensaba que jamás conseguiría una – Kellsey agita su copa delante de su cara antes de poder beber un poco de ella.

Diez minutos después encontramos un pequeño sofá libre y nos sentamos en el. Desde aquí se puede ver perfectamente a todas y cada una de las personas que bailan en la pista, cada uno de los movimientos de las chicas y los chicos que han sido compañeros de hogar y trabajo durante todos estos meses. Justamente en el mismo centro de la pista se encuentra April contoneando las caderas para cada chico que pasa por su lado ¿No se cansa nunca?

Las horas pasan mientras el sonido mas real de nuestros asientos son las carcajadas provocadas por cualquier tontería que se dice, por los pasos de bailes inventados por Niall y Liam o por los comentarios groseros y a la vez ingeniosos de Austin. Cabe decir que la mayoría de los chicos ya se han pasado con las bebidas y han alcanzado un punto en el que no saben ni hablar, por suerte las chicas seguimos perfectamente.

-Vamos a bailar – Una ronca voz susurra en mi oído a la vez que unas grandes manos se colocan en mi cintura.

-¿Podrás seguir mi ritmo? - lo reto dejando mi copa en la mesa, justo a lado del vaso relleno de líquido rosa de propietario desconocido – Llevas demasiadas copas encima, dudo que seas capaz de andar sin pegar la boca al suelo.

-Cariño, la duda está en si tu podrás seguir el mío – sonríe de medio lado mientras agarraba mi mano y me llevaba al mismo centro de la pista de baile atravesando a todas las personas.

Para ser sincera me asombro en el momento en el que Harry empieza a moverse al ritmo de la música y compruebo que sus pasos son coordinados correctamente a pesar de su embriaguez. Sus manos se posan en mi cintura y empieza a bailar conmigo, demasiadas risas salen de su boca algunas provocadas por mi, otras simplemente son el efecto secundario del alcohol en su sistema.

-¿Sabes que te quiero y me muero por entrar mañana a nuestro apartamento junto a ti? - dice mientras sus manos pegan mas aún mi cuerpo al suyo. Algo en la manera en la que ha decidido pronunciar la palabra “nuestro” ha decidido despertar algo en mi y ahora no paro de sonreír como una idiota.

¿Como puede tener ese efecto en mi? Cualquier palabra que sale de sus labios suena genial, pero en el momento en el decide juntar su vida con la mía, suena sencillamente perfecto.

-Yo también te quiero, y estoy deseando empezar a llenar nuestra casa con nuestros recuerdos – respondo rozando mis labios con los suyos. Para el no es suficiente y decide besar mas apasionadamente, pegándome hasta lo imposible a él, con miedo de que desaparezca. A pesar el ritmo fuerte de la música nosotros nos movemos de manera lenta, ajenos al resto de personas que hay al rededor.

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