El camino hacia el aeropuerto parece ser mas corto que de costumbre, las otras veces que había acudido ahí siempre se me hacia eterno, pero esta vez parecía que el aeropuerto se encontraba a solo diez metros de mi casa.
Cuando atravesamos las grandes puertas de cristal de la entrada al aeropuerto es cuando me doy cuenta de lo que realmente estoy haciendo. No pienso echarme atrás.
Mientras mis padres se encargan de todo el papeleo yo me dedico a observar a todas las personas que se encuentran al rededor. ¿Todas huyen como yo? Está claro que no, soy la única cobarde en este lugar, la única idiota que no puede enfrentarse a su no.. ex novio.
Mi vista se dirige a una pareja a dos metros de mi, no puedo evitar sonreír al ver como él la abraza por la espalda apoyando su barbilla en el hombro izquierdo de ella causando la risa de la risa de la muchacha.
Realmente me encantaría estar así algún día, poder encontrar a esa persona que me quiera, que quiera conocer el mundo conmigo de su mano, que me abrace mientras esperamos una cola interminable, que me haga reír, que me quiera.
-¿Estas lista? - pregunta mi madre haciéndome salir de mi pequeño trance.
-Si, ahora estoy mas preparada que nunca – respondo sonriendo y tomando el billete de avión que padre mantiene extendido para mi.
-Sabes que si no estás preparada podemos cancelarlo todo y volver a casa – recuerda mi padre.
-Créeme papá, estoy preparada para el cambio – añado muy segura de mi misma.
-Está bien. Pues... es hora de despedirse, supongo – dice mi padre repentinamente nervioso. Puedo comprender a la perfección su estado, por fuera somos demasiados seguros de nosotros mismos y por dentro nos comen los nervios.
-¿Has guardado el gorro de lana? - pregunta mi madre haciendo que mi padre y yo nos miremos, los dos estamos pensando lo mismo.
Esta loca.
-Lo he guardado – digo asintiendo con la cabeza e intentando esconder mi risa.
-Cuando llegues enviame un mensaje para saber que has llegado bien, por favor.
Vuelvo a mirar a mi padre y el me mira de la misma manera. Está nerviosa, los nervios han aparecido en mi madre y esta era su manera de sacarlos a la luz.
-En cuanto baje del avión te lo envío – digo sonriendo
-¿Y que vas a comer allí? No habíamos pensando en eso, no puedes alimentarte todos los días de McDonald – dice poniéndose demasiado nerviosa para mi gusto. Mi madre siempre es la que siempre mantiene la calma, ella no puede perderla.
-Mamá tranquilizate, se cocinar, no me voy a alimentar de McDonald – respondo echándome a reír – mamá tranquila, me voy a Los Ángeles no a la guerra.
Empieza a sonreír pero no puede evitar que las lágrimas caigan por sus mejillas, me acerco a ella corriendo para abrazarla envolviendo mis brazos en su cintura. Mi padre se une al abrazo. Después de unos segundos en aquel abrazo me separo de ellos y limpio las finas gotas de agua salada que resbalan hacia abajo por mis mejillas.
-Me tengo que ir ya o perderé el avión – digo agarrando ajustando mi bolso al hombro.
-Esta bien cariño, cuidate – añade mi padre pasando el brazo por los hombros de mi madre – Y recuerda llamar.
Me doy la vuelta para comenzar a caminar hacia la puerta de embarque, pero no puedo evitar mirar hacia atrás y ver como mi madre deja salir todas sus lágrimas retenidas.
Sin pensarlo dos veces empiezo a correr hacia ella para abrazarla, cuando llego a ella sus brazos no tardan en responderme colocándose al rededor de mi y apretándome con fuerza.
-Te quiero mucho mamá – digo mirándola y separándome de ella.
-Yo también Alli
-Te quiero mucho papá – le digo a él también abrazándolo
-Y yo cariño
-Ahora si, me tengo que ir o perderé el avión – digo haciendo un intento de sonrisa.
Recojo el bolso del suelo, se debería de haber caído al abrazar a mi madre pero ni cuenta me había dado hasta que lo veo tirado. Cruzo la puerta de embarque diciéndole adiós a mis padres con la mano a través del cristal.
Le entrego el billete de avión a la recepcionista y ella me da una pequeña sonrisa indicándome mi asiento y empiezo a buscarlo cruzando el pasillo del avión.
-B6, B6, B6... - digo en voz alta mientras miro los respaldos de los asientos en busca del mío. ¿Porque hablo en voz alta? Antes de poder reaccionar una mujer me mira de forma extraña, genial, ahora el resto de pasajeros pensarán que soy una loca que habla sola.
-Está ahí – dice una voz a mis espaldas.
Giro mi cuerpo para poder mirar a la persona dueña de esa voz y me encuentro a un chico de ojos verdes. Un momento.... ¿Ojos verdes? Esto tiene que ser una broma, estoy segura.
-¿Perdona? - pregunto intentando sonar amable, aunque no puedo dejar de mirar sus ojos directamente.
-B6, tu asiento, es ese – dice señalando el asiento al otro lado del pasillo con un tono demasiado prepotente ¿se las da de listo o que? Me acerco al asiento para comprobar que era cierto, lleva razón.
-Oh, gracias – añado seca y sentándome en mi asiento, siento la mirada de aquel chico en mi con cada movimiento que hago ¿Porque me mira?
-Abróchense los cinturones por favor, estamos a punto de despegar – informa la azafata a través del micrófono.
Ahora si, está ocurriendo
Coloco los auriculares en mis oídos y dejo que la música me inunde mientras el avión despega poniendo rumbo Los Ángeles.
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Changes.
Fanfiction¿Que pasaría si toda tu felicidad se rompiera en mil pedazos y no sabes si podrás volver a recuperarla? ¿Volverá todo a su lugar o cambiará para siempre?