Capítulo 6.

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Las ruedas del avión tocan tierra justo cuando mi iPod empieza a repetir la lista de canciones por segunda vez. El viaje había sido mas corto de lo que esperaba, también el hecho de haber ido todo el camino inmersa en la música que salia por los auriculares y el libros que descansaba en mis piernas habían ayudado bastante.

-Espero que haya disfrutado del viaje – dice la azafata cuando paso por su lado para bajar y me sonríe.

Cuando cruzo las puertas del vestíbulo en el aeropuerto la gran masa de personas se hace presente. Cientos de personas, algunas se despiden como hice yo con mis padres horas atrás, otros se abrazan frenéticamente mientras lloran de emoción por el reencuentro esperado después de cierto tiempo separados.

Miro al rededor para intentar localizar mi camino , puedo observar un cartel con la palabra "salida" escrito en el. Agarro mis maletas y me encamino hacía allí para encontrar algún taxi y por suerte hay varios libres justo a la salida, entro en el primero que veo indicándole al taxista la dirección de mi apartamento. En el trayecto escribo un mensaje a mis padres diciéndoles que he llegado bien y asegurando que en cuanto pueda los llamaré.

Me entretengo mirando por la ventanilla las calles. Todo es exactamente como lo había imaginado, pero no contaba con que la ciudad estuviera llena de niebla, cosa que me asombra. Las veces que he pensado en Los Ángeles me lo imaginaba con un sol resplandeciente en lo alto de cielo despejado y todo el mundo en bañador por las calles con una tabla de surf bajo el brazo, pero tendré que esperar para ver eso. El taxi se detiene.

Main Street, 1623.

El taxista se baja y se marcha a la parte trasera del vehículo para sacar las maletas y yo imito su acción. Cuando todo el equipaje está está fuera del coche le pago lo debido por el viaje y se marcha sin decir nada.

Miro enfrente de mi y un edificio con aspecto de oficina se extiende delante de mi. Personalmente hubiera preferido algo mas hogareño, pero por mas que buscamos solo encontramos cosas así, pero para mi está bien.

Subo las maletas por las escaleras de entrada y entro a recepción para pedir las llaves de mi apartamento. El interior es completamente diferente al exterior, aquí todo es contrario al exterior, imitando el toque hogareño que falta en el exterior. Todo está revestido de mobiliario en tonos marrones, oscuros y claros.

-Hola, soy Allison Brooks, me he mudado al 8ºB y me dijeron que pidiera aquí la llave – le informo al simpático recepcionista, a pesar de su gran altura tiene cara de niño y le da un toque gracioso.

-Hola, bienvenida al edificio señorita Brooks, soy Dylan y cualquier cosa que necesite no dude en llamarme – dice sonriendo mientras extiende una llave atada a un llavero con un pequeño monigote sobre el mostrador. Tengo que cambiar ese llavero.

-Muchas gracias Dylan, pero dime Alli, Señorita Brooks me hace parecer mucho mas mayor – digo simpática – gracias por todo.

Me doy la vuelta agarrando mis maletas de nuevo y me dirijo al ascensor pulsando el numero ocho. Cuando las puertas se abren al pasillo no tardo demasiado en localizar la puerta B. Introduzco la llave y la puerta se abre dando lugar a un pequeño departamento, mucho mejor que en las fotos.

No es demasiado grande, pero lo suficiente para mi, incluso podría vivir otra persona conmigo. Hago un pequeño tour por la casa llevando mis maletas a la habitación del final del pasillo, coloco las maletas al lado de la cama y decido abrir la ventana en busca de un poco de aire fresco y mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Desde mi habitación hay una vista preciosa de miles de edificios de todos los tamaños y colores.

Después de una hora consigo deshacer todas mis maletas, colocando cada prenda de ropa y cada objeto en su lugar, cuando termino me tumbo en la cama mirando el techo, sin saber que hacer.

¿Y ahora que?

¿Que se supone que debo hacer ahora?¿Salgo a comprar comida? No, mi madre pidió que me llevaran la nevera con comida para cuando llegara. ¿Salgo a conocer la ciudad? Puede que esa sea una buena idea, no me vendrá bien conocer un poco las calles que a partir de ahora pisaré cada día. Agarro mi bolso y las llaves de la entrada cerrando la puerta detrás de mi.

Espero a que el ascensor abra las puertas para poder entrar cuando una chica con una larga melena rubia sale del apartamento justo al lado del mio y se coloca a mi lado a esperar el ascensor.

-Hola, ¿Eres nueva en el edificio? - dice dulcemente mientras se gira con una gran sonrisa en su cara. Su voz tiene un toque dulce y tiene unos ojos miel preciosos que van a juego con su pelo, esta chica es preciosa

-Hola, si soy nueva, me he mudado al 8ºB, soy Allison – respondo devolviendo la sonrisa

-¡Por fin! Una chica de mi edad en el edificio – chilla lanzándose a mis brazos y envolviéndome en un abrazo que no dudo en responder por extraña razón – Perdona, pero eres la única chica de mi edad en el edificio y por fin una amiga.

Yo solo puedo responder con una risa ¿de donde ha salido esta chica?

-Oh, casi se me olvida, me llamo Kellsey

-Encantada Kellsey – digo justo cuando el ascensor abre sus puerta y ambas entramos.

-¿Vas a salir? - cuestiona.

-Si, quería conocer un poco la ciudad, apenas he llegado hace un par de horas – informo.

Una sonrisa se extiende por su rostro como si acabara de tener la mejor idea del mundo y dudo entre pensar que eso es bueno o malo.

-Vente conmigo, he quedado con unos amigos y así conoces la ciudad y a gente – dice poniendo cara de niña buena.

¿Debo de ir? Va a ser incomodo. No conozco a nadie, solo a Kellsey y no hace ni dos minutos de ello, pero por otro lado, es una buena oportunidad de conocer gente.

-¿Que dices? Venga, te lo vas a pasar bien – dice mientras salimos del ascensor y nos encaminamos a la salida.

-Está bien ¿Porque no? - digo un poco insegura

-¡Bien!, vamos a pedir un taxi – chilla agarrando mi mano y tirando de mi hacía la calle

¿Hago bien yendo? Si ¿Que puede salir mal?

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