14.- Augusta, Lockhart y la bludger

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Augusta Longbottom estaba sentada en la sala del número 6 de Privet Drive, haciendo algo que nunca pensó posible, hablar con un mortífago. Para ser justos, un ex-mortífago. Y este amablemente le estaba sirviendo un té con galletas. Como si la escena por sí misma no fuera lo suficientemente surrealista, este individuo era además de todo; el guardián y tutor del niño-que-vivió.

Harry la había recibido en su chimenea y la guió hasta un cómodo sofá, luego le ofreció amablemente galletas del servicio de té mientras Severus Snape le ofrecía una taza de té de menta con una educada sonrisa ligera, luego de los saludos de cortesía. Su nieto y Harry pidieron permiso para salir a jugar con el primo muggle de Harry (Dudley, le dijo su nieto que se llamaba) en cuanto Augusta tuvo el té en sus manos dejándola a solas con Severus.

—Señora Longbottom, ¿A qué debemos el repentino interés en nuestra familia? No me malentienda, no es un secreto que tengo la custodia de Harry, sé que el asunto esta callado tanto en el ministerio como en la prensa, pero sé que usted y su familia conocían este hecho mucho antes de que Harry entrará a Hogwarts—.

—Mi nieto. Él es la razón—Augusta dijo con mucho aplomo. Su porte era el de una persona que no se andaba con rodeos.

—Neville, es un chico estupendo, Harry y él se han hecho amigos—.

—Y el hecho de haber enfrentado un Señor Oscuro ayuda mucho a crear lazos—.

—Respecto a eso, no pensamos que él quedaría en la línea de fuego, pensábamos detener a Quirrell solos, Harry tenía la instrucción de huir si la situación nos superaba. Ni siquiera debimos llegar a pensarlo, pero Dumbledore no escucho mis advertencias sobre Quirrell, aun me asusta pensar en que hubiera pasado si lograba obtener la piedra—.

—No me molesta que mi nieto se pusiera en peligro, me molesta que no estaba preparado para hacerlo. Él creía que el sombrero debió ponerlo en Hufflepuff, que no tenía la valía para estar en Gryffindor, y lo ocurrido con la piedra, le dio ánimos. ¡Incluso me hizo un berrinche porque no le compre unas ranas de chocolate! ¡A mí! No sabía si darle un golpe en su trasero con mi bastón o comprarle una escoba de carreras como premio—.

—Así que puedo suponer que esta visita no es para reclamarme por poner a su nieto en peligro ni para entregarme a los aurores por el mismo hecho—.

—No, pero si quiero saber algo antes de decir a lo que vengo ¿Por qué tienes tú la custodia del joven Harry? ¿Y por qué lo has entrenado en combate mágico y muggle además de toda la educación mágica extra que ha tenido desde los 7? Mi nieto me comento sobre esas clases extras que tuvo antes de convertirse en alumno de Hogwarts... Francamente, es como si hubieras sabido que necesitaría todo eso mucho antes de que volviera a aparecer el Señor Oscuro—.

—Precisamente esa es la razón de que le diera y le siga dando esas clases a Harry, señora Longbottom—.

—Llámame Augusta—.

—Augusta, no sabía si iba a regresar pronto o más tarde, solo pensaba que el Señor Oscuro no estaba muerto y que un día volvería y querría terminar lo que empezó con Harry. Al contrario de Albus o Minerva que claman que es mejor que los niños crezcan inocentes del mundo que los rodea y les dejen ese trabajo a los adultos, yo creo que es mejor que los niños conozcan los riesgos de este mundo, hay peligro en todos lados y no solo amenazas de magos tenebrosos—.

—¿Por eso es por lo que empezaste a darle clases de defensa personal al primo de Harry? —.

—En parte, además; si Voldemort se entera de que Harry tiene una familia a la cual el ama, ¿Cuánto tardaría en usarla en su contra? ¿O torturarlos? ¿O matarlos? Su tía prefiere ignorar la magia, pero su hijo es más receptivo a nuestro mundo—.

Una Serpiente De PelucheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora