El cazador

12.9K 284 5
                                    

Justin entró en la habitación. Frotándose la cabeza con fuerza, con una toalla, ya algo húmeda por su propio pelo. Solo llevaba puesto el pantalón del pijama. Y sin nada debajo. Creía que era mucho más cómodo. Se encontró con una imagen enternecedora. Naiara estaba tumbada encima de ________, con un libro en las manos. La caperucita roja. Lo ojeaba, giraba las páginas con sus pequeñas manos, mientras que __________, se había quedado dormida.

- Venga, Nai… - susurró Justin. – vamos a la cama.

La cogió con cuidado, para no despertar a __________ y se la llevó hacia su cuarto.

- Papá, léeme… - le dijo alcanzándole el cuento.

- ¿No te lo leyó ya mamá?

- Sí, pero yo quiero que lo hagas tu ahora. – dijo sentándose en la cama.

- Pero luego te pones a dormir, ¿eh? Que ya es tarde.

Le sonrió, acariciándole el pelo y ella sonrió.

- Pero mamá siempre me hace una trenza antes de ir a dormir. Yo quiero una trenza, si no, no. – dijo mirando a Justin.

- Eh… bueno, intentaré hacértela yo. – sonrió, cogiendo el libro. – Vamos a ver… - aclaró su voz y empezó a leer.

- No, no lo haces bien. – dijo Naiara haciendo puchero.

- ¿Cómo que no? – Justin arqueó una ceja.

- Mamá pone voces.

Justin se quedó pensando. Ahora tenía que poner vocecitas a los personajes.

- Mamá, mamá, voy a casa de la abuelita. – dijo Justin poniendo una voz aguda. – Pero ten cuidado, mi hija, por aquí vive el lobo feroz… - Naiara se reía. Justin sonrió a su vez y siguió explicándole el cuento, que su pequeña escuchaba con atención. –

Abuelita, ¿y por qué tienes estos ojos tan grandes?

- Es el lobo, papá, no dejes que se coma a Caperucita. – dijo Naiara poniéndose las manos en la cabeza.

Justin se rió, y siguió contando el cuento.

- Ahora Justin va al rescate. – sonrió Naiara.

- ¿Justin?

- Si, mamá y yo le pusimos tu nombre al cazador. – Naiara hizo una cara graciosa.

- ¿Por qué? – se extrañó Justin, divertido.

- Porque tú la protegiste a ella, como el cazador a Caperucita. – sonrió, coqueta y siguió mirando, distraída, los dibujos del cuento.

Justin negó con la cabeza. ________, siempre ________ con sus cosas únicas y inimaginables. Pero ese simple hecho, hizo que recordara el principio de la historia de los dos. Lo mucho que había cambiado, gracias… o a causa de ella. Y todo lo que le había dado, todo lo que la amaba.

- Venga, Nai, para la cama. —

Naiara se rió y negó con la cabeza, bajando de la cama.

- Eh, ¿Dónde vas? – dijo Justin siguiéndola.

Naiara apareció con un cepillo y una goma rosa, con un osito en uno de sus laterales.

- La trenza… - sonrió ella dándole el cepillo. Justin suspiró y la cogió con un brazo de nuevo, llevándola hacia su cuarto.

Observó la habitación, espaciosa. Y cuando él y __________ la habían decorado, pensando en su pequeña. Las paredes, de un color lila claro que contrastaban con los cuadros que habían escogido juntos. Igual que la cama, con unas sabanas de Hello Kitty. Justin en su momento pensó que eran cursilerías, pero cambió de opinión, al ver… al ver como __________ lo escogía todo con pura ilusión. Era una mujer sorprendente, única, inmejorable. Suya.

- ¿Papá? – dijo Naiara, pasándole la mano por una de sus mejillas.

- Eh, si… es que estaba…

- Ya, pensando en tus cosas. – se rió la pequeña.

- Por tener cuatro años, sabes demasiado, ñaja. – Justin la solía llamar así, para molestarla. Ya que era la abreviatura de pequeñaja y a Naiara no le gustaban ni una cosa ni otra. Su hija le enseñó la lengua.

Justin se rió y la acostó en la cama. De espaldas a él. Se sentó, encima de su pierna doblada, buscando una postura cómodo y dejó la goma del pelo a un lado. Cepilló la melena de Nai.

- Ya tienes el pelo muy largo. – sonrió Justin, desenredando la melena, de un color chocolate oscuro, como el suyo, pero largo y ondulado, como el de ________.

- Mamá también. – rió echándose para atrás y así quedando apoyada en la rodilla de Justin.

- Te pareces a ella… - sonrió y volvió a ponerla bien. – Va, que si no, no te hago la trenza ¿eh?

- Papá… - Naiara jugueteó con una de sus Barbies.

- ¿Cariño?

- ¿Por qué dices que me parezco a mamá?

- Porque eres igual de hermosa que ella.

Justin terminó de entrelazar los mechones de pelo y colocó la goma, al final de la trenza.

- Venga, mi niña, a dormir. – dio una palmadita en su pequeño trasero, Naiara se rio y corrió a esconderse debajo de las sabanas. Luego asomó sus grandes y oscuros ojos para ver a Justin.

Él se rió y le dio un beso en la frente.

- Buenas noches, mi amor.

- Buenas noches papá. – Dijo Nai, poniéndose de lado. – Deja la puerta con una raya de luz. – sonrió.

- ¿Cómo?

- Mamá sabe. – dijo inclinándose de nuevo. – con una raya de luz. – Justin entendió, quería decir que la dejara entreabierta. Aún así, le parecía hermoso, todo lo que Naiara estaba aprendiendo… por su madre

Justin se tumbó detrás de ___________.

- Aquí está el cazador… - susurró él, dándole pequeños besitos en el brazo. Y subiendo su mano para acariciar la cintura de su amada.

_________ sonrió.

- ¿Cazador? – preguntó aún medio dormida. Cuando se dio cuenta de que

Naiara no estaba a su lado, preguntó: - ¿Y Nai? – se giró de cara a Justin.

- La puse yo a dormir. No sé como haces esto todos los días.

- Costumbre, supongo. Además, es divertido. – sonrió, acariciando el pecho de Justin.

- Claro, si le pones mi nombre a un personaje del cuento… - dijo haciendo una mueca divertida.

__________ se rió.

- Se me escapó una vez que ese cazador me recordaba a ti. Des de entonces,

Naiara, lo llama Justin. – sonrió. - ¿te molesta?

- Mmh… para nada. – dijo él besando su cuello. – pero ahora el cazador no vino a proteger a Caperucita… - susurró.

Los pezones de __________ se pusieron erectos. La fina seda color perla del camisón, quedó endurecida, a causa de lo que había debajo, rozando la piel desnuda del pecho de Justin.

- ¿Y a que vino? – preguntó ella, sin ser consecuente de que sus caderas ya se habían arqueado un par de veces, por culpa de los besos de Justin.

- A hacerle el amor… - contestó él mirándola, dejando que sus manos viajaran por el mar de curvas de ella. La poca y tenue luz de la lámpara transformaba el ambiente. ________ sonrió y besó sus labios. Justin metió sus manos por debajo de su camisón acarició uno de sus pechos. – A hacerle el amor… como solo ellos dos lo saben hacer.

PROTEGEME [Hot] (Justin Bieber y tu) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora