Justin le dio un beso a Nai. A __________ le dedicó una pícara mirada.
- Ya que no puedo besarte, intento utilizar, umh… mis dotes masculinos.
- ¿Dotes masculinos? - ___________ dio un sorbo de su café.
- Será que no tengo. – dijo Justin alzando la barbilla.
- Sí señor, si tienes, y muchos. Pero sigues siendo creído, del mismo modo que el día en que te conocí.
- Oh y tu… tu…
- ¿Yo? – dijo ________ alzando una ceja.
- Sigues siendo tan perfecta, del mismo modo que el día en que te conocí.
- Oh… - suspiró ________. – si no fuera porque no sé bailar pegada a una barra de stripper, te daría uno de esos besos que dejan sin aliento.
Ambos rieron. Naiara aún dormía. La fiebre había bajado, pero todo era por el jarabe. Una vez pasados los efectos, volvería a encontrarse mal. Tan solo tenía un constipado.
Pero cualquier cosa era punto de preocupación para una madre como ____________.
- Entonces, que vaya bien. – concluyó __________. Le lanzó un beso. Justin hizo gesto de cogerlo en el aire.
Cerró la puerta y se montó en… ¿hoy cual toca? Ah sí, el Porsche carrera.
Justin terminó de ordenar los casos que quedaban por investigar y guardó en carpetas clasificadas los que ya estaban resueltos… o los que no habían podido ser. Odiaba que sucediera eso, pero por desgracia, sucedía. Y tanto que sucedía. Podía ser agente, militar, podía haber matado a más de veinte personas, pero seguir viendo el panorama del mundo actual le repugnaba. Dolía. Kellen lo sacó de sus pensamientos.
La puerta de su despacho se abrió.
- Hombre, tío. – sonrió Kellen. - ¿todo bien?
Justin asintió.
- ¿Por qué?
- ¿Qué por qué? – Kellen puso en blanco sus azules ojos y repitió. - ¿después del espectáculo del otro día y preguntas que por qué?
- Ah, hostia. Haber empezado por ahí. Nada, nada, todo se solucionó. Solo fue un cabreo… pero no puedo enfadarme con __________...
- Que ñoño te has vuelto. – se burló Kellen.
- Ñoño no, estoy enamorado. – rectificó Justin, sin avergonzarse.
- Bueno, lo que tu digas. – lo señaló con el dedo. – esa ________ te ha cambiado, y mucho.
- Lo sé, y me gusta.
- Y yo no digo que no. – sonrió Kellen. – Hay mi Justincito. – dijo frotándole la cabeza. – a ver cuando nos vamos de copas, que tienes a tus amigos medio abandonados.
Justin rió.
- Como vuelvas a frotarme la cabeza de ese modo te juro que te quedas sin pelotas.
- Miedo das.
- Eso también lo sé.
- No sé que ha visto ________ en ti. – se rió Kellen. Justin se encogió de hombros.
En ese momento entró una mujer rubia, muy rubia chillando. Hablando alemán.
- Kellen. – lo llamó.
- ¡Serilda! – Kellen rodeó la mesa de Justin y se colocó detrás de este. - ¿Qué… que haces aquí, mujer?
- Ni mujer ni nada. – dijo con un acento algo gracioso. – Eres un vendido cabrón. – Entonces, Justin se dio cuenta de que llevaba un niño cogido de la mano. –
Bruno se queda hoy contigo. No te escapas más, hombre de dios. Es tu hijo, tu cuidas de él. – se dirigió hacia a fuera, dejando al niño allí. – en la mochila tienes todo lo necesario. Me vuelvo a Alemania, ¡con mis padres!
Y los dejó allí. A Justin, alucinando. A Kellen alucinando aún más. Y a Bruno, jugando con un calendario del escritorio de Justin. Él se giró hacia a Kellen. Alzó una ceja.
- Creo que me tienes que contar algo ¿no?
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PROTEGEME [Hot] (Justin Bieber y tu) - TERMINADA
Fiksi Penggemar"Nada es fácil y menos cuando se trata del amor." ¡Si buscas acción y romance es tu novela! Completas las tres temporadas de esta hermosa historia de amor. PRÓXIMAMENTE: Trailer de la novela♥ Todos los derechos reservados © 2014