No te reconozco

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- Pues, soy yo, nena. – una voz sensual, femenina, sonó de nuevo, a sus espaldas. - ¿me buscas?

Una chica, rubia de pote, pero de las que le quedan bien, con unos ojos grises, hipnotizantes, una boca con labios de fresón, más o menos de su estatura, y con un cuerpo… ¿Qué para que contar? No tenía los mejores pechos que se podían desear, eran pequeños, pero estaban bien puestos. Pero la chica era curvilínea, y estaba de infarto. ¿Por qué coño todas las chicas de Justin tenían que ser una reverenda pasada?

- ¿Tienes algo con ella? – dijo __________, entre lagrimas.

- Eh, eh, para el carro. – le dijo la rubia de pote. – Justin es mi mejor amigo. Yo y él no tenemos nada. Si pensaste mal sobre alguno de esos mensajes es porque Justin y yo siempre estamos de coña… y lo de fiera, tigresa… - sonrió. – me lo llama porque puedo beber más que él cuando nos vamos de cañas.

- ¿Acaso te he preguntado, zorra? – Dijo _________, con el corazón en un puño, asqueada y muy, muy cabreada.

Recibió una bofetada. De parte de ella. No, la verdad es que no parecía una cualquiera. No como Milena… no parecía… no parecía un rollo o simplemente, una ex de Justin.

- Tranquilízate. – le dijo Madison.

- Ya te lo ha dicho ella, ___________. – dijo Justin. – Solo es mi mejor amiga.

___________ asintió, incrédula. Se frotó la mejilla, dolorida. ¿Quién se creía para abofetearla?

- ¿Y por que esos mensajes? – lo riñó. - ¿Eh? ¿Dime? – aun centrada en su

idea, __________, dijo lo que más le dolía. – a punto de casarnos y tu, te dedicas a gorronear con otras.

- Nena… - Madison se retiró el pelo, hacia atrás. _________ pudo ver las raíces negras, para terminar de comprobar que llevaba el pelo tintado. – Se que estás cabreada, y que ahora mismo no le harás caso a una extraña, ni mucho menos. Justin me habla mucho de ti, y de verdad, durante todo el tiempo que hace que lo conozco, nunca lo había visto tan enamorado.

- ¿Y? – dijo __________, sin prestar mucha atención a su absurda explicación.

- Que Justin y yo no tenemos nada. No podríamos tener nada. Principalmente… porque me van las tías. – dijo haciendo una mueca.

A ___________ se le cayó el mundo al suelo. La había liado, definitivamente, había metido el pie hasta el fondo del cubo. Pero hasta el fondo.

- ¿Es broma?

- ¿Qué si es broma? – Madison se puso a reír. – Te acabo de conocer, y me liaría antes contigo que con Justin. Estás buena.

___________ hizo una mueca. Miró a Justin. Justin no parecía reírse. Nisiquiera parecía contento. Estaba enfadado, muy enfadado. Ella intentó encontrar las palabras que nunca salieron de su boca. Él se adelantó.

- Te comportas como una niñata de doce años. Con el tiempo que llevamos juntos ¿y tienes dudas sobre mi? ¿Aún eres capaz de desconfiar? Cuando te comportas así, ________, no te reconozco. Una cosa es ser celosa, y otra, muy diferente, es ser estúpida. Y tú te comportas con estupidez. Y si seguimos así, será mejor que no haya boda ni haya nada. – le dio la espalda y se dirigió a su despacho.

¿Y _______ pensaba que el mundo se le caía cuando Madison había admitido su sexualidad? Oh, no. Ahora si se le caía el mundo al suelo. ¿Justin no quería casarse? Pues no habría boda. Sintió como las lágrimas resbalaban por su cara, hasta caer encima de su jersey, o en su mano, o directamente en el suelo. El mismo suelo que se la tendría que haber tragado en aquellos momentos.

PROTEGEME [Hot] (Justin Bieber y tu) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora