El amor lo es todo

11.9K 244 2
                                    

Se dio por rendida, cuando volvió a sentir como unas manos la cogían del trasero, y empujaban… metiéndose de nuevo dentro de ella. Agradeció el cambio de opinión de

Justin, en un agudo gemido de sorpresa… y de gusto.

- ¿No que iba a hacerse una paja para apaciguarse?

- Mi mano no podrá substituir nunca… - suspiró empujando hasta el fondo. – esta delicia de co.ño.

__________ jadeó al sentir como la bombeaba.

- No soy tan capullo como para dejarte a medias en uno de los polvos más grandes que hemos tenido. –

El juego ha terminado.

- ¡Ah! – jadeó ella, sintiendo como Justin la penetraba con fuerza, una y otra vez. – No pares… no…

Justin compaginaba de maravilla… el ritmo, el tiempo, el número de embestidas. La agarró de la cintura, metiéndose, hasta adentro de sus entrañas. El cuerpo le combulsionó y su po.lla palpitó en el interior de _________, sintiendo como la corrida bajaba hasta sus pelotas. Jadeó, sintiendo como __________ también llegaba a su orgasmo. Y como eyaculaba. Y eso fue la gota que colmaba el vaso, las palabras de ella, jadeantes, cardiacas, a pulso:

- Mi señor… - murmuró ________. - ¿Y ahora? ¿Puedo correrme?

Un largo y ronco ‘Si’ terminó, acompañando una intensa eyaculación que acabó escurriéndose por los muslos de __________, alcimezclado con la dulce miel del orgasmo de ________.

El juego ha terminado.

Justin acariciaba las muñecas de _________.

- ¿Todo bien? – susurró él, acariciando su hombro con el pulgar. Cosa que puso la piel de gallina a __________.

- Ajá. – ronroneó __________, dándole un pico en los labios. – Me sorprendes, cada día más.

- Intento… no aburrirte. – sonrió él. – Además, me dio el venazo de dominar. – rió. - ¿te ha gustado?

- Obvio. Nunca pensé que los azotes fueran tan excitantes.

- Conmigo sí. – la cogió del mentón y la besó, encontrando su lengua con la de él.

- Mmh… pues eres un buen dom. – sonrió.

- Pues tu una mala sumisa. – rió él. Ella pareció ofendida, en broma. – Te portas mal.

- Solo al principio. Y por que tus castigos… me ponen. – acarició su torso, desnudo, sonriendo, ahora tímida.

- Um… te amo. – terminó por decir él.

- Y yo a ti. – ella sonrió, mordiéndose la lengua, suavemente, en un tono coqueta.

- Oye, antes te has mordido. – dijo ahora él, preocupado.

- Era para no chillar, despertaría a Nai.

- Cierto… - Justin suspiró.

- Hay que ver, cuando te concentras en el sexo, te olvidas hasta de tu hija.

- Bueno… es que el sexo contigo… es algo… - Justin intentó buscar una palabra adecuada, pero no la encontró.

________ rió ante su expresión.

- Oye, ¿habías hecho esto antes?

- Prefiero no hablar de mi pasado sexual.

- Eso es que si.

- Yo no lo dije.

- Pero es que Justin, te conozco como si te hubiera parido.

Él rió.

- Dejémoslo allí. – ella le dedicó una sonrisa de aprobación.

- Mañana quiero desayunar contigo.

- ¿Y la clínica?

__________ se encogió de hombros.

- Soy mi propia jefa. Llevamos a Naiara a la guardería y nos vamos al Starbucks de al lado. Me apetece, me apetece mucho, contigo.

Justin sonrió.

- En serio, te amo. – él la mordió suavemente, en la mejilla. - ¿Nos casamos?

___________ se colocó encima de él.

- ¡Si! – dijo animada. – Casémonos, Justin, huyamos a Egipto y planeemos una boda secreta. – Rió, malvada. – de esas que hacen los famosos.

Justin rió, disfrutando de las locuras que decían, entre ellos. Parecía mentira que ella tuviera ya los veintiséis y él estuviera rozando los veintinueve. Por que se decía… que la pasión, el deseo entre una pareja, termina a los dos años de estar juntos. Y ellos dos, llevaban más de cuatro, y seguían estando de maravilla. Más que eso, mucho más… tanto como para casarse… y escaparse a Egipto. El amor… es locura. El amor, lo es todo.

PROTEGEME [Hot] (Justin Bieber y tu) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora