La inquietud crece

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En las notas de abajo dejo un aviso, no os lo perdáis ;3

Los siguientes días transcurrieron con relativa normalidad, Remus seguía mintiéndoles a sus amigos para poder encontrarse con Severus en el despacho de Slughorn y poder tomar la Poción Matalobos antes de luna llena, lo único que había cambiado era que ahora James parecía un poco incómodo ante su presencia y que Remus mantenía las distancias con Severus.

Los Merodeadores no volvieron a hablar del tema, aunque sólo era cuestión de tiempo que James se disculpara con Remus apropiadamente, aunque eso era algo que Remus consideraba innecesario, no quería volver oír hablar del tema, era mejor olvidarlo, pero James parecía tan culpable que, seguramente, ya estaba pensando en la manera de hablar con él sobre ello y pedirle perdón. Durante esos días, cada vez que James parecía dispuesto a sacar ese tema de nuevo Remus huía despavorido con cualquier excusa, pero sabía que algún día tendría que afrontar las palabras que ahora se negaba a escuchar de boca de James, pero sus preocupaciones eran otras en ese momento y necesitaba tener la mente despejada. Aunque sus encuentros con Severus habían seguido produciéndose, él no había intentado hablar sobre sus preocupaciones respecto a qué bando se inclinaba más, tampoco le había hablado sobre lo que pensaba de su relación, y Severus tampoco había sacado el tema ni hablado sobre los besos que se habían dado, pero eso no era algo que extrañara a Remus, sabía de sobra que Severus no era de ese tipo de personas que hablasen de esos temas, el Slytherin prefería evitarlos, y por lo que había sacado en claro, también prefería que fuera Remus el que tomase la iniciativa aunque Severus le diese permiso después para proseguir. Pero él no tenía intención de seguir con esas practicas y, ya que Severus no le había preguntado ni parecía preocupado por ello, tampoco iba a mencionarle el tema.

Sus encuentros habían pasado a ser meras charlas triviales donde hablaban sobre las dudas que tenían en clase mientras Severus preparaba sus pociones, de vez en cuando se ayudaban con las redacciones y tareas antes de que el Slytherin le diera a Remus un vaso a rebosar de Poción Matalobos, odiaba el sabor con todas sus fuerzas, el momento era amenizado por Severus, que siempre hacía bromas al respecto.

- ¿Mañana... vendrás conmigo? – le preguntó dubitativo.

- Ya te dije que sí – le respondió Severus cogiéndole el vaso de las manos para lavarlo en la pila, debajo de la cual escondía el caldero con la poción.

- Mmm... ya, cierto – murmuró en respuesta – Podríamos ir dos horas antes del anochecer – le propuso.

- ¿Dos horas antes? – cuestionó Severus extrañado, mirando por encima de su hombro a Remus, pues éste se encontraba a su espalda.

- Sí. Hay cosas que me gustaría hablar contigo.

- Oh... – no se esperó eso para nada. Severus cerró la llave de paso y se secó las manos con un trapo cercano, se dio la vuelta y miró a Remus inquisitivo, con una ceja alzada, interrogante – ¿Qué cosas?

Dentro de poco llegaría Slughorn para preparar su clase de mañana, o corregir pergaminos... o... quién sabe. El caso es que no era el mejor momento para plantearle a Severus las dudas que tenía y sobre las que quería hablarle. Por eso, precisamente, había propuesto hablar al día siguiente cuando ambos estuvieran en la casa de los gritos, con tiempo de sobra antes del anochecer.

- Mejor mañana – le respondió sonriendo para quitarle peso al asunto, aunque Severus era un chico observador y esa sonrisa no lo convenció, ni tranquilizó.

Vio en la mirada de Severus la inquietud reflejada, pero siguió firme en su decisión. Salió de allí y se dirigió a su habitación, al entrar, James lo esperaba sentado en la cama. Podía hacer esperar a Severus un poco más, pero James parecía tan consternado por su discusión que no le parecía correcto aplazar más esa charla pendiente.

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