No sabéis la de problemas que estoy teniendo con Wattpad últimamente. Si no consigo actualizar, pues con esta ya he perdido la cuenta de las veces que lo he intentado ya, lo dejaré para dentro de un par de días.
Sentía las yemas de los dedos de Severus como si le estuvieran arañando la piel, pero no eran las uñas de Severus, era el lobo lo que clamaba por salir de su ser y manifestarse por hacer todo lo que Severus deseaba, todo lo que Remus, en su interior, necesitaba. Y poco a poco, cada segundo que pasaba, sucumbía a esos instintos que afloraban violentamente; Intentaba resistirse a la tentación que Severus suponía para él, pero su cuerpo actuaba sin consentimiento, sus manos ya habían sujetado las piernas del Slytherin para hacerse más sitio entre sus muslos y así frotar con urgencia la erección que ya despertaba causada por el calor ajeno, por el olor, por el susurro... Y el lobo se mostró en forma de gemido atronador cuando al friccionar esa sensible parte de su anatomía con la de Severus se topó con la sorpresa; el muchacho también reaccionaba.
- Bésame – suplicó Severus sin poder contener un gemido a continuación, pero Remus se seguía resistiendo con todas sus fuerzas, todo lo que podía a decir verdad, dado que su cuerpo ya había tomado la iniciativa pero su mente seguía batallando contra el deseo – Po... por fa-vor... – rogó buscando sus labios con desesperación, un deseo que Remus no le concedía.
¿Por qué tanta lucha cuando era algo que él deseaba también? Severus se ofrecía pero Remus no hacía más que plantearse preguntas mientras el placer asaltaba su cuerpo y nublaba su mente en el proceso, instigado por los gemidos y jadeos de Severus que mandaban una descarga desde su columna a su miembro ya hinchado, instando a frotarse contra su pelvis con más fuerza, a resbalar sobre ese falo que, igualmente turgente y demandante, ya emanaba el aroma del presemen que empapaba la ropa interior de ambos y se adhería con fuerza a las fosas nasales del licántropo, embriagándolo.
No paraba de eludir los labios de Severus girando la cabeza o escondiendo la cara en el cuello del Slytherin, pero lo que no podía evitar era mecer las caderas una y otra vez, enardeciéndose cada vez más y agitando a Severus, que ya no era capaz de pedir por sus labios, sólo emitía gemidos y jadeos que hacían flaquear la resolución de Remus a pasos agigantados y temibles. No podía parar de restregarse contra el cuerpo que yacía debajo del suyo, contra el interior de esas piernas que se abrían cada vez más a los costados permitiéndole más espacio, más movilidad... Y toda esa ansia que sentía, la sed que amenazaba con ser una verdadera vorágine insaciable si no se calmaba ya con esa boca que se ofrecía a él, cautivante, exquisita y dispuesta, era el lobo abriendo las fauces y exigiendo lo que consideraba tan suyo como lo era de Remus.
Quería besarlo, joder que si lo quería, lo necesitaba y esa necesidad se presentaba como un nudo insoportable dentro de su garganta. Lentamente se iba alzando sobre el rostro de Severus, saliendo de su escondite, rozando con sus labios esa húmeda piel que era su delirio, con la cual fantaseaba ver desnuda, sintiéndola en su carne en vez de las putas prendas que quería hacer trizas.
- Remus... – suspiró Severus extasiado contra sus labios.
El aludido respondió oprimiendo al otro contra el duro y frío suelo de piedra, frotándose despiadadamente, extrayendo de Severus gimoteos de placer cada vez que restregaba su pulsante erección contra la suya. Y sus labios se rozaban con cada movimiento, se jadeaban a ras... El aroma del contrario estaba inundando el ambiente, lo inhalaban con cada respiración, cada vez más errático, al compás de un ritmo cada vez más vigoroso. Detectaba la abundancia de presemen humedeciendo la tela de la ropa interior de Severus, el aumento del ritmo cardíaco y de temperatura, las propias reacciones en su cuerpo, podía ver con claridad cada microscópico vello del rostro lampiño de Severus erizarse, escuchaba cada inaudible exhalación, notaba los imperceptibles espasmos en los músculos del muchacho...
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192 Lunas
FanfictionEs curioso cómo la vida actúa algunas veces, lo que dos personas incomprendidas y solitarias pueden ofrecerse al encontrarse cara a cara como son realmente. Eso fue, precisamente, lo que provocó la broma que Sirius le gastó a Severus al incitarlo a...