De naturaleza corrupta

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Visita exprés para dejar el capítulo nuevo y salir pitando!! El miércoles tengo un examen y tengo que ponerme a tope con él XD

Un destello de malva hizo su aparición en el horizonte, el naranja delineó las montañas, la luna se escondió tras su velo y Remus abrió los ojos entre terribles dolores que asolaron su cuerpo obligándolo a volver a su forma original. El esfuerzo que tuvo que hacer para no gemir o exhalar quejidos para no despertar a Severus, que como aquella primera vez dormía entre sus brazos, fue monumental, incluso sintió su garganta resentirse y arder con esos gruñidos que no iba a dejar escapar, por suerte, esa trasformación era mucho más rápida; en apenas dos segundos ya había pasado todo y eran sus manos humanas las que aferraban la espalda del Slytherin en vez de esas garras que durante la noche habían intentado alejarlo del frío a esa intemperie en la que se encontraban.

Como cuando salía con James, Sirius y Peter y despertaba entre ellos, que generosamente se colocaban a su alrededor para mantenerlo caliente cuando volviera a su ser, ahora había vuelto a despertar y ver ese familiar cielo que en ese instante concreto le parecía muy diferente al lado de Severus. Era extraño, mucho más hermoso que como recordaba desde la última vez que despertó al aire libre.

Miró a su lado, al rostro que descansaba sobre su brazo, escrutó la tranquila expresión de Severus, aún dormido, imperturbable. Se acurrucó a su lado rehusándose a cerrar de nuevo sus cansados ojos para seguir contemplando al muchacho, recordando esa noche que habían compartido, esos momentos tan especiales que habían sido aderezados simplemente porque habían venido dados por la gentil mano del Slytherin. Él lo entendía de un modo que nadie más había logrado, ni siquiera sus amigos, a su lado el mundo adquiría un sentido desconocido, Severus lo evadía del miedo, lo incitaba a amar lo que era realmente, a tomar todas esas cosas que desde un principio, se suponía, no le estaban permitidas, a ver la realidad desde todas las perspectivas posibles y disfrutar de esa naturaleza indómita que antaño detestaba, pero que ahora, a su lado, guiado por él, no podía ser tan mala. Quizá, en un futuro, una pequeña casa en el campo, alejados del mundo, al pie de un bosque en el que poder ocultarse los dos durante esas noches de luna llena, para correr y perderse, para buscar hadas, retozar en la hierba... Pero eran meras fantasías, sólo sueños en los que poder hundirse y evitar esa realidad donde el hombre lobo era perseguido por su mala fama, donde compartir un futuro juntos también implicaba compartir el rechazo que Remus iba a recibir cuando se supiera su secreto. Era algo que no podía hacerle a Severus, el cual pareció notar la mención de su nombre en los pensamientos del Gryffindor.

El muchacho comenzó a abrir los ojos de forma pausada y perezosa, por un momento pareció dudar de dónde se encontraba hasta que consiguió enfocar la vista y ver el rostros que había ante él, entonces esbozó una sonrisa muy sutil, casi involuntaria.

- Buenos días. ¿Cómo te encuentras?

Remus suspiró al ritmo prolongado en que sus comisuras se tensaban para formar una sonrisa.

- Cansado, eso no va a cambiar nunca aunque tome la poción – respondió – Pero estoy bien, salvo por el hambre; anoche nos saltamos la cena. ¿Tú no tienes hambre?

- Me muero de hambre – confeso Severus en un susurró – Podríamos hacer una visita a las cocinas antes de volver cada uno a nuestra habitación – cómo iba a rechazarlo el Gryffindor, quien sonrió por esa inocente travesura que planteaba Severus.

- Suena genial.

Dicho y hecho; Severus le prestó su túnica para cubrir su desnudez, después se desaparecieron para volver a la casa de los gritos, donde Remus le devolvió al Slytherin su túnica y recuperó sus prendas y su varita. Ambos volvieron al castillo, donde los elfos los proveyeron de toda la comida que pidieron hasta que quedaron saciados.

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