Solo cuatro capítulos más (no es seguro, quizá sean unos pocos más...) para acabar el fanfic TT^TT
La boda de Lily y James se celebró casi un año después de que se hubiesen prometido, fue una ceremonia sencilla en una humilde capilla de pueblo a la que asistieron las personas más allegadas a los novios, a saber, parientes y amigos cercanos. Pero como siempre pasa en las bodas, algunos invitados declinaron la invitación o directamente, ni siquiera dieron una respuesta. Fue el caso de Petunia y su reciente marido Vernon Dudley, y el de Severus Snape.
Remus sospechó que la razón de que Severus no hubiera asistido no era otra que él, de otro modo, el Slytherin jamás habría rechazado la invitación para ver a la que aún consideraba su amiga recorriendo el altar hasta llegar a James, aunque también sospechaba que si Lily lo había invitado e incluso le había insistido a James en escribir con ella la carta para que Severus comprobara que no había malas intenciones por parte de Los Merodeadores, era precisamente para que él y Remus se vieran. Ella era la única que sabía la verdad, aunque sus amigos lo percibían, la única que realmente sabía el motivo de su melancolía era ella. Remus no podía evitarlo, lo echaba de menos, el recuerdo de Severus y cada momento que vivieron se había convertido en una sombra que se cernió sobre su corazón. El dolor, el remordimiento y la angustia cayeron sobre el sueño que persistió hasta su último aliento por vivir, dejando sólo esa huella imborrable, el hormigueo de lo que en realidad fue un amor que ahora lo consumía, sin el que no podía vivir, porque cada aliento que tomaba era un sinsentido, cada latido un doloroso recuerdo de que su corazón no tenía un motivo por el que seguir palpitando y, cada luna llena... cada luna llena miraba esa luz que los bañó a ambos en noches pasadas deseando que esos momentos volvieran, deseando... ansiando su presencia, su calor, los sentimientos que le transmitía, anhelando poder mirar de nuevo esos ojos en los que le gustaba hundirse.
La celebración estuvo cargada de momentos inolvidables, el discurso de Sirius, a quien James escogió como su padrino, fue memorable; relató con lujo de detalle cómo se conocieron James y Lily, las meteduras de él y los desprecios de ella provocándoles ataques de risa a todos.
Los recién casados decidieron comprar una pequeña y confortable casa en Godric's Hollow unos meses más tarde, y Sirius y Remus que por el momento vivían los dos en la casa que había heredado el primero de su tío decidieron mudarse cerca de ellos (a una casa provista de un sótano donde poder encerrarse los días de luna llena), ya que Peter también había hecho lo mismo; Los mortífagos y las criaturas que lord Voldemort había reclutado eran cada vez más despiadados, los indicios de guerra pasaron a ser batallas en toda regla en poco tiempo, para entonces, James, Lily, Peter, Sirius y Remus ya eran parte de la Orden del Fénix, pero como el licántropo esperaba, no fue bien recibido, su naturaleza ya no le era un secreto a nadie y aunque Dumbledore había expresado su confianza en él, había quien se atrevía a contradecirlo, aunque sus amigos y Alice y Frank Longbottom – que se casaron nada más que ella terminó Hogwarts – siempre lo apoyaron y se enfrentaron contra todo aquel que osara cuestionar si Remus era de confianza. A Remus no le extrañaba que desconfiaran, ni siquiera él se fiaba de sí mismo, desde que Severus faltaba en su vida había caído en una depresión, para sus amigos era evidente, los demás lo achacaban a su naturaleza indómita. Los rumores de espionaje dentro de la Orden fueron incitados a raíz de las salidas nocturnas de Remus, pues éste se iba solo a pasear y no volvía a casa hasta el amanecer. No tenía en cuenta el peligro que corría al hacerlo, a decir verdad no le importaba; los licántropos habían abandonado los bosques, atacaban pequeñas poblaciones en manada, infectaban o mataban a todos los magos que se cruzaban en su camino y raptaban a los licántropos que se encontraban; debido a esto, Sirius, James y Lily hablaron con él para que no volviera a salir a solas.
Estar encerrado lo agobiaba, se sentía asfixiado por Sirius, quien desde hacía tiempo ya no sabía qué pensar sobre Remus. Sus salidas nocturnas lo inquietaban, luchaba sin ganas, combatir contra un mortífago era matar o morir la mayoría de las veces, y Remus parecía esperar que acabaran con él, o también podía interpretarse como que en realidad no quería dañar a los mortífagos con los que se enfrentasen. Era sospechoso, lo hacía desconfiar y no tenía reparos en expresarlo, pero intentar discutir con Remus era como habarle a una piedra, desde que salió de Hogwarts no volvió a ser el mismo; no hacía más que vagar por la casa o subir al desván por las noches y quedarse sentado en una butaca que había colocado delante de la ventana para mirar el cielo nocturno mientras lloraba en silencio.
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192 Lunas
FanfictionEs curioso cómo la vida actúa algunas veces, lo que dos personas incomprendidas y solitarias pueden ofrecerse al encontrarse cara a cara como son realmente. Eso fue, precisamente, lo que provocó la broma que Sirius le gastó a Severus al incitarlo a...