Lupos y el chico

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Por fin lo acabé!!! Para este capítulo tomé muchas notas y he trabajado en él durante días hasta tenerlo todo, incluso hice un dibujo sobre él, que posteriormente, parte de él es ahora la portada del fanfic XD Ya veis lo que me ha gustado escribirlo que hasta dibujé una escena de él XD

Lo acabo de terminar y lo he corregido a tooooooda prisa XD Pero creo que no me he dejado faltas :3 De todos modos, me pasaré a revisarlo mañana ^^



Luchar por Lily, por su amiga, una chica bondadosa a la que él había herido al insultarla dos años atrás, al despreciarla de aquella forma tan ruin delante de todos. La echaba de menos y se arrepentía tanto por lo que dijo... Intentó disculparse, casi pasó la noche frente al retrato de la señora Gorda, pero cuando Lily salió a escuchar su explicación, ella le respondió con cosas que Severus no quiso escuchar o dar crédito. Luchar por los nacidos de muggles podía ser un inicio a ganarse la confianza de Lily otra vez, aunque sería muy duro, quizá fuera el primer Slytherin en rebelarse contra Voldemort, lo que significaba que se iba a ganar una fama inmensa y, en consecuencia, enemigos muy poderosos. Pero la oposición estaba liderada por el mismísimo Albus Dumbledore y seguro que el anciano (más discreto que Voldemort e igualmente temible) también estaba moviendo sus fichas para ganar esa silenciosa guerra que no tardaría en estallar.

- ¿Tú qué harás al acabar Hogwarts? – le preguntó.

Remus desvío la vista, se acercó a una de las ventanas de la habitación y escudriñó por las rendijas entre los tablones que la cegaban.

- Esconderme. – contestó observando el sol poniéndose detrás de las montañas y, aún así, Remus estaba tan susceptible debido a la luna que notó la confusión y la mueca que hizo de Severus sin siquiera mirarlo – Mi aroma me delata frente a otros licántropos, al igual que a ellos los delatará el suyo para mí. Intentarían captarme y... – Remus apretó los párpados y apoyó la frente sobre la tabla de madera – Me he estado informando sobre todo lo que durante estos años no he querido saber o se me ha ocultado; parece ser que, al no estar acostumbrado a tratar con otros licántropos, mi naturaleza animal me impulsará a guiarme por las personas que presenten los mismos aromas que yo. Lo peor es, que al igual que los lobos, los licántropos también se mueven en manada, hay muy pocos solitarios... – añadió casi en un susurro – Al igual que los lobos, los licántropos siguen una jerarquía; tienen un alfa que los lidera, un beta que hace cumplir las órdenes... E incluso omegas a los que permiten comer sus sobras.

En realidad Severus no estaba entendiendo nada, nunca se había interesado por los lobos, ni siquiera había llegado a esa parte en los libros que había leído sobre los licántropos. No tenía ni idea de cómo se organizaban las manadas y qué requisitos se les exigían a quienes ocupaban los puestos de poder o cómo se llegaba a ellos, a decir verdad, Severus sólo se había interesado por todo aquello que pudiera ayudar a Remus, pero ahora, al verlo y observar que se afligía por lo que contaba, comprendió que su mundo era tan amplio y complejo que ni siquiera el hombre lobo llegaba a comprenderlo y que quizá nunca lo aceptaría del todo.

- Ya no hay luz – murmuró Remus.

Era cierto, Severus se había distraído lo que él pensó que era un momento, unos segundos a los sumo en los que el estuvo abstraído, reflexionando sobre todo lo que Remus había dicho sobre la jerarquía de los licántropos que hasta ese entonces no había conocido (eran más parecidos a los lobos reales de lo que hubiera imaginado), pero en realidad habían transcurrido considerables minutos.

- Rem...

- Será mejor que salgas de la habitación. – lo interrumpió muy serio. La estancia estaba en penumbra, la única luz que entraba eran los restos del atardecer, una ínfima claridad, rayos que a penas iluminaban pero que caían sobre Remus dándole a Severus la posibilidad de vislumbrar los estragos que causaba la luna llena, a penas visible, como si la ocultase un velo, a la espera de que el sol dejase de brillar por completo; las pupilas del hombre lobo se habían dilatado hasta casi ocultar por completo el iris – La transformación es desagradable.

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