Acabo de terminarlo y no tengo tiempo de corregirlo, pero como dije que seguramente lo subiría el domingo y no sé cuándo podré subirlo... Mejor no arriesgarme :3
Esta noche intentaré meterme de nuevo a corregirlo y contestar todos los comentarios ^^
Espero que os guste, llegamos justo al tramo final de la historia de amor entre Remus y Severus.
Sirius esperó pacientemente en el despacho de Filch, no podía parar de mover la pierna, la voz quejosa del conserje le era lejana, sólo podía pensar en Dumbledore trayendo consigo a Remus. Pero la imagen que vio aparecer ante los cristales que desvelaban el pasillo fue muy diferente; Dumbledore volvía solo.
- ¿Dónde está Remus? – exigió saber levantándose de un brinco cuando Dumbledore a penas entreabrió la puerta – ¡¿Cómo está, se encuentra bien?!
Los ojos de Director se clavaron sobre los suyos en un mudo silencio perturbador, Sirius no hacía más que rogar internamente que estuviera bien, que siguiera en la casa de los gritos, tal como decía siempre, pensando sobre su charla con Dumbledore y recapacitando sobre lo que fuera que le estaba pasando con ellos.
Mientras tanto, Filch comenzó a gritarle a Remus que tuviera más respeto o él mismo le cosería la boca y un montón de incoherencias más a las que el muchacho ni siquiera estaba echando cuenta, hasta que Dumbledore levantó la mano y con un perezoso amago hizo que el conserje dejara de hablar.
- Sigue allí y está bien. – dijo el anciano dedicándole una sonrisa con la que pretendió calmarlo – Al parecer tiene mucho sobre lo que reflexionar. Me ha prometido que mañana a primera hora hará una visita a la enfermería. – Sirius suspiró aliviado – Estaría bien que no le mencionarais nada de esto.
- ¿Por qué? – se extrañó.
- Porque lo he visto desnudo – dijo sin rodeos haciendo que hasta a Sirius se le subieran los colores a la cara, no era plato de buen gusto que nadie pillara a otra persona en pelota picada, a no ser que quien te pille sea una chica guapa – Ha sido muy violento – añadió recalcando bastante «muy» – Es mejor no recordárselo.
- Emm... Sí, ya... M-me lo... puedo imaginar. – tartamudeó debatiéndose entre sentirse mal o deshacerse en carcajadas allí mismo.
Dumbledore fue quien empezó a reírse primero, pero no por la mentira que Sirius había creído tan fácilmente, sino por la cara desconcertada de Filch, el cual no entendía nada.
- Filch, bastará con que el señor Black limpié los baños durante una semana – comunicó Dumbledore haciendo que a Sirius se le atragantara la risa, era obvio que no iba a quedar sin su castigo – Vamos, Sirius, – lo llamó ignorando la faz disgustada y desconforme del conserje, a quien le hubiese gustado un castigo muchísimo más severo – te acompañaré a la torre de Gryffindor.
Nada más llegar, Sirius encontró a James, Lily y Peter esperándolo, él les contó todo lo que había pasado, incluso que Filch le había confiscado El Mapa del Merodeador. Sus caras de horror fueron dignas de una tragedia griega, era una gran pérdida, trabajaron mucho para crearlo con todo lujo de detalles, les costó casi un año entero tenerlo listo, James incluso no pudo evitar que unas cuantas lágrimas se le escaparan. Aunque lo compensó contándoles lo que le había dicho Dumbledore sobre Remus. A Lily se le descompuso la expresión durante un instante, como si no comprendiese lo que Sirius estaba relatando, y este hecho confundió a Sirius durante un instante, pero tampoco le dio mucha importancia, se habían pasado demasiadas horas despiertos y habían vivido demasiadas emociones, estaban muy cansados, lo achacó a eso.
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192 Lunas
FanfictionEs curioso cómo la vida actúa algunas veces, lo que dos personas incomprendidas y solitarias pueden ofrecerse al encontrarse cara a cara como son realmente. Eso fue, precisamente, lo que provocó la broma que Sirius le gastó a Severus al incitarlo a...