Meredith luego de la muerte de su madre, es adoptada por Jason Bennet dueño de una de las importadoras de autos mas famosas del mundo, tiene una vida tranquila, aburrida y monótona. Hasta la llegada de una carta y un chico misterioso, haciendo su v...
Me miro y mordió sus labios y luego sonrió, yo me ruborice; se quitó el cinturón y se acercó a mí, me di cuenta que el auto lo había apagado; me miro a los ojos, sus ojos eran claros y verdes pero, de un momento a otro había cambiado, se habían vuelto más oscuros, nos mirábamos a los ojos, el bajo su vista a mis labios y yo la baje a los suyos, remojos sus labios, se acercó a mí y yo mordí mis labios; mi corazón latía rápido y las malditas mariposas que creí que habían muerto con Esteban despertaron pero, triplicaron y creo que esta vez no eran mariposas, eran unos putos elefantes bailando twerk; se separó un poco y yo maldije mentalmente.
-Sí, aquí tienes un moco.-Dijo señalando una parte de mi cara yo me ruborice y baje el espejo y vi donde el había señalado, no tenía nada; gruñí, quería que me besara, quería que lo hiciera pero, no el tenía que hacer una broma de todo, es tan estúpido.
-Muy gracioso Peter.-Dije mirándolo serio, el alzo los brazos inocente y yo voltee los ojos, estuvimos a unos segundo de besarnos, ¿Tenia mal aliento? No, yo me cepille esta mañana y estaba comiendo chocolate unos segundos antes, lo volví a mirar y todavía quería saber, si le gusto como cante.-No respondiste si cante bien.
-Oh, es decir Wow. Digo cantas hermoso, nunca había escuchado una voz como la tuya, es simplemente asombroso.-Dijo sonriendo, yo me ruborice y él se bajó del auto y yo mire donde estábamos y me di cuenta de que habíamos llegado al edificio donde vivía el y Stella, abrió la puerta para mí y yo sonreí por aquel gesto y baje.
-Gracias.-Hoy me iba a mi casa querida, ya no se veía casi mis golpes así que sería seguro, vi que Peter cubría mi auto y yo asentí, así que había sido él el que había cubierto mi auto la semana que me quede aquí.
-Todavía me debes 14 preguntas, así que subamos a mi apartamento.-Yo enarque una ceja y lo mire.-Bueno puede ser en tu casa.-Yo negué rápido.-¿El ratón te comió la lengua cerebrito?-Yo voltee los ojos y le saque el dedo del medio y camine hacia adentro.
Si, quizás no le quería hablar porque iba a preguntarle que había pasado antes en el auto, y seria incomodo si me dijera que nada, o que tenía mal aliento o que simplemente lo mal interprete todo; no quería mal interpretar como él se comportaba conmigo y mucho menos que me gustara, bueno es decir, me atraía con ese cuerpo para morirse que tiene, sus ojos que son la muerte para cualquier chica, o sus labios cuando los muerde, juro que se ve más sexy de lo normal, su cabello o dios mío, cuantas veces lo he querido tocar, brillante y rubio, de lejos se veía que era suave pero, basta de pensar en lo perfecto que era, solo era un chico después de todo.
Entramos a su apartamento y me senté el sillón grande, vi por el gran ventanal afuera y me di cuenta de que iba a llover, aunque bueno el clima aquí siempre es nublado pero, se veía que si iba a llover, tenía un poco de frio, me abrace a mí misma y vi a Peter llegar con dos tazas y una bolsa de malvaviscos, me puso la taza al frente y me di cuenta que era chocolate caliente, sonreí y lo agarre con ambas manos, el vapor llego a mi cara y cerré los ojos, sentí el calor, mire a Peter sonriendo, me tendió los mini malvaviscos yo los agarre y les eche unos cuantos.
-Lo siento, el termostato se dañó.-Yo asentí y le di mi primer sorbo al chocolate, estaba rico, la verdad soy una amante del chocolate.
-Gracias.-Dije mirando a otro lado, no puedo sacar lo de mi mente, lo que paso abajo, lo mire y le saque la lengua, Peter sonrió.-Sabes es injusto que tú me puedas preguntar pero, yo a ti no.-Dije dejando la taza en la mesa cruzándome de brazos y hacer un puchero, me di cuenta que se sentó a mi lado, pellizco mis mejillas y tomo de su chocolate, para luego mirarme.
-Cerebrito, luego se quita mi esencia de misterio.-Yo reí y asentí.-Siguiente pregunta ¿Eres virgen?-Yo mire a otro lado y sentí , que hasta las puntas de mis orejas se habían ruborizado.
-Eso no te incumbe.-Dije bebiendo de mi chocolate, Peter comenzó a reír, lo mire mal.
-Tranquila cerebrito, no sabía que eras un monja de un convento.-Dijo burlándose de mí, yo voltee los ojos y lo encare, lo que fue mala idea, porque él me estaba mirando serio.
-No soy una monja de ningún convento, y sí, soy virgen, ¿Qué tiene de malo eso? No voy a ir con cualquier hombre que conozca y acostarme con el.-Dije sacándome los zapatos y sentándome indio en el sofá.
-Bueno, si quieres yo te ayudo con eso, digo si quieres.-Yo lo mire feo y una sonrisa maliciosa se posó en sus labios.-Soy bueno en la cama.-Yo me ruborice y por un momento me imaginé perder mi virginidad con él, dios no Meredith saca esos pensamientos lujuriosos de tu mente; le di un golpe en el brazo y se echó a reír.
-No gracias Ax, prefiero morir virgen, que perderla contigo.-Dije con cara de asco pero, mi mente pensaba otras cosas no muy sanas.
-Ouch, primera chica que me dice algo así, es decir nadie se resiste a esto.-Dijo señalando su cuerpo, yo voltee los ojos y me eche a reír, aunque en mi mente, sabia porque las chicas no lo rechazaban, era un dios, perfecto.
-Pobres chicas, tienen que sufrir viéndote desnudo que asco.-Dije, pero mi mente me juega una mala pesada, todo lo que le digo es lo contrario a lo que quiero.
-Bueno cambiemos de tema, porque estas hiriendo mis sentimientos.-Yo reí, termine mi chocolate, puse la taza en la mesita.-La semana pasada, cuando llegaste en la madrugada ¿Dónde estabas?-Pregunto, yo mire al frente, era vergonzoso decir que me perdí, y nadie sabía que corría cuando estaba estresada, preocupada o simplemente tenía muchas cosas en la cabeza.
-Por ahí.-Dije mirando a otro lado.
-Meredith esa no es una respuesta, vamos a hacer algo si lo respondes, dejare que me hagas cinco preguntas.-Yo lo mire y sonreí, ahora podría saber más acerca de él.
-Salí, a correr y me perdí, fui a un Starbucks y me trajeron.-Dije ruborizándome.
-Solo a ti te pasan estas cosas, ¿Por qué corrías a esa hora?
-Por muchas cosas.-Dije cerrando los ojos, me recosté en el mueble.
-Cuéntamelas.-Dijo, yo abrí mis ojos y lo miro, el me dio una sonrisa reconfortante, yo suspire.
-Bueno, por lo que está pasando sabes, me quieren hacer daño, tengo miedo y aunque no lo muestre, lo tengo.-Sentía mi voz pesada, no quería admitirlo y menos decirlo en voz alta, sentí la mano de Peter tomar la mía, lo mire y luego mire mi mano, las dos encajaban bien y me transmitía seguridad.
-Estoy contigo, te voy a cuidar de esos cabrones.-yo sonreí.
-Por Stella, me preocupa.
-¿Qué te preocupa?
-Esa es otra pregunta, tienes una menos.-Lo mire el sonrió y yo igual.-Extraña a su ex, bueno no solo es su ex, es o era nuestro mejor amigo, desapareció hace un año y medio luego de pelear con Stella, no dejo rastro, de un día a otro ¡Puff! Se había desaparecido, la policía se involucró, policía de más de un país, no se ha encontrado, su teléfono no contesta y ni el cuerpo, como para decir que está muerto.-Dije lo mire y él se acercó a mí, no me di cuenta que estaba llorando hasta que me limpio la mejilla me jalo del brazo y me abrazo, al principio me resulto extraño pero, no tarde en abrazarlo yo también, su olor a mente y cigarrillos entro en mi fosas nasales, cerré los ojos y lo abrace.