El lunes no me levanto Cecilia y, cuando fui a ver la hora, no llegaba, era súper tarde para ir a clases; baje luego de ponerme mis pantuflas de oso panda y vi que la sala estaba vacía, fui al comedor y me encontré con mi padre y Cecilia, también estaba Lucas, Carlos y Viviana la otra señora de servicio, yo los mire extrañado y Carlos fue a la cocina y me trajo una torta, yo sonreí y sabía que hoy hace siete años me adoptaron.
-¡Sorpresa!-Gritaron todos, yo sonreí aún más si eso era posible, se me aguaron los ojos y todos se me acercaron y me abrazaron uno por uno, ellos son mi familia.
-Los quiero mucho.-Dije limpiando mis lágrimas, pronto iba a ser navidad.-Gracias por aceptarme.
-Siempre, como no aceptarte.-Dijo Cecilia dándome un beso en la frente, desayune waffles, y luego comí torta.
-Falte a clases.-Dije luego de terminar de comer, preocupada, mi padre sonrió.
-Yo lo arregle todo, fue un empleado por ti y te trae los cuadernos luego. Hoy vamos a salir, vamos a un parque acuático.-Yo peque un saltito, fui arriba y me puse mi traje de baño verde oscuro y un vestido de playa simple; metí mis cosas en el bolso, estaba demasiado emocionada, escuche mi teléfono soñar y vi que era Peter.
-Hola cerebrito.-Saludo Peter, yo sonreí y me senté en la cama.
-¿Qué pasa Ax?
-Te estoy esperando afuera del salón de clases.
-Ups, Voy a la piscina con mi padre.
-Aah okey, espero que la pases bien.-Dijo, yo sonreí.
-Sí, bueno hablamos luego.-Dije despidiéndome.
Baje y me fui abajo, y fuimos a la piscina con Ceci.
Me divertí demasiado, Cecilia le daba miedo montarse en los toboganes pero, por tanto rogarle al final se montó en todos, creo que mejor no la había pasado nunca, mi padre tiene mucho trabajo encima y saber que se tomó un día libre por mí era algo lindo, pronto iba a ser navidad y la verdad es que estoy emocionada, esos días son lindo y aunque mucha gente dice que esos días son solo comerciales, a mí no me parece así, yo creo que la navidad es para estar en familia, mi madre amaba esta festividad y cada vez que es navidad voy a su tumba y le canto villancicos, creo que ya es una tradición no hay un diciembre que yo no vaya, aunque voy cada tres meses, es importante para mi ir, porque creo que así la tengo siempre en mi corazón y mente, cuando ella murió tenía miedo de olvidarme de su cara, o de su voz pero, no es así, la tengo en mi corazón, recuerdo su cara, voz y la luz que transmitía a la gente, cada vez que la recuerdo me deprimo un poco, ya que la extraño, extraño sus abrazos, sus bromas, su aroma, sus tontadas, extraño las mañanas cuando me despertaba, la extraño mucho, solo viví once años con ella y, siento que es injusto no poder tenerla aquí conmigo, aunque no vivo para nada mal, siento que la necesito pero, sé que a ella no le gustaría que me deprimiera recuerdo lo que me dijo cuando supe que estaba enferma.
Flashback.
-Tengo cáncer, quizás no este para ti, como lo tenía planeado.-Dijo mi madre con la voz entrecortada, yo la abrace y llore un poco, eso no podía ser cierto mi madre no podía tener esa horrible enfermedad, se supone que las buenas personas viven más por las buenas acciones que hacen, y mi madre no es mala, no sé qué haría sin ella, es decir, apenas hace una semana cumplí once años, ella no se puede morir; mi madre se separó de mí y agarro mi cara con sus manos.-Sé que es triste, supuestamente hierva mala nunca muere pero, creo yo soy la excepción de eso.-Dijo sonriendo, yo reí y ahí me di cuenta que mi madre estaba sufriendo y creo que peor que yo, no podía ponerme con esas nimiedades, tenía que hacerme fuerte por ella y por mí, no podía dejarla verme triste, porque resultaría más difícil de lo que ya es para ella.

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Dangerously
Teen FictionMeredith luego de la muerte de su madre, es adoptada por Jason Bennet dueño de una de las importadoras de autos mas famosas del mundo, tiene una vida tranquila, aburrida y monótona. Hasta la llegada de una carta y un chico misterioso, haciendo su v...