Capítulo 33

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Pov Stella.

Me baje del avión, si que odiaba montarme en uno y lo peor es que había turbulencia; la perra de Meredith el amor que le tengo es exagerado como para no importarme tener que montarme en un avión, ame estar en tierra firme y no temer mas por mi vida, dicen y que los aviones son el transporte mas seguro del mundo, pero son pura patrañas, esta volando en medio de la nada puede caer y ¡BOOM! Mueren todos los que estaban abordo; y viaje solo para saber que le pasaba, eso y que la curiosidad me mataba; Meredith nunca había sentido algo como lo que siente por Peter; ni siquiera se sintió así por Estaban, me llamo tan emocionada para decirme que Peter se le había confesado y que se habían besado, me dijo lo feliz que era y de repente no quiere hablar de él y dice que es un mentiroso; además la desesperación de Peter por saber cuales son sus flores favoritas, preguntarme si el hermoso oso de peluche le gustaría, algo tuvo que haber hecho para hacer esas cosas tan hermosas y tiernas. Vi a Lucas por lo lejos y después de saludarlo lo seguí hacia la limusina del Sr Jason; vi como Lucas me miraba con una sonrisa en su boca, sabia que Meredith se tramaba algo y no se lo podría sacar a Lucas, porque las únicas palabras que ha intercambiado conmigo han sido para presentarse, pero sabia que ella se tramaba algo, porque no hablo mucho cuando la llame, ni mucho menos se burlo de mi. Vi como se detenía en la casa que tenia el Sr Jason en New York; Lucas me abrió y me ayudo a salir.

-Gracias Lucas.-Dije caminando hacia la puerta de entrada iba a tocarla, cuando vi que estaba abierta; fruncí el ceño, Meredith como se nota que le hacen todo, no cerro ni la puerta bien.

Abrí la puerta pero no vi a nadie, marque el número de Meredith pero salio contestadora al instante; la muy perra me ignora, viajo 5473 km para ella y la muy perra me deja botada, camino hacia la sala y veo una flecha roja apuntando la mesa de la sala, frunzo el ceño y me acerco a la mesa, hay una tarjeta ¿Qué se traerá Meredith entre manos? Abro la tarjeta y comienzo a leer.

Stella:

Bienvenida a los septuagésimos juegos del hambre y que la suerte este siempre de tu lado.

Te tengo una sorpresilla, una sorpresilla que se que te va a gustar, pero vamos a divertirnos un rato.

En la cocina hay algo para ti.

Meredith.

En definitiva Meredith se traía algo en manos ¿Que sería? no lo sabia, pero esperaba que fuera bueno; con curiosidad fui a donde me había indicado en la tarjeta; ahí había otra tarjeta pegada con cinta adhesiva, la agarre y leí lo que había escrito.

Stella:

Como podrás ver en el mesón hay tres galletas de la fortuna, ábrelos y ve a donde te lleva la suerte.

Meredith.

Efectivamente en el mesón había tres galletas de la fortuna agarre una abriéndola y metiendo la galleta en mi boca.

Te espera una sorpresa que cambiara tu vida.

Fruncí el ceño, esperaba que fuera la cartera que tanto quiero, pero lo que no entendía era ¿Por qué hacia tanto escándalo por eso? Hice el miso procedimiento que con la primera.

Búscame.

Abrí la tercera.

En el piso de arriba.

Termine de tragar la galleta y subí, vi la puerta de la habitación de Meredith y trate de abrirla pero tenia seguro; respire profundo y vi atrás de mi que había una flecha roja señalando la mesa; voltee los ojos y agarre la tarjeta.

Stella:

Se que estoy fastidiando tu vida, pero no seria tan divertido y veras que la espera valdrá la pena.

Como veras hay unas cuantas mesitas en el pasillo de este piso, en alguno de ellos estará la llave de mi cuarto.

Meredith.

Comencé con una que había al lado de su puerta, no había nada, luego de intentar con tres mesitas, me di un golpe en a frente con la mano, no revise donde estaba la tarjeta; y efectivamente ahí estaba; me reí de mi estupidez, estaba la llave, un caramelo y una mini nota; agarre las tres cosas metiéndome el caramelo en la boca leí la nota.

Apuesto que revisaste todas menos esta ;P.

Sonreí y metí la llave en la cerradura abriendo por fin la puerta de Meredith, ella me abrazo.

-Muy bien pudiste decirme que estabas arriba.-Dije mirándola, ella sonrió.

-Se que disfrutaste.-yo asentí, ella se sentó en la cama y yo junto a ella; me dio otra tarjeta, la mire frunciendo el ceño.-Léela.-Alce las cejas y la agarre, abriéndola, cando vi la letra de Antonio; la mire con lagrimas en los ojos, no entendía nada.-Solo léela y luego te explico todo.

Así hice.

Querida Stella:

Se que te sorprende mucho recibir una tarjeta de mi, no sabes lo mucho que te extraño y amo eres mi chiquita y siento mucho haberme ido así, no sabes cuanto sufrí, me sentía impotente y mi manera de afrontar las cosas fue alejarme, te amo, te amo mucho, y no sabes las ganas que tengo de verte, quizás te enojes y me golpees, pero lo aceptare porque fui un gilipollas y lamento haberte hecho sufrir estos años, y saber que aun piensas en mi.

Bueno esta es tu ultima pista, el regalo esta al lado de la habitación de Meredith, te amo.

Antonio.

Limpie una lagrima de mi mejilla y vi a Meredith llorando, no podía creerlo, simplemente no podía creerlo; él estaba vivo.

-Anda a la habitación de al lado.-Dijo sonriéndome, la abrace llorando, ella acaricio mi espalda y yo la vi sin poder creérmelo.

Toque la puerta para luego entrar, vi a Antonio, no podía creerlo, estaba ahí parado frente a mi, era real, estaba vivo; lagrimas comenzaron a caer por mi mejillas, lo veía estancada al piso; su cuerpo estaba mas delgado y no tenia los brazos definidos como antes, tenia el cabello un poco mas largo, estaba ahí en frente de mi, vivo y sano.

No lo creía posible, pero sabia mi interior gritaba cada noche que pensaba en él diciéndome que no estaba muerto, que estaba por algún lugar, quizás hasta sufriendo; Antonio se acerco poco a poco a mi y toco mis mejillas secándolas con sus dedos, la electricidad que siempre sentía a su lado ahí estaba ahora mas potente; lo mire a los ojos y pude ver como el también estaba llorando, lo abrace, lo abrace como si mi vida dependiera de ello, y así lo hacia en estos momentos; él me aprento en su cuerpo, como si no lo pudiera creer en lo mismo andaba yo; estaba vivo, y lo tenia a mi lado.

-Eres un idiota.-Dije separándolo de mi y empujándolo, me había preocupado y culpado todos estos años.-Un grandísimo idiota, no sabes cuantas noches llore por ti.-Dije dándole muchos golpes; él se dejaba, le daba golpes mientras lloraba.-Te extrañe un montón.-Dije golpeándolo nuevamente, descargaba toda mi ira y dolor en el; me agarro por las muñecas y me abrazo, acaricio mi cabello.

-Shh, si lo se, soy un completo idiota, y lamentohaberte echo pasar por eso, pero te amo Stella y siempre pensaba en ti.-Dijoagarrándome la cara con ambas manos; sus manos calientes y grandes eran las mismas y hacia saber que estaba para mi, me dio un beso en la frente, y se acercolentamente a mi y unió nuestros labios en un beso profundo, suave y tierno ylleno de necesidad, y ahí con solo un beso supe que lo amaba tanto o quizás masque antes y que todo estaría bien; lo bese con necesidad y amor. Seguía enamorada de él y mi felicidad era tanta por estar de nuevo a su lado y poder saber que estaba bien. 




DangerouslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora