Capítulo 30

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Era alto, de piel blanca como la mía, su cabello era pelirrojo como el mio, tenia unas cuantas canas en el; vestía de saco, sus ojos eran como los míos, iguales; creo que lo único que no tenia de él era sus labios, y sus cejas, cabe destacar que el era un hombre y yo no. Mi boca se seco y mi pulso acelero; me sentía mareada, el no podía ser mi padre, aunque era igual a mi, deje de mirarlo para ver a Peter; me miraba asombrado, yo sonreí sin gracia y una lagrima cayo por mi mejilla, me mintió, me mintió todo este tiempo; la limpie rápido.

-Eres el mejor mentiroso que he conocido Peter. ¿O debería decir Axel?-Dije aplaudiéndole.-Mereces un oscar, si.-Mire a el señor que estaba a su lado, y solo me reí, mi risa no tenia ni un poco de gracia, de repente recordé de donde había visto a Peter antes, el también vivía en la calle, claro su nombre es Axel, fue el niño que me robo todo lo que había recolectado cantando unos días antes que mi padre, mi padre real, me adoptara.

-Meredith yo te puedo explicar todo.-Dijo Axel, enarque una ceja; me sentía muy traicionada, sentía tanta impotencia dentro de mi.

-¿Qué me vas a explicar Axel? ¿Qué todo es producto de mi imaginación? ¿Qué no me engañaste estos meses? Me engañaste, me enamore de Peter, de algo que no existe. Y tu.-Dije apuntando al señor que se encontraba a su lado, lo mire con odio.-¿Para que le dijiste a Axel que me investigara, que se acercara a mi? Si nunca estuviste para mi, no estuviste cuando mi madre murió que quede en la calle, tampoco estuviste cuando casi me violan, no estuviste en los dieciocho años de mi vida ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando mi vida mejoro? ¿Y por que enviar a alguien mas, algo que pudiste hacer tu mismo?

-Yo...-Sonreí sin gracia al saber que el no tenia nada que decir, me di la vuelta y salí de la habitación, no sin antes decir.

-Y siento decirte padre.-Dije acentuando el padre.-Que no significas nada para mi.- y me fui.

Sentí que Peter, Axel me agarraba de la muñeca, me detuve y lo vi.

-Meredith, por favor déjame explicarte, se que estuvo mal, pero al principio lo hice solo para enorgullecerlo, pero te conocí realmente, te adentraste en mi corazón robándolo, nunca había sentido esto por nadie, se que te mentí, y se que de la peor manera, pero me arrepiento de eso.-Dijo dolido, no, ahora no, no iba a dejar llevarme por su carita de perro remojado.-Cense que serias una niña de papá, que serias egocéntrica, pero eres todo lo contrario, y me arrepiento el engañarte.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? Me mentiste Peter, Axel, ya no se ni quien eres, eres mi hermano, esto ni siquiera esta bien, es incesto.

-No, porque él como tu dices no es tu padre y si lo fuera, yo soy adoptado, como tu.-Yo rei.

-Me engañaste Axel, ya ni siquiera puedo confiar en ti, esto no fue una mentirita blanca, fue una gran mentira, ¿Realmente crees que te voy a perdonar?-Dije, estaba  llorando y ni me había dado cuenta, Sabia que había llegado a mi vida como un huracán, sabia que no traía nada bueno con el, sabia todo eso desde el primer día en que lo vi, pero aun así, lo seguí a estacionamiento, aun así confié en él, para que él me engañara todo este tiempo.-Me lastimaste, me mentiste, me enamoraste, me enamore de alguien que no eras.

-Meredith, lo único que cambie contigo fue mi nombre.

-Si, también pasaste por alto que tu padre adoptivo, es mi padre biológico y que te dio una misión de saber todo de mi, si, solo cambiaste tu nombre Axel. Solo déjame ir, no soporto a las personas que me mienten, no soporto a las personas que me engañan, y en definitiva no te soporto a ti.-Dije, él me soltó y me di la vuelta bajando las escaleras, me sentí horrible, había sido engañada estos meses, y soy tan estúpida que no me di cuenta; limpie las lagrimas que caían por mis mejillas, subí a mi auto y puse mis manos en el volante y recosté mi cabeza en ellas, llore; llore por saber que mi padre estaba vivo, llore por darme cuenta que Peter me había engañado, llore por confiar ciegamente en todo el mundo, llore por ser tan estúpida, llore por todo. Cuando las lagrimas dejaban de salir y mi respiración era mas calmada, me permití conducir, encendí el auto y fui a casa.

DangerouslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora