Capítulo 22. «Aplausos estruendosos»

1.4K 234 18
                                    

— ¡¿Dónde rayos estabas?! — grita Karina, dejándome atónita. Está mucho más enojada de lo que nunca la he visto.

—Estaba bailando— contesto. Karina se detiene frente a la entrada al personal, abriéndola y dejándome pasar. Los camerinos son caóticos.

Al parecer, después de que las presentaciones de habilidades terminen, hay espectáculos de todo tipo para distraer a los asistentes. Lo sabría si me hubiera quedado más tiempo en Satiry la última vez y no me hubiera desmayado.

— ¡Es obvio que estabas bailando! La cuestión es que demonios te hizo llegar tan tarde. Al menos estás lo suficientemente bien arreglada como para la presentación. ¿Y ese vestido? Buena elección.

—Estás... ¿Elogiándome? — farfullo, las dos pasamos entre la multitud llena de personas excéntricas, atuendos carisímos y brillantes y un kilogramo de maquillaje.

—Eres mi aprendiz, tienes que verte bien, o todo Satiry me culpara de lo contrario— contesta.

Los camerinos están todos juntos, hasta que llegamos al fondo, pasando al escenario, en dónde se encuentran las habitaciones privadas.

—A éstas habitaciones las llaman «La entrada dorada». La entrada al camino dorado como miembro de un equipo. Aprovéchala.

«La entrada dorada» no es tan deslumbrante como esperaba. Se trata de un cuarto de tres por tres, con un pequeño tocador en la esquina derecha, un sofá en la izquierda, dónde Patrick está retozando como la primera vez que lo conocí, en mi cama.

— ¡Suty! — saluda— por fin ha llegado el momento— saca un brazalete transparente de su bolso, extendiéndolo hacia mí— ponte esto.

— ¿Y qué es? — pregunto.

—Deja de cuestionar todo lo que dicen los demás, es molesto— me regaña Karina, para después contestar mi pregunta— contiene un polvo que se desprende y te inmoviliza en caso de qué pase alguna emergencia, Control quita los poderes, pero, por si acaso, se usa éste... Pasa rara vez, pero hay que prevenir.

—Bien— tomo el brazalete— ¿Y qué es lo que debo hacer? ¿Sólo pararme y hacer mi espectáculo?

—Serás la última. Cuándo Control te anuncie, pasas, haces lo que tienes que hacer, agradeces al público, y te marchas. Házlo bien.

Asiento. Me siento frente al espejo, mientras que me preparo mentalmente para lo que tenga que venir. El tiempo pasa muy rápido.

Antes de mí pasa una chica que vuela, un chico que maneja la tierra, aunque no tan impresionante como Terri o Karina, y una chica que sabe mandar cierta magia cómo la que Karina me envio ese día y que se convirtió en agua, pero que, en vez de eso, se vuelve todo lo que ella desee. Es muy talentosa, el público la adora, y me encuentro deseando no querer salir. Antes de que lo haga y de que ella termine, Patrick y Karina se marchan para buscar un lugar para verme.

Comienzo a avanzar hacia el escenario, nerviosa.

«Tú puedes hacerlo» me dijo Cinthya «Demostrar lo buena que eres. ¡Sólo hazlo! Vuelve las cosas a como eran antes, deshaz tu conjuración»

Eso es lo que debería hacer. Pienso en ello cuando alguien, específicamente Nea, me detiene.

— ¿Así que hoy es tú día? — dice— me alegra. Sabes, tengo un presentimiento sobre ti y tú presentación. Te lo diré una vez, y espero que pongas atención. Deshazlo. Eso es lo que debes hacer. Deshacerlo.

¿Cómo diablos lo sabe? Por qué... ¿Se siente tan real lo que dice? ¿Por qué siento que ella sabe que es lo mejor para mí?

—Yo... ¿Qué? — digo. Ella no me contesta, sino que se marcha, dejándome sola en el medio del pasillo. No puedo moverme. Siento que no tengo fuerzas para hacerlo. El tiempo pasa, y todo parece ser demasiado lejano, no puedo oír nada de nada.

Dulce Magia Tormentosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora