Capítulo 30. «Lamebotas»

1.6K 206 14
                                    

—Diane... ¡Qué sorpresa! — exclama mi mamá, sorprendida. Mira de Thor a mi con sorpresa, mientras que él sonríe con confianza.

—No entiendo porque no le ha dicho nada— dice, atrayéndome más a él—. Diane atrapó a un buen chico y no se lo ha dicho, que mala hija.

— ¡Malísima! — contribuye Cinthya, en tono burlón—. Porque ustedes hacen una pareja hermosa. Una pareja muy buena. Entonces... — se levanta, siguiéndole la corriente a Thor—. ¿Cuál es el motivo de tú visita? — pregunta, al momento que arquea una ceja.

—Vine por Sofía, mi hermana— contesta él, sin algún atisbo de duda.

—Entonces, ¿Así es como se conocieron? Cinthya y tú son primos ¿No? — pregunta mi mamá. Esa es la excusa que di cuando llegamos. Algo como «Sofía es prima de Cinthya, sus padres tuvieron un contratiempo, por lo que la dejaron con ella, sólo por unos días»

—Sí, somos primos— dice Cinthya—. Thor fue a... ayudar a su padres, pero ahora ya está aquí, y eso es bueno, ¿No? ¿Te la vas a llevar? — le pregunta a Thor, como esperando que él nos diga que hace aquí.

—Sí, vengo por ella, de hecho... — duda, al ver como lo fulmino con la mirada—. Tenemos que irnos ahora mismo, sería lo mejor, nuestros padres esperan.

—Es una lástima, porque me hubiera gustado hablar un poco más contigo— dice mamá, apretando los labios.

—Ya que tenemos que irnos... — Sofía se detiene, detecto lo divertida que se siente con sus palabras—. Creo que Diane y Thor deberían demostrarle a usted una muestra de su cálido amor. Vamos hermanito, ¡Bésala! — lo anima, los dos nos miramos, sin creer lo que está diciendo.

—Sofía, no nos digas que... — empiezo a decir, Cinthya, ¡Por las Santas Esferas! Cinthya me interrumpe, y dice:

—Hazlo, será muy tierno. ¡Vamos!

—Niñas, no los incomoden— dice mamá, tratando de calmarlas mientras sonríe. Suspiro, aliviada.

—Es bueno que entiendas, porque...

Antes de que pueda formular mi oración, Thor se acerca a mí y me roba un beso, dejándome por completo desconcertada. No es un beso largo o candente, como el que Patrick quería que tuviéramos, sino un tierno piquito, que, a pesar de lo rápido que es, hace que no pueda evitar llevar las manos a mis labios, para después mirarlo a él con los ojos entrecerrados.

— ¡Bravo! — festejan todos, entre risas. Controlo la energía saliendo de mí mientras al mismo tiempo aprieto los labios.

Inhala, exhala...

—Ya que les hemos dado lo que querían, tenemos que irnos— dice Thor, tranquilo, aunque su acento se nota más cargado que nunca. Noto en él algo parecido a...

No, no hay nada parecido. Nunca había leído una emoción así, tan notoriamente presente pero sin que pueda reconocerla. Los dos nos miramos fijamente, como esperando las respuestas a nuestras preguntas, cuando mamá nos interrumpe, diciendo:

—Es una lástima que no podamos hablar más, y espero que puedas visitarnos de nuevo lo más pronto posible.

—Tal vez Diane y yo podamos venir pronto— dice Thor. Sofía trae sus cosas, se posiciona a su lado, y entonces vamos los tres hacia afuera.

Una vez salimos de casa y hemos caminado unas cuantas calles hacia la central de autobuses, las suficientes como para que ya no puedan oírme desde casa, me giro hacia Sofía, enojada.

— ¡¿Por qué hiciste eso?! — pregunto. Ella sonríe, sabiendo lo que hizo, ruedo los ojeo y suelto un sonoro suspiro, molesta. Luego me giro hacia a Thor, para reclamarle a él—. ¡¿Y tú?! ¿Mi novio?

Dulce Magia Tormentosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora